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La cruz sobre la isla, el socialismo y los actos de Dios

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Agrego a La cruz sobre la isla este oportuno artículo de Carlos Alberto Montaner, a propósito del “día después” del huracán y las incapacidades del socialismo para afrontarlo. Que lo disfruten:

El socialismo y los actos de Dios

un artículo de Carlos Alberto Montaner

Las catástrofes naturales suelen ser calificadas como ''actos de Dios''. Es una mala traducción del inglés. La tesis de este artículo, derivada de la experiencia, es que todavía hay algo más terrible que estos inesperados destrozos: la incapacidad de los socialistas para mitigar los actos de Dios. El tema es muy importante. Una buena parte de América Latina está apostando por el socialismo y se trata, precisamente, de una zona compuesta por países propensos a los grandes desastres naturales (terremotos, ciclones, inundaciones y monumentales deslizamientos de tierra), y esas devastadoras experiencias son todavía peores en sociedades organizadas en torno a Estados todopoderosos en los que la sociedad civil ha sido deliberadamente diezmada.

Me explico. En Cuba el ciclón Gustav acaba de destruir más de cien mil casas en el occidente del país. Isla de Pinos y Pinar del Río son hoy territorios devastados por la inclemencia del ciclón. Fidel Castro exagera cuando afirma que ha habido el equivalente de una explosión nuclear, pero ha sido muy grave. Medio millón de personas carecen de techo, agua potable, electricidad, comida o medicinas. Miles de escuelas, puentes y empresas agroindustriales -entre ellas la gran zona tabacalera- y centros de salud han sido demolidos por la fuerza del agua y del viento.

Afortunadamente, la pérdida de vidas humanas ha sido mínima por la gran habilidad de la organización de defensa civil que posee el país. Como se trata de una sociedad altamente militarizada y encuadrada en organizaciones de masas verticalmente controladas por la policía política, el gobierno es capaz de evacuar eficientemente un millón de personas en 24 horas. Eso lo hacen mucho mejor que las naciones democráticas más ricas del planeta.

Pero ahí comienza la agonía: no hay régimen más torpe que el socialismo para rehacer los estragos provocados por los desastres naturales o los generados por las guerras. En Cuba hay ''albergues provisionales'' en los que numerosas familias han pasado décadas a la espera de la reconstrucción de sus viviendas. Hace 45 años que otro devastador ciclón, el Flora, afectó a Cuba, y todavía hay secuelas y huellas de aquella tragedia. Algo de lo que nadie debe sorprenderse: en 1989, cuando fue derribado el muro de Berlín, el mundo entero pudo comprobar que los 44 años que habían transcurrido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial no les habían alcanzado a los comunistas para recoger los escombros provocados por los bombardeos de los aliados.

¿Por qué son tan incapaces los gobiernos socialistas-estatistas para reconstruir los daños materiales producidos por los grandes percances que periódicamente afectan a casi todas las sociedades? La primera razón tiene que ver con el inventario de repuestos. Son sociedades crónicamente desabastecidas, totalmente impotentes para solucionar situaciones imponderables debido a la infinita torpeza de los modelos de economía planificada. En Cuba no hay colchones, almohadas, inodoros, muebles o electrodomésticos de reemplazo para afrontar el más pequeño de los inconvenientes. No hay puertas, ventanas, tejas o planchas de madera o uralita para reconstruir los techos y paredes. En Cuba no hay prácticamente nada: el infeliz que perdió su poca ropa y sus zapatos demorará años en reunir un nuevo ajuar.

Pero la segunda razón es todavía más importante: en las sociedades socialistas altamente estatizadas (todas legendariamente improductivas), sólo hay un centro dotado de recursos (siempre notablemente limitados) capaz de tomar decisiones y de ejecutarlas. Eso genera una cadena de arbitrariedades, corrupción e ineficiencia que suele traducirse en la parálisis creciente de la recuperación. Sencillamente, los funcionarios que toman las decisiones no son los propios damnificados, sino una intrincada madeja de burócratas indiferentes a los que les da exactamente igual que se reconstruya la casa o se rehaga el puente, porque su responsabilidad, en el mejor de los casos, es administrar parsimoniosamente los escasos recursos que le han asignado.

Cristóbal Colón descubrió los ciclones precisamente en Cuba, y desde entonces se les conoce con el nombre con que los indios taínos designaban al dios responsable de enviar estos fenómenos: Huracán. Cuba siempre ha padecido huracanes porque está en el camino que suelen recorrer estos terribles gigantes, lo que no impidió que el país aprendiera a enfrentarse a ellos hábilmente. Sólo en el siglo XX, por lo menos tres ciclones han sido peores que el Gustav (años 1926, 1932 y 1944), pero en los tres casos en menos de seis meses habían desaparecido las cicatrices dejadas por estas colosales tormentas. ¿Por qué? Porque existía una densa sociedad civil provista de un gran tejido comercial, y cada persona sabía cuáles eran sus necesidades inmediatas y cómo afrontarlas. La ''mano invisible'' no sólo opera en circunstancias normales: es todavía más eficiente cuando tiene que improvisar soluciones de vida o muerte. Hoy esa inmensa tarea, absolutamente compleja y minuciosa, le corresponde al Estado y éste, simplemente, no sabe llevarla a cabo.

Cortesía http://www.firmaspress.com/

La cruz sobre la isla

un texto de Armando Añel

A punto de cumplirse medio siglo de totalitarismo en Cuba, la cruz meteorológica se superpone a la cruz política: apenas había abandonado el huracán Gustav la costa norte pinareña cuando ya Ike penetraba por Oriente, a la altura de Holguín. La multitud de blogs que han venido ocupándose del tema no me instigaba precisamente a abordarlo. Pero un par de observaciones del comentarista Apocalipsis Now, que pueden leerse en el tema anterior a éste, Montaner: El capitalismo que nos aguarda, me hizo cambiar de idea.

“Primero Gustav lo cruzó de sur a norte y ahora Ike lo cruza de este a oeste. Vertical, horizontal. Una cruz sobre el mapa cubano (...) Amaneceremos en una nueva Cuba definitivamente liberada de polvo y paja por el viento y la lluvia. Amanecerá este enero de 2009 marcando el fin de medio siglo de oprobio. El castrismo desaparecerá víctima de su naturaleza, de la naturaleza”, escribe el comentarista. Y termina afirmando que este año fallecerá Fidel Castro.

Más allá de los elementos especulativos del comentario, cabe argumentar en torno a algunos de sus ingredientes. Lo cierto es que no recuerdo la última vez que dos huracanes de categoría pasaron en cruz sobre el territorio cubano, con apenas horas de diferencia, y por supuesto, es evidente que nunca lo habían hecho en momentos tan complejos para el castrismo, que se debate entre la agonía del padre fundador y la imposibilidad de instrumentar reformas que, sin embargo, la población demanda desde hace meses. Una de las que se han estado demandando, recuérdese, es la eliminación de las visas de entrada y salida a los ciudadanos nacionales.

A propósito de la ayuda humanitaria, el asunto ha vuelto a ganar protagonismo. La cancillería cubana observa que en Estados Unidos “se ha desatado en las últimas horas un amplio debate público acerca de la posición que debería adoptar su gobierno ante los severos daños causados por el huracán Gustav en Cuba”. Considera que “las restricciones a los viajes y remesas de los residentes en los Estados Unidos de origen cubano nunca debieron aplicarse”. Y advierte: “Si por razones humanitarias se restablecieran esos derechos a los cubanos, no habría forma de explicar que se mantuviera dicha prohibición, igualmente injusta y discriminatoria, para los ciudadanos estadounidenses”.

Así, el castrismo condicionó inmediatamente las acciones humanitarias que se disponía a emprender Estados Unidos al levantamiento incondicional del embargo. Cosa a la que Washington, como era de esperar, se negó rotundamente. Mientras, en el exilio, los representantes cubanoamericanos, grupos como Consenso Cubano e intelectuales como Heriberto Hernández y Jorge Salcedo emitían llamamientos. Una carta abierta impulsada por Salcedo en http://salcedodiario.blogspot.com/ pide a La Habana, entre otras cosas, “que implemente el otorgamiento de visas humanitarias para que todos aquellos que deseen visitar Cuba con tal fin durante este periodo puedan hacerlo con sus actuales documentos de viaje, sin discriminación por motivos políticos u otros”.

Un pedido –el de que los cubanos en el exterior puedan ayudar a los damnificados con sus actuales documentos de viaje, sin discriminación por motivos políticos u otros- que cabría extender, en la medida de lo posible, a figuras de la cultura y la política a nivel internacional, dado que sus firmas suelen ser mucho más eficaces, en circunstancias como las actuales, que las de los propios exiliados.

Entretanto, según Reuters, “varios modelos indican que Ike podría emerger al Golfo de México a la altura de La Habana, una ciudad de poco más de dos millones de habitantes”. La agencia cita a Fidel Castro: “Estamos asediados en este instante por los huracanes. Más que nunca se impone la racionalidad”. Y ya se sabe qué significa racionalidad para la delincuencia de uniforme que gobierna Cuba: impedir a toda costa, incluso a costa del sufrimiento de millones de damnificados, que el movimiento humanitario escape al control del régimen.

“Mientras los enemigos se frotaban cínicamente las manos, los amigos, como se ha evidenciado, son muchos y están decididos a cooperar con nuestro pueblo”, asegura Fidel Castro en la última de sus reflexiones. “Las semillas de solidaridad sembradas durante largos años fructifican por todas partes. Aviones rusos y de otros países llegaron rápido desde miles de kilómetros de distancia con productos que se miden no por su volumen o su precio, sino por su significado. Donaciones de pequeños Estados como Timor Leste, mensajes de países importantes y amistosos como Rusia, Viet Nam, China y otros, expresaron la disposición de cooperar todo lo posible en los programas de inversión que debemos acometer de inmediato para restablecer la producción y desarrollarla (…) La hermana República Bolivariana de Venezuela, y su presidente Hugo Chávez, han adoptado medidas que constituyen el más generoso gesto de solidaridad que ha conocido nuestra patria”.

Pero, a pesar de las ayudas enumeradas por el hermano mayor, una situación de la envergadura de la que nos ocupa podría volverse en su contra –tanto si el régimen persiste en su cerrazón como si se abre-, con la camisa de fuerza estatal desgarrada por las inclemencias del tiempo.

En cualquier caso, ¿la cruz meteorológica nos está anunciando el principio del fin? ¿Podremos cerrar en enero, como anuncia el comentarista Apocalipsis Now, el capítulo de medio siglo de dictadura totalitaria? En el corazón de Occidente, con un exilio que representa cerca del veinte por ciento de la población cubana a apenas noventa millas, sin financistas de peso más allá de un Hugo Chávez crecientemente impopular y con la desaparición política de su máximo cancerbero consumada –la desaparición política de esa mezcla de encantador de serpientes y azote de reformistas que fuera Fidel Castro no constituye un desencadenante menor-, ¿estará la dirigencia castrista en condiciones de sostener el inmovilismo por mucho más tiempo?

La dirigencia sabe que la apertura, sea de la índole que sea, significa su final. Mientras, la cruz continúa sobre la Isla.



Montaner: El capitalismo que nos aguarda

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Mucho se ha hablado, y escrito, en torno a la influencia que ejercería el exilio cubano sobre una futura Cuba democrática. También sobre los modelos socio-económicos a implementar el día después, tras el fin del totalitarismo. La recurrencia del tema tiene que ver también, probablemente, con la insistencia de la maquinaria propagandística del castrismo, que no cesa en su intención de hacerle pasar gato por liebre a la población cubana, esto es, de hacerle creer que el exilio regresará a Cuba a quitarle sus exiguas propiedades o a explotarla como mano de obra barata, o que el capitalismo poscastrista sería por el estilo del haitiano.

No tiene que ser así, nos explica Carlos Alberto Montaner en el siguiente texto, fragmento de una conferencia que bajo el título El futuro democrático de Cuba: Qué tipo de capitalismo nos aguarda ofreciera en el Foro Nueva Economía, en Madrid. Que lo disfruten.

Textual: ¿Qué tipo de sociedad queremos?

un texto de Carlos Alberto Montaner

En esta nueva etapa que se avecina es muy importante saber adónde queremos llegar y cuál es nuestra visión de futuro, panorama que acaso resulta fácil de precisar: Cuba debe ser un país normal, en paz y armonía con el resto del mundo, parecido a esas treinta naciones punteras que describe el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, destino perfectamente alcanzable en el curso de una generación.

En general, se trata de Estados de derecho fundados sobre la idea de que la autoridad, periódicamente renovada por medio de comicios trasparentes y plurales, radica en el seno de la sociedad y se expresa por medio de instituciones neutrales reguladas por leyes que no reconocen privilegios ni excepciones, y no por caudillos iluminados ni por grupos o partidos que arbitrariamente se arrogan la representación colectiva. Estados, además, en los que las transacciones se hacen dentro de un modelo económico regido por el mercado, y en los que la propiedad privada se reconoce como uno de los derechos humanos fundamentales porque sin su existencia, como se comprobó a lo largo del siglo XX, es imposible el mantenimiento de las libertades o el logro de la prosperidad.

El régimen cubano afirma que, de producirse un cambio, el destino que les espera a los cubanos, impuesto desde Estados Unidos, es el capitalismo de Haití, no el de España o Bélgica, pero ésa es sólo una consigna alarmista concebida para sembrar la incertidumbre y tratar de impedir las reformas. ¿Por qué Estados Unidos o la Unión Europea querrían una Cuba empobrecida a la que habría que subsidiar permanentemente en vez de un país rico con el que se pudieran realizar muchas transacciones mutuamente ventajosas?

Es verdad que un país puede tener democracia, libertad y propiedad privada, y ser, simultáneamente, un país muy pobre, injusto y con hirientes diferencias sociales, como sucede en Honduras, Guatemala, República Dominicana o el mencionado Haití, pero ese triste desempeño económico y esa falta de esperanzas no es el resultado de malvados designios procedentes del exterior, como sostenían los apóstoles de la equivocada Teoría de la Dependencia, o como hoy asegura Fidel Castro que les sucederá a los cubanos, sino es la consecuencia de la irresponsable y a veces criminal actuación de las propias clases dirigentes del país, combinada con una mentalidad social refractaria al progreso y al desarrollo.

• El capitalismo que vendrá a Cuba no podrá ser mercantilista. Es decir, el gobierno no podrá decidir quiénes son los favoritos a los que hay que enriquecer, ya sean nacionales y extranjeros, y los factores con los que va a forjar una alianza de mutua conveniencia para controlar las riquezas que se produzcan mediante el uso discriminatorio y abusivo del poder.

• El capitalismo que vendrá a Cuba no podrá ser oligárquico. Esto es, no será la nuestra un tipo de sociedad en la que los grandes intereses económicos forjen una alianza para colocar a los gobiernos y a los partidos políticos a su servicio en detrimento de las necesidades generales de la sociedad.

• El capitalismo que vendrá a Cuba no será el corporativismo socialista o fascistoide, autárquico, ruinoso por el peso de las ineficientes empresas estatales, plagado de trabas burocráticas, paralizado por normas inflexibles o por imposibles cargas tributarias, enfrentado en estériles conflictos de clase artificialmente engendrados, que no consiguen otra cosa que empobrecer a los pueblos.

• El capitalismo que vendrá, el que llevaremos a Cuba, es el moderno, abierto, competitivo, signado por la búsqueda de productividad, fuertemente integrado al resto del mundo desarrollado. Un modelo de desarrollo capitalista en el que se estimule la incesante creación de empresas que luchen limpiamente por cuotas de mercado mediante la calidad y el precio de los bienes o los servicios que se oferten. Un capitalismo que no tenga como atractivo la pobreza de su mano de obra, sino el alto nivel de productividad y la complejidad técnica y científica de unos trabajadores cubanos, respetuosa y dignamente tratados, dotados de derechos sindicales, capaces de alcanzar a cambio de su esfuerzo una alta remuneración que les procure el modo de vida digno que se encuentra en esas treinta naciones punteras a que hacíamos referencia. Nuestro modelo no es Haití: es Israel, es Irlanda, es España, y existen condiciones humanas y económicas para lograr implantarlo.

La responsabilidad social corporativa

Esa definición del modelo económico a que aspiran los cubanos debe servir, también, como un severo juicio crítico contra los precarios bolsones de economía semiprivada que medran en la Cuba actual. Las inversiones extranjeras que existen en Cuba, que son las que la dictadura autoriza y controla mediante la modalidad de empresas mixtas, no sirven a los intereses de la sociedad cubana, sino contribuyen dolosamente a la supervivencia de la dictadura, y constituyen una expresión del peor capitalismo estatal mercantilista.

Mediante este modelo, el gobierno cubano, sin ocultar el asco que les merecen, elige a unos dóciles inversionistas, guiados exclusivamente por el objetivo de obtener beneficios, y dentro de esas empresas mixtas reproduce lo peor del modelo político totalitario: la explotación inicua de los trabajadores, a los que se les confisca el noventa y cinco por ciento de su salario mediante un tramposo cambio de moneda, más la represión política y la falta de libertades que existen en el resto de las instituciones del país.

Los empresarios serios, españoles o de cualquier otra latitud, no deben prestarse a esa sórdida complicidad. No es verdad que con su presencia en Cuba aceleran un posible cambio. Esa es una falaz excusa concebida para tratar de esconder una inocultable falta de escrúpulos. Tampoco pueden escudarse en la supuesta indiferencia de los empresarios ante las consecuencias políticas y sociales de sus actos, siempre que estén amparados por la legitimidad oficial. Cuando la legitimidad oficial propaga los abusos, la discriminación y el apartheid, vulnerando los derechos fundamentales de las personas, esa legitimidad se extingue de jure, convirtiéndose en una norma inmoral de la que no debe servirse ninguna empresa que comprenda y asuma lo que es la responsabilidad social corporativa.

Los empresarios serios, españoles o de cualquier otra latitud, tampoco deben sucumbir a la superstición de que es conveniente estar en Cuba cuando se produzcan los cambios. Lo sensato no es colaborar con la dictadura. Lo probable es que, quienes ya estén, tendrán que enfrentarse a cuantiosas reclamaciones legales (y a probables responsabilidades penales) por parte de los trabajadores que durante años han visto como en Cuba se violan las reglas establecidas por la Organización Internacional del Trabajo, reglas a las que tanto las empresas como el Estado cubano están obligados a someterse. Por otra parte, de muy poco les servirá a esos empresarios estar en Cuba, inmoralmente posicionados, a la espera de que surjan cambios, si a lo que aspiramos los cubanos es a instaurar en la Isla un modelo de desarrollo capitalista fundado en la competencia y la ley, y no en el compadrazgo, el mercantilismo o el contubernio entre los empresarios buscadores de renta fácil y funcionarios venales dispuestos a concederla a cambio de alguna corruptela.

Es un notable error táctico y una falla moral muy censurable, indigna de cualquier empresario moderno que se respete, participar en una repartición de privilegios mercantilistas y en la asignación de monopolios, invirtiendo en un coto cerrado en el que la población carece de mecanismos de defensa legal. Las sociedades verdaderamente prósperas, y en donde se hacen los mejores y más transparentes negocios, son aquellas en las que todos los agentes económicos que se lo propongan, y no los elegidos por una dictadura, pueden participar y competir libremente en el mercado.

Cortesía http://www.firmaspress.com/



Palin, una historia americana (actualizado)

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Mientras ondulaban banderas al fondo, en la gran pantalla que enmarcaba el estrado, John McCain clausuraba ayer la Convención Republicana con un discurso de intenciones. La primera de ellas: Rescatar la palabra “cambio” para la causa conservadora. Adicionalmente, su alocución estuvo marcada por lo que horas antes el senador cubanoamericano Mel Martínez definiera como un concepto prioritario en estas elecciones: La seguridad nacional. La paz, consideran Martínez y McCain, es un producto de la fortaleza.

El candidato republicano comenzó felicitando a Barack Obama. “Lo importante es que somos compatriotas, una asociación que valoro por encima de todas las otras”, dijo. Seguidamente, dio un golpe en la mesa: anunció lo que considera el proyecto norteamericano más ambicioso en décadas, que le ahorraría unos 700,000 millones de dólares anuales a unos Estados Unidos dependientes, energéticamente, de países y gobiernos que no le “tienen mucho aprecio”. “Vamos a perforar en la plataforma continental ahora”, subrayó McCain, que llamó la atención sobre los millones de empleos que una decisión de esa índole acarrearía. “Este es un plan ambicioso, pero los estadounidenses somos ambiciosos por naturaleza”.

La descripción, con moraleja incluida, de sus avatares en Vietnam mientras estuvo prisionero, aderezada con ese toque de humildad tan del gusto del norteamericano promedio, constituyó uno de los momentos cumbres de la alocución de McCain. El discurso en frases cortas:

-“Vamos a cambiar la forma en que se trabaja en Washington”.

-“El constante rencor partidista que nos impide resolver los problemas no es una causa, es un síntoma. Es lo que pasa cuando la gente va a Washington a trabajar para sí mismos en lugar de para ustedes”.

-“Creemos en la recompensa por el trabajo arduo y en los que asumen riesgos, y en propiciar que la gente se beneficie del fruto de su trabajo”.

-“Nada genera más felicidad en la vida que servir a una causa que lo trasciende a uno mismo”.

-“Me enamoré de este país cuando era prisionero en otro. Y lo amé no por las comodidades y la calidad de vida, sino por su decencia, por su fe en la sabiduría y en la justicia, por la bondad de su gente. Lo amé no como geografía, sino como idea por la que merecía la pena luchar”.

-“Agradezco al presidente de Estados Unidos por guiarnos en esos días oscuros que siguieron al peor ataque en la historia de Estados Unidos”.

-“Aquí nada es inevitable. Somos americanos, y logramos lo que nos proponemos”.

-“Estableceremos un nuevo estándar de transparencia en el gobierno”.

-“Como presidente extenderé mi mano a cualquiera que me ayude a poner este país nuevamente en marcha”.

-“Nosotros no claudicamos ante la Historia, no nos escondemos de la Historia. Nosotros hacemos la Historia”.

Palin, una historia americana

La Palin se las trae. La candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano es más dura que el roble. “Soy sólo una madre que reza por sus hijos”, enfatizó durante su discurso de aceptación de este miércoles, en Saint Paul, para enseguida confesar que se siente orgullosa de los militares norteamericanos. Más dura que el roble y tan familiar como aquellos cuentos infantiles: El perfil de hada madrina, los énfasis sobre los que giraba a medida que se sumergía en su oratoria, la enérgica cadencia de los lugares comunes. Sólo faltó la varita mágica.

Sarah Palin no defraudó en su intervención de ayer ante la Convención Republicana. Se le vio a sus anchas, implacable en su ofensiva contra el ticket demócrata. Previamente los ex candidatos a la presidencia Mitt Romney, y sobre todo Rudolph Giuliani, habían desbrozado el camino descargando artillería gruesa sobre la candidatura de Barack Obama. Según el ex alcalde de Nueva York, Palin “tiene más experiencia que los dos candidatos demócratas juntos. Ha liderado una ciudad y un Estado. Y ha reducido los impuestos y el gasto gubernamental”.

En cualquier caso, la de Palin es una historia americana. Con 44 años, es la primera mujer en correr una candidatura republicana para la vicepresidencia y la segunda a nivel bipartidista tras la demócrata Geraldine Ferraro, que lo hizo en 1984. También es la primera mujer gobernadora de Alaska (juró su cargo en 2006). Nacida en Idaho, en su niñez se trasladó con su familia al Estado más norteño de Estados Unidos. Creció en Wasilla, una ciudad de apenas diez mil habitantes.

Palin se estrenó en la política ganando un puesto en el Ayuntamiento de Wasilla, en 1992. Fue elegida alcaldesa de la ciudad cuatro años después, con sólo 32 abriles a cuestas. Sin experiencia nacional y con menos de dos años de recorrido como gobernadora, la candidata a la vicepresidencia, sin embargo, no se anda con chiquitas. Nada más asumir su cargo vendió por Internet el avión asignado a la gobernación, y se desembarazó de los servicios del cocinero particular del ejecutivo.

Puede haber una motivación extra en la elección de Sarah Palin por el equipo de John McCain. Ella, que ha enfrentado puntualmente a las empresas petroleras (“Palin ha combatido a las grandes compañías petroleras y ha luchado por el desarrollo de nuevas fuentes de energía”, dice el cubanoamericano Marco Rubio, presidente de la Cámara de Representantes de la Florida), es la gobernadora de un Estado en el que los republicanos quieren perforar.

A estas alturas, ya hay quienes se preguntan si esta vicepresidenta de armas tomar no opacaría la presidencia de McCain una vez en la Casa Blanca. “"Nuestro rival –dijo en referencia a Obama- ha escrito dos libros de memorias, pero no ha sido capaz de firmar un sólo proyecto de ley importante, ni siquiera en su propio Estado”.

En el ojo de la tormenta

De cualquier manera, los ataques contra la elección de Palin no se han hecho de rogar por estos días. “Desde su selección el viernes por McCain –indica la cadena hispana Telemundo en su página web- se supo de Palin que su marido, Todd, fue detenido cuando tenía 22 años por manejar borracho; que su hija soltera de 17 años está embarazada; que ella fumó marihuana y que su marido, y no ella, fue militante de un partido independentista en Alaska, entre otras cosas”.

Pero la candidata sabe hablar alto y claro. “No soy miembro del establishment político”, observó durante su discurso. “He aprendido que si no eres un miembro de la elite de Washington algunos medios te consideran un candidato sin cualificación. Pero tengo noticias para los reporteros y comentaristas: No voy a Washington a ganarme su aprobación, voy a Washington a servir al pueblo americano”.

La gobernadora admitió el pasado lunes que, efectivamente, su hija Bristol está embarazada de cinco meses, aunque matizó que se casará con el padre de la criatura, presente en la convención. Adicionalmente, Palin anunció ese mismo día la contratación de un abogado privado para que la represente en la investigación que se lleva en su contra, en torno a presuntos abusos de poder relacionados con el despido de su ex cuñado, agente del orden público.

En este apartado debe reconocerse la posición del candidato demócrata, Barack Obama, quien ha advertido a su campaña que no hurgue en la vida privada de Palin.

El discurso

"Supongo que ser alcalde de una pequeña comunidad es ser también una especie de organizador comunal, excepto que se tienen responsabilidades de verdad", dijo Sarah Palin en alusión a Obama, quien durante su juventud trabajó brevemente como organizador comunitario. La tónica del discurso de la gobernadora este miércoles, en Saint Paul, fue por el estilo, resaltando las carencias del ticket demócrata:

"Los terroristas de Al Qaeda conspiran para hacer un daño catastrófico a América”, señaló. “Mientras, Obama está preocupado porque a alguno de ellos no le lean sus derechos”.

El énfasis lo puso en la lucha contra la corrupción y la independencia energética. “Estados Unidos no debe quedar a merced de los proveedores extranjeros”, argumentó, y mencionó el caso de Venezuela. Dijo que, ciertamente, extraer petróleo no es la solución a largo plazo, pero que ello no es excusa para no hacer nada. Así, aseguró que una administración McCain-Palin instalaría más oleoductos, construiría más plantas nucleares, crearía más empleos con carbón limpio y avanzaría “en las fuentes de energía solar, geotérmica y otras alternativas”.

A pesar de los anuncios del candidato demócrata en sentido contrario, Palin insistió en que una hipotética administración Obama subiría los impuestos. “Hay candidatos que utilizan el cambio para promover su carrera”, observó. “Pero hay otros, como John McCain, que utilizan su carrera para promover el cambio”.

Las encuestas

Entretanto, el baile de las encuestas arrecia. Barack Obama, que ha entrado en una nueva racha ganadora, atraviesa su mejor momento en los sondeos desde finales de junio. Según la web RealClearPolitics, especializada en este apartado, el candidato demócrata saca ventaja de entre seis y nueve puntos a su rival republicano, 49,2% frente a 42,8%. Rasmussen establece una diferencia de cinco puntos porcentuales (48 a 43 a favor de Obama). Por su parte, CBS News apunta que el senador por Illinois aventaja a su oponente en ocho puntos.

CNN indica que el candidato demócrata va delante en dos Estados estratégicos: en Iowa, donde alcanza un 55% de aprobación contra un 40% de McCain, y en Minnesota, con 53% contra 41%.

En cualquier caso, el baile no se detiene, y el cierre de la Convención Republicana puede volcar nuevamente los sondeos. La carrera hacia la Casa Blanca apenas entra en su penúltima etapa.



Ichikawa: El cartismo

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un artículo de Emilio Ichikawa

He firmado cartas públicas a favor de varias causas. Pero siempre he dudado de ellas; de las cartas, no de las causas. Bueno, de algunas causas también. Las malas historias de las cartas contra Neruda, por la condena de los tres jóvenes que se querían ir de Cuba, las decenas de cartas inútiles que se circularon en las escuelas donde estudié o trabajé… Todo eso debió influir en mi escepticismo. Y digamos que influyeron también, ya que soy un ex profesor de marxismo (y un escritor de ex marxismo), las críticas que para favorecer a la revolución hice a movimientos pacifistas, o semi pacifistas, "burgueses", como el "luddismo" y el cartismo inglés de la primera mitad de siglo XIX.

Cuando hace una semana Ernesto Hernández Busto circuló la carta acerca del affaire "Porno para Ricardo-Gorki", me puse a pensar. Firmé finalmente. Ayudado, tengo que decirlo, por la inspiración de Santiago Chago Méndez Alpízar: creo en una persona que día a día, pase lo que pase, dice algo referente a la poesía, la cenicienta de las artes contemporáneas. Sin embargo, no tenía razón para dudar de la creencia de Hernández Busto en la efectividad de las cartas. Fue por él por quien precisamente me decidí a firmar otra carta circulada hace poco, por no recuerdo qué causa. Justa, eso sí me consta, porque después lo comentamos. Esta última carta ha sido inspiradora. Y me alegro por Penúltimos Días, El Tono de la Voz de Jorge Ferrer y demás promotores.

Pero a los e-Box siguen llegando otras cartas y otras peticiones de firmas, colaboraciones, contribuciones, etcétera. Al momento tenemos la discutida carta por el pedido de clemencia presidencial para el Sr. Arocena, ayer llegó una para pedir al Comité de Estocolmo la nominación del Dr. Oscar Elías Biscet, y comienzan a llegar las convocatorias para solidarizarnos con los compatriotas afectados por el huracán Gustav.

A la altura en que estamos ya uno no pregunta por la causa, sino por quién es el remitente de la carta en cuestión. Puede ser justa la causa, pero si quien la envía no me es de fiar, pues… Y lo contrario: a veces ni sé de lo que se trata, pero si la envía una persona de credibilidad, pues…

Recuerdo aquella famosa carta de Reinaldo Arenas pidiendo un plebiscito a Castro. La firmaban varios Premio Nobel y otras personalidades de la cultura y la política. Pocos realmente, pero aquello pesaba. En el mundo actual la cosa cambia, o debería cambiar. ¿Vale la calidad o la cantidad? ¿Debe firmarse con número de identidad y nombre propio o, como aceptan los blogs promotores, con pseudónimos o "anónimos"? Si en esto el "anónimo" no vale porque se trata de una cosa seria, ¿entonces cómo aceptar que anónimamente se pueda hablar de la libertad de Cuba, del prestigio de un colega o de la legitimidad de una elección?

Si con cartas colectivas podemos liberar a Cuba, entonces, ¿para qué escribir poemas, ensayos e informes retóricos sobre esa libertad tangible?

Cortesía http://www.emilioichikawa.blogspot.com/



Crónicas y un premio inmerecido

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Los méritos de http://salcedodiario.blogspot.com/ son de sobra conocidos. Por ejemplo, el hecho de publicar un poema propio diariamente constituye ya, de por sí, un reto que pocos estamos en capacidad de afrontar. Pero además, hay que sumar un mérito lateral a los otros muchos: la generosidad de su editor. Jorge Salcedo ha concedido a Cuba Inglesa un premio inmerecido: el “Brillante Weblog”.

Según las bases de la cadena, el editor del blog premiado –Salcedo fue premiado él mismo- debe escoger, a su vez, siete blogs de su preferencia. Como yo suelo ser parcial cuando se trata de amigos, y como recurro siempre a La Diosa en los momentos difíciles, ahora no iba a hacer una excepción. Ella se decidió por las siguientes bitácoras, todas “noveles”, porque según estima lo importante es divulgar a los que recién empiezan, de manera que el fenómeno bloguero crezca cada vez más (den clic sobre ellas, por favor):

Fernandina de Jagua, http://denisfortun.blogspot.com/

Cerebro de Espuma, http://cerebroespuma.wordpress.com/

Nobama, http://nobama-nobama.blogspot.com/

Palmar de Junco, http://www.cubaencuentro.com/fernando-vila/blogs/palmar-de-junco/

Cuba Underground, http://cubaunderground.com/

El blog del thamacunés, http://thamacun.blogspot.com/

Pepinistas, http://pepinistas.blogspot.com/

Las bases estipulan, además, que:

-Al recibir el premio, se ha de escribir un post mostrando el premio y se ha de citar el nombre del blog o web que te lo otorga y enlazarlo al post de ese blog o web que te nombra ganador.

-Elegir un mínimo de siete blogs (pueden ser más) que creas que brillan por su temática y/o su diseño, para otorgarles el premio a tu vez. Escribir sus nombres y los enlaces a ellos en tu blog.

-Avisarles de que han sido premiados con el premio “Brillante Weblog”, incluyendo en el texto las Bases del concurso, para que continúen la red.

Crónicas: La desaparición de la marquesa

Cuando a principios del pasado siglo el descubrimiento de la desaparición de Beatriz de Eugenia obligó a infinidad de historiadores a revisar sus archivos, los abuelos de Idamanda Rosael aún no habían nacido. Hasta entonces, la historiografía de Thamacun extendía un denso manto teórico, pespunteado de especulaciones frecuentemente insustanciales, sobre los orígenes de El Hecho. Con la marquesa finalmente se pisaba tierra firme. Con la desaparición de la marquesa en específico.

Hacia 1762, Beatriz de Eugenia habitaba una Habana eminentemente portuaria y, por lo mismo, desproporcionadamente masculina. La toma de la ciudad por los ingleses acentuaría esta última peculiaridad. Un número indeterminado pero sustancial de prostitutas remediaba como buenamente podía este inconveniente, manteniendo a buen recaudo los apetitos de forasteros y lugareños. En este contexto concurre el encuentro seminal de Thamacun: la marquesa conoce a Richard Megan, oficial británico con mando en plaza, y los acontecimientos que desembocan en la fundación de Cuba Inglesa confluyen hacia el futuro.

Antes de conocer a Megan la marquesa, todo hay que decirlo, había sido profundamente infeliz. Casada apenas rebasada la adolescencia con el marqués Florencio de Eugenia –un acaudalado cincuentón de origen mediterráneo-, a sus veintitrés años había alcanzado la resignación de oficio propia de las mujeres comprometidas por decreto. Pero fue ver a Megan, fue ver Megan a Eugenia, y la resignación de oficio desapareció sin dejar rastro. La súbita pareja, luego de una serie de vertiginosos encuentros amorosos, dejó atrás la clandestinidad del adulterio para instalarse, alborozada, en la clandestinidad de la fuga perpetua.

El británico y la cubana desaparecieron juntos la víspera del regreso del marqués de Eugenia, quien previamente había emprendido un viaje de negocios. Megan, el desertor, tenía un oscuro futuro profesional por delante. Beatriz, la infiel, debía enfrentar –o eludir- los rigores de una sociedad retrógrada, minuciosamente machista. Los ingleses, entretanto, abandonaban La Habana. Todo apuntaba hacia La Refundación.

Un nuevo y revolucionario burdel abría sus puertas. Lo llamaron La Casa del Cerdo.

Crónicas disidentes: Las vergüenzas de Thamacun

un texto de Gulliver

Un día se escribirá la verdadera historia y las crónicas infames, la propaganda demagógica y las loas panfleteras a El Hecho, alojadas en este foro, quedarán como lo que son: una infamia.

Cuba Central ha sido un semillero contaminado por todos y cada uno de los que pensaron que las palomitas que volaban eran de maíz: ¡ingenuos levitantes! Thamacun esconde sus vergüenzas y la Espantá -eso que llamáis Éxodo- tiene cuentas pendientes, Cuba Inglesa la mayor cuenta pendiente de todas.

Es un hecho probado que los nefastos CDR fueron ideados en Thamacun y, ¡qué casualidad!, también un 28 de septiembre, pero de 1958. Jugaron con fuego y terminaron en la pira de la vergüenza. ¿Los creadores? Todos, porque en su perseverancia reconquistadora no tuvieron límites. ¿Será por este hecho que El flautista de Hamelin fue una obra prohibida en Thamacun y los Hermanos Grimm son considerados escritores malditos? La respuesta es obvia.

Otro hecho probado y no menos importante fue la participación activa de estos cobardes en la creación de la Sala W. Tell, en la Biblioteca Nacional José Martí. Entrar en ella precisaba de ciertos códigos que no todos conocían, pues entre ellos había (hay) élites de un comportamiento claramente sectario. En dicha sala se encontraban incunables de un valor incalculable, cuyo contenido guardan celosamente, pues fueron sacados clandestinamente aprovechando el éxodo de Camarioca. Hace años que el British Museum reclama la propiedad de dichos documentos y el M5 está en ello. Esa sala y esos documentos son el origen de la Cuba de hoy, no lo duden.

Por último: El Magnicidio. Magnicidio es una palabra prohibida en Cuba Inglesa, fue borrada de su leguaje -dialecto de cirqueros de Northampton- y no existe ni siquiera en los códigos que usan para reconocerse. ¿Por qué? Porque ahí está la clave de su invisibilidad, de su permanente huída celestial. Quisieron pagar una deuda y no calcularon las consecuencias. Noviembre de 1963, Dallas.



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El Reducto que los ingleses se negaron a canjear por la Florida

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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
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