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Cuba, España, transición y autonomismo

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El investigador Francesc Bayo ha tenido la gentileza de enviarnos una nota a propósito del artículo del historiador Enrique Collazo, España, ¿un ejemplo para Cuba?, publicado en este blog. Enfatiza Bayo la pertinencia de poner los puntos sobre las íes en lo referido a los actores claves de la transición española:

“Si no llega a ser por el empuje de la sociedad española nos habría costado algunos años más alcanzar la democracia y hubiéramos seguido todavía un tiempo difícil de determinar bajo un neoautoritarismo más amable y menos incordiante en Europa y con Estados Unidos (el más firme aliado estratégico del franquismo). Ante la actual coyuntura que se presenta en Cuba no sé si esto puede servir de ejemplo o no, pero como mínimo me parece que puede ayudar a reflexionar”.

A modo de referencia, el profesor Bayo nos envía el interesante artículo Los motores del cambio en España, del historiador Ferran Gallego, publicado este lunes en El País.

Cuba, España y el autonomismo

Al margen del debate sobre la transición española, sus particularidades y su utilidad como referente para una eventual apertura en Cuba, reproducimos fragmentos de la respuesta del pintor José Ramón Morales, en su blog Cuba Española, a una diatriba contra el autonomismo de la web oficialista La Jiribilla. Morales rebate lo que considera un intento, por parte de dicha publicación, de menoscabar su propuesta autonomista:

“Hoy quiero invitarlos a que se lean un artículo de La Jiribilla, un periódico virtual de Cuba, sobre el autonomismo. Como la política de Cuba Española es democrática, yo los invito. Estoy seguro que ellos no van a invitar a las personas a que lean mi blog, pero esa es la diferencia.

“Aquí les pongo un párrafo que bien podía estar dirigido a mí, pues soy quien más ha hablado del autonomismo cubano últimamente y lo he sacado a la luz pública al punto de “crear” el Partido Autonómico Cubano del Siglo XXI, aunque sólo es una idea, una alternativa. Claro que a los que quieren tener el poder absoluto en la isla no les conviene que seamos un país grande, pues se pueden acabar los abusos de poder y la corrupción. A ellos no les importa el bienestar de la población, o sea, que aumente el estándar de vida, ni la democracia”.

El post completo aquí.



Cero a la izquierda

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El silencio lo matará. Pero mientras éste no sobrevenga, y a pesar de la enfermedad que se lo come, respirará a remolque de nuestra atención, de nuestras críticas.

Esta vez volvió a cargar contra Obama. Pero sobre todo, se lamentó de lo mucho que lo criticamos por criticar a Obama.

Pero no es verdad, o no lo es completamente. En realidad lo que lo mata es la indiferencia del gran público.

Como escribí en este blog el mes pasado, el vedetismo es tradición en Cuba y en esa tradición, a nivel político, el personaje no tiene contrincante.

El veneno que por fin lo matará se llama indiferencia. Que nos tenga sin cuidado. Es preciso ignorarlo, desconocerlo, olvidarlo. Se ha dicho muchas veces, pero cabe repetirlo muchas veces. Olvídense del cero a la izquierda.

No importa cuántos periódicos insistan en reseñar sus ridículas reflexiones. En cuanto lo olvides, te sorprenderá lo rápido que se muere.

Silencio. Nos toca dar el ejemplo a los cubanos.



Los bueyes por delante: Diez respuestas para Sito

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Uno de nuestros colaboradores más fecundos, Joseluis Sito, hacía hace poco aquí una serie de preguntas a propósito del debate suscitado por uno de sus textos, Superman superrevolucionario. Su posición ha sido “combatida” en este blog por una serie de críticos de lo peor de la cultura nacional -entre los que me incluyo-, quienes por lo general sostienen que antes de enfocarse en denunciar el castrismo es preciso denunciar sus causas, sus raíces o, para decirlo en palabras de uno de los comentaristas, es preciso poner los bueyes delante de la carreta. Porque mientras no se arranque de raíz el árbol de la tragicomedia cubana de nada valdrá cortarle esta rama o aquella otra. El tronco seguirá generando problemas, esto es, seguirá ramificando el desbarajuste nacional.

Las preguntas de Sito son diez, y como nadie se animó a contestarlas me atreví a hacerlo yo mismo en forma de post. Aquí va la decena con sus correspondientes respuestas:

1- ¿Cómo luchar (como coger lucha) contra la “batalla de ideas” socialo-castrista?

Estructurando proyectos comunes que contrarresten la influencia del Estado castrista. Pero eso no ha sucedido en medio siglo. El exilio cubano ha sido sumamente exitoso a la hora de desarrollarse política y económicamente en sus países de acogida, pero no ha sabido estructurar instituciones y proyectos aglutinadores que canalicen con eficacia la lucha por la libertad de Cuba. Y como esa lucha sigue presente en el discurso y la retórica exiliada –de otra cosa estaríamos hablando si el exilio se hubiera desentendido efectivamente de ella-, en este último apartado no cabe hablar más que de fracaso.

2- ¿Cómo luchar contra los estereotipos, los mitos y las falsificaciones de la dictadura?

Contraponiéndoles la realidad de un exilio unido en torno a una causa común, moderno, flexible, ambicioso culturalmente hablando. Esta imagen, y no la de gente que se tira de los pelos entre sí o se saca un ojo con tal de ver a su vecino ciego, es la que hay que mostrarle al cubano residente en la Isla.

3- ¿Qué hacer para desarrollar activamente la resistencia?

Otra vez, para desarrollar efectivamente la resistencia –me interesa más la efectividad que la actividad, e infiero que Sito entiende por resistencia la oposición a la dictadura- es preciso unir a los cubanos en torno a un proyecto común. Pero proyectos ha habido muchos, con lo cual se sobreentiende que lo que escasea entre nosotros no es un plan en particular, sino capacidad para unirnos u organizarnos. Volvemos entonces al tema de la carreta y los bueyes: Desde el exilio es preciso identificar y combatir institucionalmente aquellos déficits culturales que imposibilitan, o dificultan, la organización y el funcionamiento de proyectos basados en el interés general, o encaminados a liberar a Cuba.

4- ¿Qué hacer para crear una sociedad civil en Cuba?

Insisto en que desde el exilio, que supongo es a lo que se refiere Sito, hay que empezar por dar el ejemplo. Como decía en un artículo anterior, “si Miami no invierte inteligentemente en el pensamiento cubano y sus profesionales en el exilio, ¿cómo esperar que la cultura cubana, sus profesionales y consumidores en Cuba vean un referente en Miami, ese espejo en el que le toca mirarse a la Isla?”. Y esto aplica, en general, para toda clase de proyectos, no sólo culturales. Debemos dejar de concentrarnos en envidiar al prójimo y guerrear entre nosotros para enfilar nuestras energías en la dirección de concebir, y sobre todo echar a andar, instituciones y alternativas de peso, con futuro. ¿Utópico? Puede ser, pero es lo que hace falta.

5- ¿Qué hacer para movilizar el pueblo cubano?

Volvemos a lo mismo. Primero que nada, recrear frente a sus ojos un referente que lo anime a movilizarse. ¿Quién quiere saltar hacia adelante para caer en el vacío?

6- ¿Quiénes nos pueden ayudar en estas tareas?

Las elites intelectuales, políticas y empresariales. Los intelectuales son los llamados a identificar el problema y crear una matriz de opinión, pero salvo casos excepcionales y/o puntuales –Carlos Alberto Montaner, Luis Aguilar León, Jorge A. Sanguinetty y algunos otros (la lista no es numerosa)- esto no ha sucedido. Luego, las elites empresariales y políticas están llamadas a implementar mecanismos de regeneración e instituciones educativas y de valores que “criminalicen” –la palabra es un poco fuerte, pero en esto, parafraseando a Sito, hay que coger lucha y de la buena- nuestros peores defectos culturales: la envidia, el vedetismo, el sectarismo, la rigidez conceptual, la intolerancia hacia la diferencia… Habría que ir creando planes de estudio y proyectos educativos que apunten a la cabeza de esos defectos culturales, para arrancarlos de cuajo.

7- ¿Cómo unir- reunir a los cubanos alrededor de un proyecto o plataforma común?

Creo que a estas alturas lo único plausible, como he dicho arriba, es identificar y combatir los problemas de la nación a escala cultural, de manera que lleguemos a estar conscientes de ellos masivamente. En el exilio debemos ser capaces de llegar a la raíz del asunto y dar la alerta. Afirmaba acertadamente en este blog el profesor Jorge A. Sanguinetty que “los cubanos no se caracterizan por mantener diálogos organizados”, y la raíz de esta incapacidad organizativa debe a su vez buscarse en la incapacidad de los cubanos para reconocer y combatir los problemas, o defectos, de su cultura. Parece un trabalenguas, pero en realidad es una traba nacional.

8- ¿Cómo unir todas las organizaciones de Resistencia y formar un grupo de líderes?

Aquí cabe la misma respuesta dada a la pregunta 3. Hay que empezar por el principio.

9- ¿Para qué coger lucha?

En el mejor de los casos, para edificar una sociedad civilizada, abierta y democrática que proyecte y recree sus valores culturales más genuinos desactivando, en el proceso, sus problemas culturales más divisionistas.

10- ¿Qué nos espera a nosotros y a las próximas generaciones si no cogemos lucha?

Probablemente, una definitiva ruptura nacional que “subdesarrollará” todavía más la Isla, si es que esto es posible. Por el camino que vamos, negados a enfrentar la realidad de que es preciso poner los bueyes delante de la carreta, ese futuro está a la vuelta de la esquina.



El exilio, ¿se petrificará otra vez?

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Según el canciller brasileño Celso Amorim, el relajamiento del embargo anunciado por Washington constituye sólo "un pequeño paso en la dirección correcta", y ahora Estados Unidos no debe quedarse “esperando gestos de Cuba para poder continuar" en el camino de la normalización de relaciones. El funcionario de Lula considera que sólo hubo un elemento novedoso en el anuncio de este lunes, y es el que tiene que ver con la apertura del sector de telecomunicaciones al comercio bilateral.

Más allá de los puntos controversiales presentes en el nuevo giro de la política estadounidense hacia Cuba, parece indiscutible que hay un apartado cuyas bondades están fuera de discusión, y en esto hay que coincidir con Amorim: a partir de ahora las compañías estadounidenses pueden establecer conexiones de fibra óptica y satelitales con Cuba. Como escribí en este mismo blog, en el verano de 2008, cuando la administración Bush “cuqueó” al castrismo en sentido similar, el exilio cubano debe elevar el valor de las apuestas. Una vez más, es momento de desatar una campaña mediática que ponga en evidencia quiénes son los aperturistas y quiénes los liberticidas.

“Estados Unidos facilita a Cuba el acceso a Internet, pero La Habana rechaza el ofrecimiento”. El titular a difundir, sobre el que montar una campaña de promoción internacional, de envergadura, debería ser por el estilo. La diferencia con respecto al episodio del año pasado radica en que ya no estamos hablando de una declaración de intenciones por la parte norteamericana, sino de un hecho concreto. Un hecho concreto auspiciado no por el “malvado” Bush, sino por el mediático Obama.

¿No decían Ramiro Valdés y tantos otros funcionarios castristas que Estados Unidos es el principal causante del uso restringido de Internet en la mayor de las Antillas? ¿Vamos a quedarnos otra vez petrificados? Seguramente no es hora de que el exilio cubano regrese una vez más al debate basado en qué administración norteamericana hace o ha hecho más por la libertad de Cuba, o al contraproducente cantinfleo a favor o en contra de Obama. Hay que pararle las patas a los Castro, Chávez, Lula, Amorim y demás falsificadores, y para ello es preciso desarrollar la ofensiva en terreno adversario: en el campo de batalla de los medios de comunicación masiva.

“Estados Unidos facilita a Cuba el acceso a Internet, pero La Habana rechaza el ofrecimiento”. Probablemente por ahí van los tiros.



El Dialoguero

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El Reducto que los ingleses se negaron a canjear por la Florida

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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
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