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El circo profanado

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Una de las expresiones más socorridas del nacionalismo cubano, convenientemente acicateada por el castrismo, es el béisbol. Curioso cuando menos, porque se trata de una modalidad deportiva importada desde Estados Unidos, precisamente el país contra el que los nacionalistas insulares

cargan desde que se levantan hasta que se acuestan.

En cualquier caso “la pelota”, como se le llama popularmente al béisbol noventa millas al sur de la Florida, está en crisis en Cuba. Tanto que el propio hermano mayor, en la última de sus pétreas “reflexiones”, se ha apresurado a regañar a los “fanáticos” por sus críticas al desempeño del equipo cubano en su último torneo internacional.

En 1961, por decreto, el béisbol dejó de ser un deporte profesional en Cuba para convertirse en un deporte de profesionales mal pagados. Un siglo antes, en el verano de 1864, los hermanos Ernesto y Nemesio Guillo, tras graduarse en Estados Unidos, habían regresado a la Isla para fundar el primer equipo de béisbol de la mayor de las Antillas: los Rojos de La Habana. Como afirma el historiador Tony Otero, “unos años después los hermanos Teodoro y Carlos de Zaldo, estudiantes de la Universidad Fordham en New York, siguen el mismo sendero de los Guillo. Regresan a La Habana en 1878 e inmediatamente fundan el segundo equipo beisbolero cubano. En este caso, los Azules del Almendares”.

En Cuba, el béisbol siempre ha tenido un caldo de cultivo ideal. Los peloteros cubanos frecuentaban la pelota profesional norteamericana mucho antes del ascenso al poder del castrismo, que convertiría después el también llamado “pasatiempo nacional” en un asunto de política interior y exterior. Durante décadas, descontando los naturales altibajos –nada más que excepciones a la regla-, la pelota cubana se impuso en los principales torneos amateurs del mundo, derrotando sistemáticamente a sus rivales, entre ellos a los estadounidenses. Pero hete aquí que ése es ya un tiempo ido. Cuatro derrotas al hilo en los últimos torneos en los que ha participado –más toda una década previa de actuaciones irregulares-, la última en Holanda ante un team norteamericano compuesto por universitarios, han convertido a la antigua superpotencia del béisbol aficionado en un equipo del montón.

A lo menos que pueden aspirar los cubanos de la Isla –a los que la oligarquía totalitaria apenas puede garantizarle pan- es a un poco de circo, y en el circo castrista el béisbol constituye uno de los espectáculos más populares. Otra vez, se trata de un asunto de política interior y exterior, prácticamente de seguridad nacional, porque en tiempos de fugas, comandantes anémicos, subidas de impuestos, desabastecimiento y represión creciente no caben medias tintas. Es el circo o la democracia. Y el circo está siendo profanado.

Cortesía http://www.diariolasamericas.com/

Frustración oficial en Cuba por derrotas en béisbol

un texto de Alberto Muller

En el reciente Torneo de Beisbol en Haarlem, un tope preparatorio para los Juegos Olímpicos de Beijing, el equipo de Cuba perdió 4 contra 1 con el equipo de Estados Unidos.

Y como los comunistas cubanos vinculan el deporte con la política, en virtud de sus escasas victorias en el campo del desarrollo económico, la construcción de viviendas, la erradicación del marabú y el respeto de los derechos humanos, esta derrota en béisbol ha frustrado y conmovido a los altos dirigentes del gobierno castrista.

El jefe de la Oficina de Información del Consejo de Estado, Randy Alonso, famoso por la entrevista a Fidel Castro sobre Einstein, Vietnam y el cobalto, que muy pocos entendieron, declaró en su sitio digital Cubadebate que esta cuarta derrota del equipo de béisbol cubano en topes internacionales contra el equipo de Estados Unidos es una pobre trayectoria del equipo cubano.

El periódico comunista Trabajadores enfatizó que la derrota contra el equipo de Estados Unidos es una verdadera catástrofe.

En los últimos años el béisbol cubano se ha visto enfrascado en un escenario de fugas y deserciones de peloteros con aspiraciones a jugar en las Grandes Ligas.

La Cuba comunista es de los pocos países del mundo donde un triunfo deportivo se vincula inmediatamente con un objetivo político.

Cortesía http://albertomuller.net/



Crónicas de Thamacun (III). Crónicas alternativas

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¿Quién es el Diablo? En la historia de Thamacun la interrogante jugaría un papel fundacional.

Malver Adenauer, “El pirata de la mano de hierro”, había arribado al Reducto en la primavera de 1669, cuando un tercio de la armada española peinó tras su rastro la periferia de las Islas Tortugas. Amaba a los cerdos. Veneraba una iconografía porcina en la que el hecho de flotar en las márgenes, regurgitando el esquizofrénico fluir de las ideas, adquiría forma, sentido e identidad. No es que le interesara particularmente esto último –Malver abordaba la identidad como abordaría un ropero-, pero indudablemente disfrutaba, con creciente frecuencia, el “discreto encanto” de la trasgresión.

El cerdo mismo podía ser el diablo. El cerdo fornicando. La cadencia de las caderas del cerdo –la idea misma de las caderas del cerdo- desmoronándose en la densidad del espasmo seminal. El semen del cerdo podía ser el diablo. Un ángel caído, las alas cortadas, súbitamente evanescente. El rosa de la abominación.

La nación escarmentada en la imagen.

Cuando en 1669 Malver Adenauer fundó Thamacun, había abandonado en su huida numerosas inseguridades. Ya sabía, por ejemplo, dónde se iba a morir. Y por qué. La Quinta Ley de la Cofradía comenzaba a ser un recuerdo brumoso, progresivamente inconsistente a medida que circunvalaba el islote. Lo acompañaban su mujer, dos hijas y varios de sus seguidores más leales. Hacia el sureste, los españoles sodomizaban las islas. Hacia el noroeste aún quedaba tierra por conquistar, lo que después sería Estados Unidos.

Esta crónica fue redactada a partir de una sugerencia de Carlos Alberto Montaner. Agradecemos su colaboración.

Crónicas alternativas

La fiesta del Cónclave de las Sentencias, que aún se celebra en Cuba Inglesa –que pronto instrumentaremos en este espacio-, no ha sido completamente ajena a la recreación de los acontecimientos que hicieron del Reducto un enclave alternativo de referencia. Así, las historias thamacunesas, en la memoria colectiva de su descendencia virtual, suelen entrecruzarse y fecundarse, engendrando zonas de (re)creación adicionales.

Este sábado, Cuba Inglesa inaugura un espacio de interacción creativa que, como es costumbre a partir del Tercer Éxodo, recrea los postulados de la doctrina Morgan, institucionalizada a finales de la década del cincuenta en el islote (aquella en la que numerosos delegados activos recorrieron el mundo esparciendo la buena nueva).

A continuación el aporte de los lectores, en camino de convertirse en embajadores de Cuba Inglesa (el ciudadano cubanoinglés es, antes que ciudadano, embajador). O más bien del lector, porque dos de los tres textos que a continuación editamos pertenecen a ciudadanos de la comunidad.

Ya estamos leyendo Crónicas alternativas. Que las disfruten:

El espíritu de Thamacun

Un texto de Joe Julian Gómez

En Thamacun la política era la armonía familiar y humana. Se afianzó una forma civilizada de discusión política que parecía una conversación de sobremesa, al estilo de la Cámara de los Comunes de nuestra madre patria: Inglaterra. Mientras, en la vecina Cuba el Congreso dejaba chiquito a un ring de boxeo.

Por eso, para nosotros, los próceres también eran los innovadores que nos hicieron la vida más placentera, como el inventor del aire acondicionado de bolsillo (fue la suya una de las pocas estatuas erigidas en Thamacun, razón por la que nunca hubo escasez de cemento), o Juanito Carson, que nos hizo reír durante años con su show de medianoche en el que imitaba las broncas verbales de los políticos de nuestros vecinos. Aunque luego el comandante en jefe noqueó a todos los thamacuneses por nuestra manera humorística de asumir la política, anexándose el islote y mandándonos para el exilio.

Reunirnos en este espacio virtual es preservar el espíritu de Thamacun, lo cual es más importante que su geografía, ese pedazo de tierra donde más que la palma crece el nacionalismo, con esos rasgos patológicos que tanto daño les hacen a los hombres cuando la patria sustituye a nuestras madres, a tal punto que le vendemos el alma (nuestra individualidad) a un dictador o a una ideología totalitaria.

Oda al caos

Un texto de Espartaco

El “discreto encanto” de la trasgresión es una de esas fuerzas que dieron origen a Thamacun, una evolución plena a la libertad, la mutilación del límite que impone toda regla severa.

En mi modesta documentación recopilada a fuerza de investigar en tiempos recientes, he encontrado un pequeño folleto de una especie de filósofo con vínculos a Thamacun. En la dedicatoria se encuentra una evocación de la hermana del autor, Idamanda Rosael. La portada ofrece una especie de grabado en el que vemos, al estilo de un Diógenes contemporáneo, la imagen de su autor. Asaelo Rosael aparece en este grabado. Sus manos sostienen una especie de papiro donde puede leerse en un rótulo breve: Oda al caos.

Algunos documentos de imprecisa procedencia me hablan sobre la influencia de este caótico pensador en la doctrina thamacunesa. Un párrafo del libro Llave del Nuevo Mundo, de José Martín de Arrate, considerado como la primera documentación histórica de la isla, lo menciona:

“Asaelo Rosael andaba en un barril de origen asiático pernoctando por los rincones de la isla, un día aseveraba que la tierra era el epicentro del mundo y al otro decía que las ballenas eran lunas azules llegadas de otra galaxia. Su locura estaba amparada por un conocimiento caótico del universo y sostenía la tesis de que la verdad era inexistente y sólo la búsqueda de ella era el lugar seguro de la razón.

“Un día desapareció y algunos amigos dicen que emigró a esas tierras de un lenguaje gaélico mezclado con residuos del latín, llamada Thamacun”.

Entre dos mundos

Un texto de Fernando

Conocí a Asaelo Rosael en Miami, tres años atrás. Era un hombre metido en el barril que Espartaco menciona, ciertamente, pero también hay quien dice que era el barril quien lo perseguía. Asaelo había descubierto que la teoría de la conspiración que durante años ocupara sus estudios era algo más que una teoría. Era su manera de entender el mundo (“como no queda más remedio que respirar, hay que respirar”, escuché que le gustaba decir), en la que las ballenas eran lunas azules, los dromedarios tesoros escondidos y el cielo una tierra paralela por donde se paseaban en caravana los próceres de la desmitificación.

El problema de Asaelo es que no llegó a ser prócer de la sentencia, pero tampoco de la desmitificación. Apresado entre dos mundos, sin poder avanzar un milímetro en cualquier dirección, acabo perteneciendo a ninguno de ellos. Idamanda escribe en unos de sus tratados de psicología que su hermano conquistó el cielo a fuerza de hundirse en su barril. Pero Espartaco se equivoca en lo que se refiere al libro de Arrate, pues Asaelo es un personaje contemporáneo.

Oda al caos no es más que una conversación grabada y recreada por Asaelo, que además vive aún, reside en Miami y se dedica a pintar cuadros con motivos thamacuneses. Asaelo emigró de Cuba Inglesa en 2006, convencido de que el hedonismo práctico de uso corriente en la comunidad no estaba hecho para gente como él.



Tres contra tres (actualizado)

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Textual: Continúa la campaña

La Habana, 18 de julio de 2008 (FLAMUR). Los actos de desobediencia civil enmarcados en la tercera fase de la campaña “Con la Misma Moneda” continúan extendiéndose a diferentes establecimientos de la capital cubana en los últimos días. En una demostración de continuidad y visión estratégica, activistas de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) y otras organizaciones han continuado impulsando un cronograma de protestas en farmacias, cafeterías y restaurantes donde no se acepta el peso cubano.

El miércoles 16 de julio, dos grupos diferentes de activistas se presentaron en las farmacias Taquechel y la histórica Droguería Sarrá, comprando medicinas y ofreciendo su pago en pesos cubanos. En ambas fueron confrontados por personal de seguridad de las instalaciones, que cerraron los establecimientos mientras se producía la protesta.

El jueves 17 de julio, las activistas Aimeé Garcés, Norbis Otero y Alfredo Montero Ramos ingresaron en la cafetería del mercado Meridiano, ubicada en las calles Infanta y Santa Marta, municipio Centro Habana, y ordenaron 2 perros calientes, 2 jugos de melocotón, dos laticas de frutas variadas y 1 caja de cigarrillos H Upmann. Al ofrecer el pago en pesos cubanos, los custodios del lugar les arrebataron el resto de los perros calientes pero se vieron forzados a aceptar el pago de los jugos y la caja de cigarrillos en pesos cubanos. Los tres activistas explicaron al público presente el motivo de su acción, y Norbis Otero exclamó “¡aquí aceptaron el PESO nuestro!”

A partir del 24 de junio, día en que comenzó la fase de desobediencia civil en el restaurant Lava Día, los promotores de Con la Misma Moneda han realizado 5 acciones en establecimientos de la capital (se adjunta lista).

“La campaña Con la Misma Moneda es una realidad concreta en marcha, que ya no puede ser desconocida ni por la opinión pública nacional ni la internacional”. Expresó desde La Habana Belinda Salas, Presidenta de FLAMUR. “Con este compromiso y visión estratégica estamos haciendo Historia”, agregó desde Miami Magdelivia Hidalgo, Representante Internacional de FLAMUR.

“Pedimos a las organizaciones internacionales y a la prensa respaldo y divulgación al esfuerzo extraordinario que están realizando nuestros compatriotas en pro de la verdadera soberanía nacional”.

Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR).

Tres contra tres

El viernes pasado, indirectamente, Raúl Castro puso una vez más sobre el tapete la antigua pregunta: ¿Se avecina un cambio de régimen en Cuba o el castrismo volverá una vez más a salirse con la suya? Al corto plazo, parece más probable lo segundo. Tres son los factores que conspiran contra una verdadera transición en Cuba:

-Como respondió a un corresponsal extranjero un actor residente en la Isla, el problema cubano es sistémico. “La dirigencia quiere permanecer donde está, porque de eso vive”. Indudablemente, la clase gobernante defenderá con uñas y dientes sus prerrogativas y privilegios, poniendo cuantos obstáculos estén a su alcance –sin descartar la violencia a gran escala- para impedir la apertura.

-Relacionado con lo anterior: el aparato de control social continúa haciendo su trabajo con efectividad. De él no sólo forman parte los soplones, la policía política o las brigadas paramilitares, sino las “jabitas”, las “misiones” al exterior y, en general, el tenebroso sistema de coerción gracias al que, por ejemplo, los trabajadores del sector turístico acuden en masa a las movilizaciones gubernamentales y/o acatan las reglas de juego oficialistas: de ello depende la conservación de su empleo, codiciadísimo en la Cuba de la doble moneda.

-Relacionado con esto último. Medio siglo de control social, desinformación y sobrepolitización, sin mencionar los males culturales ya conocidos, han dado a luz una sociedad descreída, irresponsable, que no cree en la política y que por tanto no aspira a transformarla. Una sociedad que vegeta, huye o se burla –una sociedad hastiada-, pero frecuentemente incapaz de hacerse cargo de su destino.

Asimismo, son tres los factores a favor de un cambio significativo, o por lo menos sustancial:

-La crisis mundial de los alimentos y el combustible afecta en primer lugar a Cuba, un país que apenas produce energía y ni siquiera es capaz de aprovechar la fertilidad de sus suelos.

-El hermano menor debe ofrecer soluciones concretas y llevarlas a la práctica con celeridad, una posición inversamente proporcional a la mantenida en su último discurso. Cualquier episodio imprevisto, aun el más trivial, podría resultar el detonante de la expectativa frustrada.

-El proceso de descomposición mediática que desde hace años padece el castrismo se ha acelerado con la agonía de Fidel Castro y la omnipresencia de Hugo Chávez, hazmerreír extranjero que buena parte de la población cubana desprecia. El constante éxodo de personalidades de la cultura, el deporte y la farándula echa más leña al fuego de la debacle simbólica.

Muerto, o moribundo, el máximo responsable de la tragedia cubana, ¿se alista la sociedad interior para emprender una verdadera transición? Son tres contra tres los factores a considerar en un año crucial –año-puente- para Cuba. Cabe apostar por los positivos.

Ilustración, Omar Santana

Textual: Con la Misma Moneda en tercera fase

La Habana, 15 de julio de 2008. Activistas de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) continuaron con sus acciones de desobediencia civil correspondientes a la tercera fase de la campaña “Con la Misma Moneda”, al exigir pago en moneda nacional en una farmacia ubicada en el casco histórico de la capital cubana.

La acción fue protagonizada ayer 14 de julio por Magaly Norbis Otero Suárez y Julio Beltrán Iglesias, quienes se personaron en la farmacia “El Malecón”, ubicada en la calle Obispo # 260 entre San Ignacio y Mercaderes, en la popular zona conocida como “El Boulevard”. Los activistas pidieron comprar un pomo del medicamento Omeprazol, a un costo de 14 CUC (pesos convertibles).

Al igual que la acción que inició la tercera fase, ocurrida el pasado 25 de Junio en el restaurant Lava Dia, al llegar el momento del pago los activistas ofrecieron pagar en moneda nacional, la cual fue rechazada por la persona que atiende la farmacia. Acto seguido se presentó el administrador del lugar, que le arrebató por la fuerza y confiscó el frasco que contenía el medicamento a Magalys Norbis, a pesar de que ésta ya lo había abierto para verificar si el número de tabletas coincidía con lo expresado en la etiqueta. Los activistas se retiraron del lugar, no sin antes expresar su derecho a continuar con este tipo de acciones en el futuro.

“Tal y como expresamos en su momento, estas acciones continuarán hasta que se cumpla la voluntad popular, expresada por las 10,738 firmas que entregamos a la Asamblea Nacional, de pagar en todos los establecimientos del país Con la Misma Moneda en que se nos pagan nuestros salarios”, declaró Belinda Salas, Presidenta de FLAMUR. “No nos dejaremos intimidar ni paralizar por la represión”.

“Esto demuestra nuestra voluntad de seguir adelante con la tercera fase de la campaña, y además resalta el hecho de que nuestras acciones no obedecen a hechos aislados ni esporádicos, sino a una verdadera visión estratégica no violenta”, declaró por su parte en Miami Magdelivia Hidalgo, Representante Internacional de FLAMUR.

Cortesía http://www.flamurcuba.org/



Visiones imperiales (I)

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En Europa cierta derecha puede, y hasta suele, ser antiamericana (para no hablar de cierta izquierda). Es el caso de la llamada Nueva Derecha, con epicentro en Francia. Dice el académico Alain de Benoist que “la apertura de un Macdonals o de un Walmart son una amenaza mayor para la identidad europea que la apertura de una mezquita”. Y también: “No tenemos por qué elegir entre la internacional del terrorismo y la colonización americana”.

De lo que se desprende que la “identidad europea” constituye una suerte de abstracción vaporosa, o quebradiza, que cual viuda alegre elude a sus pretendientes para no tirar de ellos, empujarlos a la cama y hacerse poseer. Vaga identidad aquella que se asume incapaz de digerir la apertura de un supermercado.

Cuba Inglesa inicia una serie de acercamientos a la política y la cultura americanas bajo el título genérico, potencialmente polémico, de Visiones imperiales. Desde ellos queremos visualizar la “cara oculta” de Estados Unidos, una nación blanco, mediática y diplomáticamente hablando, de la otredad en zafarrancho de combate. Aseguraba Octavio Paz que éste es “un país fuera de la historia”. Un país cronológico, se entiende. Que abre, o preconiza, la prehistoria de un nuevo tiempo.

La eterna batalla

Fragmento de una conferencia homónima ofrecida por Carlos Alberto Montaner en mayo de este año, en Panamá

Los norteamericanos estrenaron su república antes que nadie, frente el escepticismo de los poderes europeos, que pensaban que el experimento estaba condenado a terminar en un inmenso caos. Sin embargo, sucedió algo que ni siquiera estaba previsto por los padres de la patria: al fundar el nuevo orden social en la competencia y en el respeto a la ley, alejando de manera creciente el clientelismo y el favoritismo propios del mercantilismo (o del populismo, diríamos en nuestros días), la sociedad norteamericana comenzó a prosperar de manera acelerada hasta ponerse a la cabeza del planeta desde principios del siglo XX y hasta nuestros días.

Había sucedido lo que el historiador norteamericano Douglass North, Premio Nobel de Economía de 1993, describe como el paso de una sociedad de “acceso limitado”, fundada en el pacto de las élites dirigentes para controlar y repartirse las rentas, a una sociedad de “acceso abierto”, sostenida por la competencia constante en el terreno político y en el económico, mecanismo que renovaba constantemente a los grupos poderosos.

Desde entonces, unos cuantos países, repúblicas o monarquías constitucionales, han transitado en la misma dirección, cada uno con sus peculiaridades, convirtiéndose en sociedades muy ricas, algunas de ellas verdaderamente opulentas. Desgraciadamente, entre esos países no hay ninguno que pertenezca a la América Latina, aunque es posible que Chile, si no se descarrila, se encamine en esa dirección.

Cortesía http://www.firmaspress.com/

El problema del patriotismo

Fragmento de un artículo homónimo de Adolfo Rivero Caro

Si uno piensa que la sociedad americana es fundamentalmente injusta, no vacilará en hacer lo que haga falta para revolucionarla. ¿Aman realmente al país los que lo hacen? Los Rosenberg, por ejemplo, convencidos de que los Estados Unidos eran una potencia imperialista y agresiva, le pasaron los secretos de la bomba atómica a Stalin y a los rusos... ¿Se consideraban patriotas los Rosenberg? Creo que sí. Sin duda, amaban la geografía del país que los vio nacer. Simplemente detestaban sus instituciones. No querían obliterar a Estados Unidos del mapa, simplemente querían hacerlo comunista. No se consideraban traidores. Algunos musulmanes fundamentalistas, de origen americano, tampoco quieren la desaparición de Estados Unidos, simplemente quieren convertirlo en una república americana islámica. Ahora bien, ¿fueron realmente patriotas los Rosenberg? ¿Son patriotas los que aspiran a transformar radicalmente las grandes democracias modernas?

Un país no es simplemente una geografía, un paisaje. Un país es también un denso tejido de instituciones y de costumbres. En Estados Unidos esas instituciones fueron establecidas por los padres fundadores. Casi nadie discute que fueron extraordinariamente exitosas. Sin embargo, no pudieron impedir graves problemas. Los principios sobre los que se estableció la república americana, por ejemplo, eran esencialmente incompatibles con la esclavitud y el racismo. Sin embargo, complejas circunstancias históricas permitieron su existencia. Posteriormente, el Partido Demócrata, perdedor en la guerra civil, entronizó el racismo en una parte del país. Rechazar el racismo, sin embargo, no significaba rechazar los principios básicos de la nación, sino muy por el contrario reivindicarlos. El racismo había sido una brutal deformación de los principios establecidos por los padres fundadores. Era perfectamente posible amar las tradiciones de este país y luchar contra el racismo. No hacía falta ninguna revolución.

Nunca debemos olvidar que las democracias, las sociedades liberales (en el sentido clásico) siempre están bajo ataque. Y que ninguna es invulnerable. Durante todo el siglo pasado estuvieron bajo el implacable asedio de fascistas y comunistas, que constantemente subrayaban sus debilidades e insuficiencias. Hoy siguen bajo el ataque de esas mismas ideas, más o menos diluidas, junto al nuevo y violento asalto del fundamentalismo islámico. No sólo eso. El antiamericanismo une a esas ideologías tan dispares. Los ''progresistas'' de hoy hacen causa común con los dirigentes de las sociedades islámicas, donde las mujeres carecen de derechos elementales. Ahí tienen la grotesca alianza entre Chávez y Ahmadinejad.

Cortesía http://neoliberalismo.com/

En el país del superhombre

Fragmento de un texto más extenso de este autor

Lo extraordinario de Estados Unidos es que por primera vez en la historia surge un país en el que la correlación de fuerzas entre el ser dependiente y el independiente se inclina a favor del segundo. El “superhombre” es mayoría en Norteamérica, o al menos ha sido lo suficientemente numeroso en sus orígenes como para imponer un estilo de vida, una visión determinada de la realidad (el hombre como bestia negra de la Historia).

Estados Unidos es la modernidad en lucha con el pasado, el futuro antes de tiempo, atravesado entre la prehistoria y la posmodernidad (esa que no tiene nombre, que aún no puede ser). Un futuro en permanente fuga, terreno fértil para los juegos de rol. El escenario como significado, carretera sobre la que el protagonista despliega su persecución interminable, su individualidad vertiginosa. “El asceta. El mercader. El explorador”. Como afirma Octavio Paz, se trata de un país fuera de la historia.

La Declaración de Independencia estadounidense adelantó la idea revolucionaria, futurista, de que el ciudadano tiene derecho a la libertad y a la búsqueda de la felicidad. Debe leerse detenidamente: no a la felicidad, sino a la búsqueda de la misma. Una búsqueda que adopta tantas formas como las características del individuo que la emprende, pero que sólo viene como anillo al dedo, en toda su rotundidad y alcance, al “superhombre”. Aquel individuo que descubre, desde la seriedad con la que jugaba cuando era niño, que la vida no es más que eso: un juego de rol.

Cortesía Letra de Molde.



Galería de próceres (II)

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Entre los próceres de la desmitificación y, en general, el estamento culturalmente asentado de Thamacun, la idea de que los próceres de la sentencia representaban el antiguo orden estaba bastante extendida. Unos perfectos desconocidos –buena parte de las veces-, sin ascendiente alguno sobre la población ni otro rasgo distintivo que su, a ratos, insistente capacidad para el aforismo, habían disfrutado durante décadas del reconocimiento, o por lo menos la aceptación, de la inmensa mayoría de los thamacuneses (consideraban). No dejaba de ser, cuando menos, un fenómeno curioso.

Un fenómeno que, sin embargo, se consolidaría paulatinamente en el islote, hasta caracterizar, convertido en tradición, el itinerario de Cuba Inglesa.

La primera sesión del Cónclave de las Sentencias data de 1863, aunque algunos sostienen que todo comenzó en el verano de 1866. Un grupo de delegados razonables propuso a Guido Cementera, entonces encargado de Relaciones Públicas de Thamacun –con los ingleses en el gobierno, estos cargos eran meramente representativos-, instaurar una suerte de mesa redonda oratoria que, estructurada en torno al sentimiento cultural predominante, tradujera en palabras el “Hecho Thamacun”. Las sesiones se celebrarían cíclicamente, cada tres años. Antes, un proceso de primarias separaría la paja del trigo.

En 1866 el voto popular dedujo tres sentencias ganadoras:

-“Haber llegado a la cima, significa tener que volar” (Augusto Drury).

-“Cuando el destino sonríe, no le puedes pedir la carcajada” (Jeremías de los Reyes)

-“En toda ciudad hay un momento en el que sientes que puedes, o debes, corromperte. Es el momento de emigrar” (Bartolomé Caspar).

La segunda sentencia ganadora provocó lo que se conoce en el argot thamacunés como un “debate interior de referencia”. Durante años, incluso décadas, numerosos próceres, delegados y ciudadanos comentarían críticamente el aforismo. ¿"No le puedes pedir la carcajada”? ¿No era acaso Thamacun un punto de partida hacia lo inimaginable? ¿No ofrecía el Gran Salto Adelante suficiente espacio para la utopía interior? ¿El destino no era uno mismo? Y un siglo más tarde: ¿Uno mismo no era el todo, y la esencia, de Cuba Inglesa?

¿No constituía la propia Cuba Inglesa una revolucionaria, y fertilizante, carcajada?

Cortesía http://www.letrademolde.com/



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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
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