Actualizado: 23/04/2024 20:43
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La Habana busca penetrar con productos biotecnológicos los mercados del primer mundo

La biotecnología es en estos momentos, por ingresos, el 'primer o segundo sector no tradicional' de la economía cubana, según datos oficiales.

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AFP/ La Habana. Con más de 20 años de experiencia, la industria biotecnológica cubana busca penetrar con productos de alto valor agregado los mercados del primer mundo, incluso burlando el embargo de Estados Unidos, y consolidar al sector como uno de los pilares de su comercio exterior.

El objetivo es "generar productos de suficiente novedad y alto valor agregado como para tener patentes a nivel internacional (…) productos que lleguen a penetrar mercados del primer mundo", dijo el director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), Luis Herrera.

Herrera destacó que es una meta "prolongada en tiempo y de mayor complejidad" que constituye "un reto grande" para el CIGB, uno de los 27 centros que conforman el llamado Polo Científico del Oeste de La Habana, y que celebra este mes su 20 aniversario.

El experto comentó que esa estrategia, en la que el país trabaja desde hace seis años, logró su primer resultado cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) concedió a Cuba la licencia para la vacuna contra la Hepatitis B, que lanzó en 1990.

"La estrategia podría hacerse realidad en los próximos tres o cuatro años", comentó Herrera.

El CIGB cifra ahora sus esperanzas en el Citoprot-P, un fármaco inyectable único de su tipo en el mundo para tratar a pacientes con úlceras de pie diabético, elaborado a partir de un factor de crecimiento epidérmico (EGF), y cuya fase de ensayos clínicos concluyó con muy buenos resultados.

"En estos momentos elaboramos todas las estrategias de cómo ir introduciendo el producto en los diferentes países y contamos con una patente mundial presentada, que incluye a Estados Unidos y Europa", dijo por su parte el director de negocios del CIGB, Ernesto López.

Patentado en Australia, Singapur y Sudáfrica, el Citoprot-P "debe atravesar un proceso complejo antes de su introducción en Estados Unidos", adelantó López, quien sin embargo confía en esa posibilidad por la calidad del fármaco.

"Estamos ante un producto único en el mundo, no existe alternativa en Estados Unidos para contrarrestar esa enfermedad (el pie diabético)" y los "pacientes son sencillamente amputados", acotó.

A pesar del embargo de Washington —vigente desde 1962— Cuba logró introducir dos productos de su biotecnología en el mercado estadounidense: la vacuna contra la meningitis B y el anticuerpo monoclonal HR3, empleado en pacientes con neoplasias avanzadas de cabeza y cuello.

Según autoridades cubanas, la Isla se encuentra en un momento de "explosión" de los resultados en la biotecnología, con una amplia gama de vacunas y productos de aplicación en seres humanos, animales y plantas, que comercializa en 40 países, a través de la empresa Heber Biotec. S.A., creada en 1991.

Entre ellos figura la vacuna recombinante contra la hepatitis B, pero la lista de productos —tres fueron registrados en los años ochenta y 19 en los noventa— fue de 38 en 2005.

El CIGB sumó este año a su lista la Heberpenta, una vacuna combinada contra cinco enfermedades (difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B y haemophilus influenzae tipo B), que siguió a la trivalente Trivac HB que se aplica a los niños cubanos desde 2005.

Herrera dijo que, además de ser una actividad "rentable", la biotecnología —un sector en el que el gobierno cubano ha invertido unos 3.000 millones de dólares desde 1982, según cifras oficiales— es en estos momentos, por ingresos, el "primer o segundo sector no tradicional" de la economía cubana, aunque no ofreció cifras.