Opositores ven en la ausencia de Castro al desfile militar la ratificación del fin de su era

La ausencia de Fidel Castro en el desfile militar del sábado ha sido vista por sectores de la disidencia interna como la ratificación del fin de su era. Líderes opositores dijeron que no vislumbran grandes cambios bajo el mando de Raúl, aunque consideraron "positiva" su oferta de negociación a Washington.

Se "ratifica que Cuba vive el fin de la era de Fidel Castro y que comienza una nueva etapa con Raúl al frente del gobierno, con una fuerte presencia militar", dijo a la AFP Vladimiro Roca, líder del Partido Socialdemócrata de Cuba.

Roca se mostró escéptico sobre la posibilidad de cambios. "Los hechos lo dirán", afirmó.

Para la economista Martha Beatriz Roque, quien preside la Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC), "si hubiera una voluntad real de cambiar las cosas, ya habría un mejoramiento".

Aún así, Roca calificó de "positivo y distinto" el mensaje de 30 minutos que dio Raúl Castro en el desfile militar en la Plaza de la Revolución, en el que ofreció una negociación a Estados Unidos para resolver el diferendo de casi medio siglo.

Raúl Castro, en quien su hermano delegó provisionalmente el poder el pasado 31 de julio tras someterse a una delicada cirugía que le ha obligado a una larga convalecencia, dijo el sábado estar dispuesto a sentarse a la "mesa de negociaciones" con Washington, sobre la base de "los principios de igualdad, reciprocidad, no injerencia y respeto mutuo".

Otros disidentes, como Manuel Cuesta Morúa, temen que el gobernante interino sea aun más duro con la oposición.

"Desafortunadamente, no espero nada nuevo para la oposición, Raúl comenzaría a gobernar sin la mística y el poder simbólico de Fidel Castro, por lo tanto necesita y va a actuar con mucha más dureza con la oposición", declaró a la AFP Cuesta Morúa, portavoz de la coalición socialdemócrata Arco Progresista.

"Más dureza de la que sería razonable o necesaria en Cuba. Ellos han venido aumentando en estos días la presión y represión al detalle contra casi todas las expresiones más conocidas de la oposición", acotó.

Al igual que Roca, Cuesta Morúa consideró que el mensaje de Raúl Castro fue positivo y que Estados Unidos debería dar una respuesta coherente.

"Creemos que los Estados Unidos deberían responder positivamente a esto porque (...) el fin de la Guerra Fría entre Cuba y Estados Unidos va a ser importante para el inicio de un diálogo entre cubanos", señaló.

"No es la condición exclusivamente necesaria, pero sí va a ser muy importante para el inicio del diálogo entre el gobierno y la sociedad civil", apuntó.

En la primera respuesta de Washington a la oferta de Raúl Castro una portavoz del Departamento de Estado, Janelle Hironimus, dijo que "el diálogo que debe tener lugar es entre el régimen cubano y el pueblo cubano sobre el futuro democrático en la Isla".

El economista Oscar Espinosa Chepe, uno de los 75 disidentes condenados en Cuba en abril de 2003, y excarcelado un año después por problemas de salud, señaló por su parte, que el mensaje de Raúl Castro "es esperanzador", pero "insuficiente.

"Se necesitarían algunos gestos del gobierno cubano como pudiera ser la liberación de los presos políticos", apuntó.

En otras declaraciones, publicadas por el diario español El País, Cuesta Morúa consideró que "La Habana debe bajar la retórica" en sus relaciones con Estados Unidos y que el discurso del sábado es "la ratificación de que Raúl va a dirigir" desde ahora el país.

También en declaraciones al periódico, el líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Oswaldo Payá, opinó que un acercamiento a Washington "no es lo más importante para el pueblo cubano".

"El primer paso es la apertura dentro del país, es la liberación de los presos políticos pacíficos", agregó.

La periodista independiente Miriam Leyva, miembro de las Damas de Blanco, dijo que se abren "unas posibilidades grandes de futuro, si las autoridades que están en el poder cumplen con el pueblo", que "está extenuado", informó EFE.

Si no se hacen los cambios necesarios, el gobierno "tendría que responder con represión y pasaría a la historia como una dictadura sangrienta, y creo que nadie quiere que eso pase", añadió.

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