Actualizado: 18/04/2024 23:36
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SIDA, Cine

El drama de un fracaso nacional

Un filme producido por HBO narra la historia de los primeros años del sida en el país que se jactaba de tener el sistema de sanidad pública más amplio del mundo

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Me imagino que, al igual que yo, ante el reciente estreno de The Normal Heart, muchos espectadores se habrán preguntado: ¿por qué llevar a la pequeña pantalla una pieza teatral sobre los primeros años del sida, escrita hace casi treinta años? Hablo de la película producida por el canal norteamericano HBO y que ha dirigido Ryan Murphy (1965), la mente creativa que está detrás de series tan populares como Nip/Tuck, Glee y American Horror Story.

El propio Murphy ha dado respuesta a esa interrogante. Cuenta que leyó el texto de Larry Kramer (1935) cuando estudiaba en el college y de inmediato se enamoró de él. Se sentía muy identificado con el asunto que trata: en Washington trabajó con un grupo de apoyo a enfermos y seropositivos, y además perdió a diez de sus amigos a causa del sida. Asimismo argumenta que los hechos relacionados con su surgimiento se han olvidado, y hoy “muchos jóvenes no conocen esa parte de nuestra historia”. Hace un paralelo entre The Normal Heart y el filme de Oliver Stone Platoon, que se hizo quince años después de finalizada la guerra de Vietnam. Y expresa que al igual que sucedió con esta, con el sida se ha producido un cambio en muchas personas que durante mucho tiempo no querían hablar sobre ese tema y hoy quieren hacerlo.

Cabe además preguntarse si lo que se cuenta en The Normal Heart pertenece no ya al pasado. En un sentido, sí, pues la trama tiene lugar en los primeros años de la década de los 80. Fue entonces cuando una extraña y desconocida dolencia empezó a afectar y a cobrarse las primeras víctimas entre la comunidad homosexual. En el país que entonces se jactaba de tener la medicina más sofisticada y el sistema de sanidad pública más amplio del mundo, la enfermedad se extendió en poco tiempo, ante la total indiferencia de la administración de Ronald Reagan. Como expresó el fallecido Randy Shilts, aquella falta de acción dejó, “un legado de sufrimientos innecesarios que va a perpetuarse en el mundo occidental durante las próximas décadas”.

Y aquí es precisamente donde el filme deja de hablar sobre el pasado para adquirir vigencia en el presente. A propósito de su estreno, Phill Wilson, presidente del Black Aids Institute, recordó que el sida está vivo y sigue cobrándose víctimas. A diferencia de los años 80, en la actualidad afecta fundamentalmente a los afroamericanos. Cerca del 50 por ciento de las personas con HIV pertenecen a ese grupo social, lo mismo que cerca del 50 por ciento de los nuevos casos. Asimismo el 70 por ciento de las mujeres con HIV son afroamericanas. De modo que lejos de ser algo ocioso, hoy resulta muy importante recordar cómo fueron los primeros años de aquella enfermedad que, para muchos, era una amenaza confortablemente distante, una desgracia propia de los marginados y los parias de la sociedad.

Como pieza teatral, The Normal Heart se estrenó en abril de 1985, en el circuito off-Broadway. En 2011 subió de nuevo a escena, esta vez en una producción de Broadway, y ganó el Premio Tony a la mejor reposición. Este segundo montaje tuvo entre sus intérpretes a Jim Parsons, quien ahora participa en la versión cinematográfica de la obra de Kramer (en televisión se le puede ver en The Big Bang Theory). Por cierto, para el dramaturgo 2014 está siendo un buen año. Además del estreno de la película, en la próxima edición de los Tony será reconocido con el Premio Isabelle Stevenson, por su sustancial aporte a la comunidad teatral.

Casi tres décadas ha debido esperar el texto de Kramer para llegar a la pantalla, en este caso la televisiva. Antes había interesado a algunos cineastas, pero todos los intentos por sacar adelante el proyecto fueron fallidos. Los productores de Hollywood no consideraban que la adaptación de una obra sobre gays que morían a causa del sida pudiera ser comercial. The Normal Heart finalmente se pudo realizar gracias a HBO, un canal que se distingue por la calidad de sus programas y al que también se deben otros dos filmes acerca del sida: And the Band Played on (1993) y Angels in America (2003).

El guión está firmado por el propio Kramer, quien al escribir la pieza teatral se basó, en parte, en vivencias autobiográficas (fue uno de los fundadores del Gay Men´s Health Crisis). En su momento, The Normal Heart fue una campanada de alarma para reclamar que la sociedad prestara atención al sida y para que el gobierno comenzara a luchar contra la enfermedad. Al adaptar su texto, Kramer no ha sacrificado la intensidad, la pasión, el dolor, la ira. Todo eso está presente en un filme donde se narra la historia de una comunidad, una ciudad y una nación confrontadas con una epidemia que pocos querían reconocer. Pero sobre todo y por encima del tema y la época, se trata de una poderosa, visceral y conmovedora historia humana.

La película se inicia en 1981 en Fire Island Pines. Los bailes en la playa, el desfile de hombres con cuerpos despampanantes y las bacanales en el parque son súbitamente interrumpidos cuando un atractivo joven colapsa en la arena. Algunos días después, se suma a las víctimas de lo que al inicio los periódicos llamaban el “cáncer gay”. En otra secuencia, la muerte de un chico en un hospital ilustra la venenosa combinación de homofobia y miedo que a partir de entonces se desencadenó: su cadáver es sacado en una bolsa de la basura y arrojado donde esta se deposita. Para entregarlo a su madre y su amante, el empleado que lo hizo exige el pago de 50 dólares. Y después, cuando un señor lleva las cenizas a la casa de sus familiares, les dice a estos que si las quieren deben pagar 3 mil dólares.

¿Por qué nos están dejando morir?

Aquel fue el inicio de la oleada de fallecimientos que a partir de ese momento arrasaría a Estados Unidos. Tommy Boatwright, uno de los personajes del filme, tiene un Rolodex del cual va retirando las tarjetas de aquellos que mueren. Después las ata con una liguita y las guarda en la gaveta de su escritorio. Es, como él dice, “una colección de lápidas sepulcrales de cartón”. A lo largo de todo el filme, las muertes de los enfermos constituyen un permanente recordatorio de que la lucha es necesaria para lograr una respuesta razonable frente a la epidemia.

La asistencia a los funerales pasa a ser la única vida social de los homosexuales. Al pronunciar las palabras en uno de ellos, Tommy comenta: “Estamos perdiendo a toda una generación”. Y pregunta: “¿Por qué nos están dejando morir?”. No dice nada más, pero es igual: todos de los que están en la iglesia saben la respuesta. Y luego como si se respondiese a sí mismo, expresa: “Simplemente no les gustamos”.

El protagonista de The Normal Heart es Ned Weeks, un escritor que se ha hecho impopular por sus críticas al hedonismo gay. Sostiene que tener sexo con muchas personas hace imposible encontrar el amor. Cuando la epidemia se hace palpable y asoma por todas partes, se une a un grupo de activistas para luchar por exponer la verdad sobre lo que es una emergencia nacional. Urge a la abstinencia sexual como una manera de frenar el avance de la enfermedad.

Sin embargo, con ello de algún modo está pidiendo el retorno masivo al closet de la comunidad homosexual, cuya principal agenda política era… la promiscuidad. Los gays han hecho de la libertad sexual su identidad, conquistada tras las “guerras” de los 60 y los 70. Estaban orgullosos de expresar su sexualidad en voz alta y no querían oír un mensaje que aseguraba que “follar puede causar la muerte”.

Ned encuentra una aliada en la doctora Emma Brookner, a quien la polio dejó en una silla de ruedas a los cinco años. Atiende como puede a los enfermos y se pone furiosa con quienes se niegan a suspender su actividad sexual. Además se siente frustrada porque el Instituto Nacional de Salud no apoyará económicamente sus investigaciones, para tratar de descubrir las causas del sida. Consideran que sus ideas son imprecisas y faltas de enfoque. No se corta la lengua para echarles en cara que, en cambio, han dedicado 3 millones de dólares para investigar la muerte de cinco personas a causa del Tylenol. Y al final les expresa: “En África se han descubierto mujeres que tienen el sida, lo cual prueba claramente que se transmite heterosexualmente. Todos nosotros podríamos morir antes de que ustedes se decidan a hacer algo. Es solo una cuestión de tiempo. ¿Quieren mis pacientes? ¡Cójanlos! ¡Cójanlos! ¡Pero hagan algo por ellos! Tienen una cabrona razón, yo soy imprecisa y desenfocada. ¡Pero ustedes son unos idiotas!”.

El filme muestra las conflictivas actitudes y emociones de los integrantes de la Gay Men´s Health Crisis. Su presidente, Bruce Niles, es un inversor de banco que lleva una doble vida. Nunca ha aceptado salir del closet, a pesar de que su amante fue uno de los primeros en fallecer a causa del sida. En la lucha por exigir fondos a los funcionarios locales, opta por un acercamiento cauteloso. Eso lo lleva a entrar en conflicto con Ned, quien por el contrario cree que no están gritando lo suficientemente alto. Su postura responde a su convicción de que el silencio es igual a la muerte, pero también lo mueven razones personales: su pareja, está infectado. Esas posiciones encontradas hacen que dentro del grupo se suscita un debate acerca de qué camino deben seguir: ¿Trabajar dentro o fuera del sistema?, ¿Moderación o militancia?, ¿Conseguir simpatía o provocar el rechazo?

Entre sus aciertos, The Normal Heart cuenta con el de hacer de Ned un personaje complejo, con el cual no siempre resulta fácil simpatizar. Llega a molestar por su radicalidad y sus reacciones (él mismo dice sentir miedo de su rabia). Ataca a quienes no están de acuerdo con sus tácticas y ocasionalmente resulta irritante. Argumenta que no puede ser amable cuando hay tantos que están muriendo, y no teme señalar con el dedo la cobardía de aquellos homosexuales que ocultan su cara en la arena. Asimismo llega a acusar al gobierno de no hacer nada contra el sida porque quiere que los homosexuales sean exterminados. La afirmación suena hiperbólica para sus compañeros, pero deja de serlo cuando “la factura del carnicero” comienza a sumar miles de nombres. Al final comprendemos que una crisis de tal magnitud demanda personas como Ned, quien simplemente quiere quedar como uno de los que libró la batalla.

A través de lo que hasta aquí llevo escrito, se puede deducir que The Normal Heart es la antítesis de Philadelphia, la primera producción de Hollywood que llevó a la pantalla el problema del sida. A Ryan Murphy y Larry Kramer, ambos homosexuales, les interesó hacerlo para hablar sobre el activismo y sobre lo que hace falta hacer para lograr cambios. Contrariamente a lo que se pudiera pensar, en su versión cinematográfica The Normal Heart no es una reliquia ni una pieza de agitprop. Es un drama incendiario, profundo, poético, que veintinueve años después se mantiene vital y relevante.

Como película, The Normal Heart es cinematográficamente eficaz. Posee notables aciertos de puesta en escena, los aspectos técnicos están bien cuidados y son varios los momentos de buen cine. Confieso que no siempre es fácil de ver, pero al mismo tiempo pienso que su visionado es indispensable. Recupera una historia, y cito una vez más a Randy Shilts, “que hay que seguir contando, para que nunca le vuelva a ocurrir algo similar a ningún pueblo, en ningún otro lugar”.

El filme tiene otra de sus grandes bazas en la labor del elenco, en el que se han combinado artistas veteranos con rostros mucho más jóvenes. Mark Ruffalo, quien da vida a Ned Weeks, lleva el mayor peso y se podría decir que la película es suya. Su virtuosa interpretación posee una complejidad inteligente y hermosamente modulada, y despliega grandes dosis de verdad, rabia y ternura. Pero igualmente los demás actores dan lo mejor de sí y despliegan una entrega y una pasión que irradia de la pantalla. De Julia Roberts, Alfred Molina, Taylor Kitsh, Jim Parsons, Joe Mantello y Matt Bomer, lo menos que se puede decir es que están estupendos. Este último, toda una revelación, bajó 40 libras para mostrar convincentemente el deterioro causado por la enfermedad.

The Normal Heart se estrenó, como antes apunté, en HBO el pasado domingo, durante el fin de semana del Memorial Day. Una fecha propicia para recordar el que es uno de los más viles actos de calculada negligencia en la historia de Estados Unidos. Y dado que además la proyección del filme coincidió con el inicio de las temperaturas veraniegas, fue una buena ocasión para recordar todos los vacíos que la plaga dejó en las playas.