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Angola, guerra de Angola

Castro anuncia que abrirá 'progresivamente' sus archivos sobre la guerra en Angola

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Fidel Castro acusó a Washington de querer borrar el papel de los militares cubanos en la independencia de Angola, y anunció que abrirá "progresivamente" sus archivos de la época, lo cual podría resultar también un pase de factura a la ex Unión Soviética, según reportes de la AFP.

"Las ridículas pretensiones yankees de ignorar el honroso papel de Cuba" en esa guerra "se deben, en parte, a que nunca se escribió la historia de todo lo ocurrido", dijo Castro en un discurso el viernes por la noche, en ocasión del 30 aniversario de la "Operación Carlota", nombre en clave de la participación militar cubana en Angola, que se inició en 1975.

De acuerdo con la versión de La Habana, a instancias del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), que comandaba Agostinho Neto, el gobierno cubano envió un primer contingente militar en octubre de 1975 para impedir que otras fuerzas angoleñas, apoyadas por Sudáfrica y Zaire, tomaran Luanda antes del 11 de noviembre, día que se proclamó la independencia.

La guerra duró hasta 1988, fecha en que el gobierno cubano inició un gradual retiro de sus tropas, que terminó en 1991. En esos años, pasaron más de 300.000 soldados y 50.000 colaboradores civiles cubanos por Angola, 2.077 de lo cuales murieron, según los datos del régimen de la Isla.

Tanto Castro como los actuales gobiernos de Namibia y Sudáfrica afirman que, como consecuencia de esa guerra, Namibia alcanzó su independencia y en Sudáfrica fue abolido el régimen segregacionista del apartheid.

El apoyo militar cubano "resultó decisivo para consolidar la independencia de Angola y alcanzar la de Namibia. Fue además una contribución significativa a la liberación de Zimbabwe y la desaparición del odioso régimen del apartheid en Sudáfrica", dijo Castro en el acto del viernes.

Los embajadores de Angola, Sudáfrica y Namibia, oradores también en la sesión celebrada en el teatro Karl Marx de La Habana, apoyaron ese punto de vista.

Castro dijo que Estados Unidos ha querido silenciar históricamente esos hechos, por lo que La Habana "está dispuesta a prestar su modesta cooperación, abriendo progresivamente sus archivos y documentos a escritores serios y prestigiosos que deseen narrar la verdadera e irrebatible historia de aquellos acontecimientos".

La participación militar cubana en varios países de África en esos años fue, en opinión de los historiadores, uno de los puntos de tensión de la llamada Guerra Fría entre las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética.

Castro ha dicho que la decisión cubana fue inconsulta con Moscú, aunque su ex aliado dio apoyo logístico en armamentos.

Sin embargo, en la apertura de los archivos cubanos pueden salir a relucir contradicciones al respecto entre Moscú y La Habana, y el propio Castro se encargó de revelar una en el acto, ante veteranos de esas campañas.

Tras un año de guerra, en 1976 el gobierno del MPLA apoyado por los cubanos estableció un control sobre el país, y las tropas sudafricanas regresaron a sus fronteras.

"Cuba era partidaria de exigir a Sudáfrica un precio fuerte por su aventura", dijo Castro, pero "el gobierno soviético, por su parte, nos presionaba fuertemente solicitando nuestra rápida retirada, preocupado por las posibles reacciones yankees".

"Tras serias objeciones por nuestra parte, no nos quedó otra alternativa que aceptar, aunque sólo en parte, la demanda soviética", dijo.

"Me imagino que hablaron de gran potencia a gran potencia", dijo el gobernante cubano en referencia a un posible entendimiento entre Washington y Moscú.

Para ello, narró, su hermano Raúl Castro, ministro de las Fuerzas Armadas, viajó en abril de 1976 y acordó con Neto una retirada "gradual y progresiva" de los 36.000 soldados cubanos, en virtud de la cual 12.000 militares regresaron a Cuba. Pero Estados Unidos y Sudáfrica no estaban satisfechos y, confabulados" comenzaron a reactivar la actividad militar contra el gobierno del MPLA.

Añadió que "el empecinamiento de ambas potencias, así como sus dolorosas y dramáticas consecuencias", hicieron necesario el "apoyo directo al pueblo de Angola durante más de 15 años, a pesar de lo acordado en el primer cronograma de retirada" de entonces.