Actualizado: 17/04/2024 23:20
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Garbos, Prensa, Internet

Una revista singular

Una revista dedicada a la moda es lo último que uno esperaría ver en la Cuba actual, pero Garbos ha realizado una trayectoria singular en su corta existencia

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La revista Garbos es una rara avis en Cuba. La frase es cursi, pero adecuada para el encabezamiento de una nota sobre una publicación que se dedica a lo que por décadas quedó excluido del panorama cotidiano de la Isla: la moda.

Garbos no toca tema político alguno y en este sentido huye de la polémica como si esta fuera solo una muestra de mal estilo. No hay provocación en sus páginas, salvo cierto deslumbramiento light. Recuerda, quizá en exceso, a las revistas de su tipo que por décadas se hicieron en Miami y ahora también en México y toda Latinoamérica. Aspira a Vogue como una ilusión casi imposible en un país que por mucho tiempo despreció incluso la imagen de la miliciana, que en los primeros años tras el 1ro. de enero buscaron tanto los fotógrafos.

Las editoras de Garbos son Rebeca Alderete y Gabriela Domenech, quienes de entrada reconocen que Cuba no tiene mucho que ver con la “Alta Costura”.

“La Cuba del ayer era mucho más elegante”, afirma Domenech, según aparece en el informe publicado por el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), una ONG con sede en Nueva York. “Mi abuela siempre usaba tacones”, agrega.

La publicación, que ya tiene más de un año de existencia, no solo no circula impresa o en Internet en Cuba sino que aparece en el sitio web (http://www.revistagarbos.com/) y en Facebook y la mejor forma de consultarla es mediante un PDF de sus páginas.

El número de Garbos de mayo de 2015 tiene más imaginación en el diseño y la fotografía que en los textos, y muestra una asimilación tanto de los avances gráficos de la Carteles en sus orígenes como de Vanidades, la publicación que emigró de La Habana a Miami y sirvió para el establecimiento de un emporio de revistas de moda, farándulas y del corazón, primero de propiedad venezolana (editorial América) y luego mexicana (Televisa), pero donde por décadas imperó el talento cubano en el exilio.

Además de la moda, la revista trae artículos sobre música, literatura y cultura en general, así como consejos y hasta un horóscopo. En el número de septiembre de Garbos aparece la cantante cubana Idania Valdés.

Por lo general actores, cantantes y modelos contribuyen a la revista de forma gratuita. Alderete es una ingeniera de sonido que trabaja por cuenta propia y Domeneche labora en el Ministerio de Cultura.

Para una publicación de su tipo, el talón de Aquiles de Garbos es lo limitado de su base de anunciantes: la revista cuenta con algunos anuncios de “paladares”, algunos con fotos de lugares resplandecientes, y ocasionales ofertas de “cuentapropistas” , como reparadores de teléfonos celulares, tatuadores o servicios de fotocopias.

Cuando se llevó a cabo la exhibición de Chanel en Cuba, el equipo de la Casa Chanel trabajó con las editoras de Garbos para una edición especial. Durante tres meses, personal de Chanel colaboró con Garbos para ese número especial, y brindó vestuario, asistencia técnica y asesoramiento, pero al final no se colocó en la revista ni un solo anuncio de la casa de moda, ya que los artículos de Chanel no se venden en Cuba, explicaron las editoras de la revista a CPJ.

Los problemas de vender publicidad en Cuba son múltiples. Con ejemplo, Alderete señala que las dos principales marcas de cerveza en la Isla, Bucanero y Cristal, son propiedad de la misma compañía estatal. “No hay competencia, así que no tienen motivos para anunciarse”, apunta.

Los administradores de muchas empresas estatales con frecuencia señalan como obstáculo, para comprar publicidad en Garbos y obras publicaciones on line, en el hecho de que estas no cuentan con la licencia correspondiente. Debido a las peculiaridades del sistema legal cubano, la única forma de obtener reconocimiento oficial sería establecer primero oficinas fuera de la Isla. Ello es lo que ha hecho el magazine OnCuba, que se encuentra registrada en territorio cubano como una empresa extranjera. Al parecer, en la actualidad Garbos ha optado por esa vía, porque en Internet aparece con una dirección legal en Rusia.

Aunque singular en sus intereses, Garbos es un ejemplo de las complejas vías por las que transitan las publicaciones en Internet en Cuba, que no se dedican a la crítica del Gobierno o la lucha por las libertades civiles y democráticas. Un camino difícil, pero que cada vez más muchos emprenden en la Isla.


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