Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Cambios

Camino equivocado

Las autoridades no parecen percatarse de la situación que se avecina, y no preparan el país para al menos hacer una resistencia elemental al peligro que acecha a la economía mundial, y en particular a Cuba

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Las dificultades de todo tipo que enfrenta Cuba aumentan aceleradamente. Las reformas iniciadas por el presidente Raúl Castro, insuficientes y limitadas, no han brindado los beneficios esperados y, en consecuencia, la crisis sigue profundizándose. Ni siquiera se ha podido atenuar el proceso de descapitalización comenzado en los años noventa, por el contrario, se acrecienta en un continuo proceso de autofagia.

Es muy probable que la situación se complique mucho más en los próximos meses, si se cumplen los vaticinios de muchos expertos de que la economía mundial entrará en una nueva recesión todavía más intensa y destructiva que la de 2008-2009, cuyo negativo legado todavía no ha sido superado totalmente. De todos modos, ya se manifiesta una severa ralentización en el crecimiento de los países más desarrollados, con un impacto negativo en las naciones más pobres del mundo.

Por supuesto, la endeudada y destruida economía cubana, sin reservas de ningún tipo, con una población que en un alto por ciento vive por debajo de niveles de subsistencia, sin haberse preparado mínimamente para enfrentar una situación internacional crítica, sufrirá extraordinariamente. Pero aún más, las autoridades no parecen percatarse de la situación que se avecina, y no preparan el país para al menos hacer una resistencia elemental al peligro que acecha a la economía mundial, y en particular a Cuba.

Los pasos dados continúan siendo extraordinariamente limitados e insuficientes, y algunos hasta son ridículos. A comienzos de septiembre la prensa cubana anunció como un gran suceso que se ampliarán los oficios de 178 a 181 al permitirse el trabajo de granitero, agente de seguros y organizador de servicios integrales para fiestas de quince, bodas y otras.

Asimismo, se hace la gran concesión de permitir la contratación de fuerza de trabajo en todas las actividades, y para las primeras cinco personas contratadas no se cobrarán impuestos. En esas condiciones, queda igual el pago de impuestos por la contratación de más de cinco trabajadores, con un impuesto progresivo que para 15 trabajadores o más, por su magnitud, podría ser hasta superior que el salario abonado, manteniéndose a la vez el colosal impuesto sobre el ingreso neto anual, que puede alcanzar hasta el 50,0 % del mismo; mecanismos diseñados para impedir el crecimiento y la prosperidad de las iniciativas individuales, a fin de mantenerlas a niveles controlables estrechamente por el Estado.

Entre otras medidas aplicadas de mínima significación para el conjunto de la economía, están que la modalidad de “carretillero” asume la denominación de carretillero o vendedor de productos agrícolas de forma ambulatoria, así como la reducción de la cuota mínima mensual del impuesto por alquiler de habitaciones, el aumento a 50 capacidades (30 anteriormente autorizadas) en paladares (restaurantes), y la consideración como gasto deducible hasta un 40,0% de los ingresos anuales de los cocheros. Todavía no se ha anunciado si se aplicarán medidas flexibilizadoras a las tierras entregadas en usufructo, como la libertad a los campesinos para vender sus cosechas en el mercado sin la interferencia de intermediarios estatales.

Las reformas siguen trabadas, mientras los peligros reales de un agravamiento de la situación internacional con repercusión interna crecen. Cuando la recesión ocurrió en 2008, sus efectos en Cuba fueron muy fuertes por la caída del turismo, las remesas y los precios del níquel. Esto provocó el impago generalizado a los socios extranjeros, que aún no se ha resuelto totalmente. Una nueva recesión hallará el país más débil y, posiblemente, las consecuencias serán más serias, con mayor alcance y profundidad. Los países desarrollados tienen menos recursos financieros, al haberse empleado para afrontar los problemas generados por la anterior recesión, comprendidas tasas de interés que difícilmente puedan reducirse más para promover el crédito y la actividad económica.

También existe una situación política distinta, en particular en el país más rico del mundo, Estados Unidos, a casi un año de efectuarse las elecciones presidenciales, con fuerzas que no tienen ningún interés de que la actual Administración resuelva las dificultades actuales, y se anote éxitos. Esto resultó evidente en las recientes discusiones entre el ejecutivo y legisladores republicanos para elevar el techo de la deuda norteamericana.

En cuanto a Cuba, la situación podría complicarse aún más por cuanto su mayor activo actual, Venezuela, extremadamente dependiente del precio del petróleo, probablemente vea reducidos sus ingresos en divisas a unos meses de efectuarse las elecciones presidenciales, cuando Chávez ya afronta dificultades para ser reelecto. Recuérdese que cuando la recesión 2008-2009 incidió de forma negativa en el precio del combustible, ello provocó caídas de su PIB en los años 2009 y 2010, con un modesto crecimiento en el primer semestre del presente año, todavía sustantivamente inferior a los niveles alcanzados por Sudamérica. Todo esto sin tener en consideración la enfermedad del caudillo.

Estos factores, unidos o separados, podrían limitar o poner término a la vital subvención venezolana. Hoy la Isla recibe alrededor de 100.000 barriles diarios de petróleo en condiciones ventajosas, créditos especiales para financiar importantes proyectos, así como tiene acuerdos que permiten las exportación de servicios por un monto superior a los 5,0 miles de millones de dólares anuales, un valor relativamente cercano a la suma total de las ventas cubanas de bienes, los ingresos por turismo y las remesas, que en conjunto podrían estar en un entorno de 7,0 miles de millones de dólares.

El cuadro que tiene ante sí el gobierno no es sólo complicado por las dificultades económicas actuales y por venir, sino también porque hay un significativo deterioro del ambiente político interno, con un aumento de los sentimientos populares de frustración y falta de esperanza, que seguramente se incrementarán notablemente si hubiera un deterioro económico adicional al existente; creándose condiciones para el crecimiento de las tensiones sociales y eventualmente de brotes de violencia.

Las autoridades están tomando medidas de atrincheramiento y aumento de la represión, en lugar de promover cambios que faciliten la vida de los cubanos. En los últimos tiempos, los reclamos pacíficos de libertad y respeto a los derechos humanos han sido respondidos con violencia por parte de turbas organizadas desde el gobierno y la detención de personas por cortos períodos. Ante indagaciones realizadas por la Iglesia Católica sobre las causas de la violencia, hipócrita e insólitamente han respondido que las acciones agresivas contra el pueblo no han sido ordenadas desde instancias superiores del gobierno, como si en Cuba alguien pudiera hacer algo semejante sin que estuviera auspiciado y autorizado oficialmente.

Paralelamente, se han acometido acciones contra la prensa extranjera acreditada en Cuba, como la prohibición de entrada al país de un nuevo jefe de la agencia France Press, y no se le extendió el permiso de acreditación a Mauricio Vicent, corresponsal de El País y la Cadena Ser desde hacía 20 años. Resulta evidente la intención de esparcir el temor a ser expulsados entre los periodistas extranjeros y procurar acallarlos para que no transmitan despachos objetivos. Igualmente, está en marcha una campaña hacia el exterior contra el cantautor Pablo Milanés, para lo cual se han decidido a utilizar hasta a sus agentes más selectos. Aquellos usados en momentos álgidos como la Primavera Negra de 2003. Es el caso de Silvio Rodríguez.

El gobierno, inmerso en sus temores y contradicciones para hacer frente a sus crecientes dificultades, parece haber escogido la vía de las persecuciones y represiones, como en otras ocasiones, para crear un clima de terror y miedo, dejando de lado los cambios prometidos. Debería tener en cuenta que por esa senda quisieron transitar los gobiernos autocráticos de Túnez, Egipto, Libia, y solo lograron incrementar la rebeldía popular. Esto podría suceder en Cuba, si las autoridades intentan continuar por ese camino.


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