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Una entrevista con Rodrigo de la Luz

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Con la poesía de Rodrigo de la Luz (Las Villas, 1969) no suele haber términos medios. Dueño de un registro impredecible, en el que el humor, la nostalgia y ciertos tics surrealistas confluyen en una suerte de estética naif, a ratos lúdica, es en la plástica, probablemente, donde su creatividad encuentra el escenario por antonomasia. Recomiendo, en particular, sus figuras montadas a base de objetos desechables, en las que con frecuencia alcanza momentos geniales.

Con varias exposiciones personales en su haber y dos poemarios publicados –Mujer de invierno y Poesía viva-, De la Luz es ya parte consustancial del entramado cultural miamense.

¿Cómo te interesa definirte, como poeta o como artista plástico?

No pudiera renunciar a ninguna de estas dos vocaciones. Me gustan todas las ramas del arte, desde el gesto de un actor en su perfil, al trazo de un pintor, sus raros símbolos, a las frases de un poeta, el giro de una bailarina, etcétera. Pero con la pintura y la poesía tengo una afinidad especial.

¿Cuáles son los obstáculos y ventajas que has encontrado a la hora de desarrollar una carrera como artista y escritor en Miami?

Miami es un buen lugar para hacer arte. Al principio no lo entendía así, pues el arte también es una noción de patria. Va con uno a donde uno vaya, y aquí en Miami pienso que a muchos les ha pasado lo mismo. A propósito, deberíamos aprender a apostar por los artistas del patio. Ellos también han saltado los mismos obstáculos que yo.

Los obstáculos son los mismos que han afrontado a través de los años casi todos los artistas. Sin embargo, a veces los artistas hispanos tenemos que enfrentarnos a los prejuicios de algunos en Estados Unidos. Me entristece ver como ese tipo de prejuicio ha causado que tantos niños se hayan quedado solos porque sus padres han sido deportados.

No obstante, debo reconocer que los artistas de mi generación han tenido menos problemas en Miami gracias a una creciente comunidad hispana interesada en las artes. En esto precisamente radica la ventaja de ser un artista y poeta hispano en esta ciudad.

Lo que es bueno para Miami también nos favorece a cada uno de nosotros personalmente. Después de todo, aquí viven Gustavo Acosta, José Bedia, Tony López, Carbonell, Rafael Soriano, Carlos Estévez, María Martínez-Cañas, Rubén Torres-Llorca, Glexis Novoa, etcétera. Aquí han dejado su huella Cundo Bermúdez, Mijares, Carlos Alfonzo y otros grandes artistas.

En el plano de la literatura han contribuido al desarrollo cultural de Miami excelentes escritores, como Daína Chaviano, José Abreu-Felipe, Carlos Alberto Montaner, José Lorenzo Fuentes, Reinaldo García Ramos, Juan Cueto o Enrique Ros. También aquí vivieron y fallecieron escritores de la talla de Lydia Cabrera, Enrique Labrador Ruiz, Carlos Victoria y Luis Aguilar León.

¿Qué dejaste en Cuba que te hubiera gustado tener en el exilio?

Más bien a quién dejé en Cuba…a mi madre, primos, sobrinos y tantos amigos que quería con el alma. También pienso en muchos niños muy pobres que conocí y que me hubiera gustado hacer algo por ellos. No pierdo la esperanza de fundar una organización que recoja juguetes, aunque sean de uso, para repartir a tantos niños cubanos que no tienen nada. Con lo que botan los niños de aquí, muchos de los de allá serían felices. Los que gozamos de esta dicha no debemos olvidarnos de los de allá. A veces recuerdo a los niños durante la dictadura de Ceaucescu, en los orfanatos de Rumanía, y me horroriza pensar que eso pueda estar sucediendo en la isla.

¿Te consideras un incomprendido?

Soy un poeta popular. Ser incomprendido es un lujo que no me puedo dar en estos tiempos, más hoy en día, que si no logras que te lean en vida después de muerto menos lo harán. Lo contrario, al parecer, fue lo que pasó con Franz Kafka y unos pocos más. A Lezama no le interesaba que lo comprendieran. Sabía que estaba escribiendo una obra sin parangón, pero a estos actuales incomprendidos por naturaleza no sólo no se les comprende como poetas sino que, además, como personas no se comprenden ni ellos mismos. Prefiero a los que saben para dónde van, así sea para el infierno.

¿Te consideras un trabajador?

Sí, trabajo mucho, siempre buscando dar lo mejor de mí, como poeta y como artista. Creo que todos los artistas serios lo hacen. A veces no estoy inspirado, pero sigo trabajando. Mientras respire estaré recreando una imagen, cantando una canción o preparando un poema, una frase.

¿Proyectos para un futuro inmediato?

Me gusta lo impredecible, que me sorprendan las musas…

Tengo hace mucho tiempo un poemario listo para publicar, llamado Mío Mundo, al que al parecer le pasará lo mismo que a Poesía Viva, destinado por años a la gaveta. Este libro es una continuación de mis dos libros anteriores en cuanto a contenido, forma y estructura, aunque siempre se aprecia cierta evolución.

Tengo prevista una lectura este 17 de septiembre con el escritor Rodolfo Martínez Sotomayor, la cual se intitula Noche de divertimentos a propósito del Mes de la Hispanidad, en el Barnes & Noble de Coral Gables. Me gustaría resaltar la importancia de los hispanos en la cultura del sur de la Florida por medio de este evento.

En cuanto al arte, estoy terminando una serie que se llamará Máscaras Estáticas, para exhibirla en una galería local.

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Sobre este blog

El Reducto que los ingleses se negaron a canjear por la Florida

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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
letrademolde@gmail.com

 

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