Actualizado: 18/04/2024 23:36
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cultura

Cine

Feliz cumpleaños, míster Bond

Arriba a su medio siglo la serie del agente 007, la saga cinematográfica más longeva y la segunda más lucrativa de la historia

Enviar Imprimir

Pues sí, estamos de aniversario. Y en este caso se trata de uno que personalmente me regocija recordar y celebrar. Este mes se cumplen cincuenta años del estreno en Londres de Agente 007 contra el Dr. No, título con el cual se inició la serie de James Bond, el agente secreto al servicio de Su Majestad, la Reina de Inglaterra. Tras aquel filme se han rodado y estrenado otros 21, cuyas ganancias suman en total 12 billones de dólares. Eso hace de la saga Bond la segunda más lucrativa de la historia del cine, solo superada por la de Harry Potter.

En 1962, nadie podía predecir que la serie iba a tener tanto éxito, ni que alcanzaría un impacto tan duradero en la cultura popular. De hecho, los productores Albert R. Broccoli y Harry Saltzman encontraron muy poco entusiasmo cuando propusieron a los principales estudios el proyecto de llevar a la pantalla grande las aventuras de James Bond. Eso a pesar de la favorable acogida que hasta entonces habían tenido las novelas de Ian Fleming. Las objeciones era: el personaje era “demasiado británico” y “escandalosamente sexual”. Finalmente, United Artists accedió a ofrecer un millón de dólares para realizar la primera película. Lo que sucedió tras estrenarse Agente 007 contra el Dr. No, como se acostumbra decir, ya es historia. Fue el gran éxito de la temporada 62-63 y recaudó 60 millones de dólares en todo el mundo.

Seguramente a muchos les sorprenderá saber que Sean Connery, el mejor James Bond para buena parte de los espectadores, no estuvo entre las opciones iniciales. La primera fue Roger Moore, quien no pudo aceptar porque entonces estaba comprometido con la serie de televisión El Santo. El papel se lo ofrecieron luego a Cary Grant, David Niven, Trevor Howard y Rex Harrison. Respecto a Connery, un ejecutivo de la productora comentó: No vamos a exhibir una película protagonizada por un camionero (el actor había desempeñado ese oficio en su natal Edimburgo). El director, Terence Young, tampoco estuvo de acuerdo con la elección de Broccoli y Saltzman y durante siete días hizo dormir a Connery con un traje a medida de la reconocida firma londinense Savile Row.

Cuando Connery asumió el rol, Fleming hizo público su desagrado, pues le parecía demasiado working class para saber degustar un champán Dom Perignon. Para él, el filme ideal sería dirigido por Alfred Hitchcock y protagonizado por Cary Grant. Su opinión sobre Connery cambió cuando vio Agente 007 contra el Dr. No. Se emocionó tanto con su interpretación, que asignó a Bond el detalle de ser hijo de un caballero escocés, la misma nacionalidad del actor.

Connery ha dado sobradas pruebas de que es un excelente actor. Aparte de eso, hay que decir que al contar con la ventaja de ser el primero en encarnar a James Bond tuvo la posibilidad de marcar el patrón y establecer las características del personaje en el cine (existe el otro, el de las novelas de Fleming). La sola mención del nombre del agente hace que de inmediato acuda a nuestra mente la imagen del actor escocés. Es indudable que a él se debe en gran medida la popularidad de la serie (cuando decidió dejarla, esta llevaba recaudados 600 millones de dólares).

En los seis filmes en que intervino (Agente 007 contra el Dr. No; Desde Rusia con amor, 1963; Goldfinger, 1964; Operación Trueno, 1965; Solo se vive dos veces, 1967; Diamantes para la eternidad, 1971), Connery dio vida al agente guapo, bon vivant, siempre peinado y bien vestido, amante de los gustos caros y refinados. Sabe mucho de vinos y cocteles (le gusta el Martini agitado con una coctelera, no revuelto en un vaso). Connery fue también el primero que dijo esa frase que ha devenido una de las más famosas del cine: “Mi nombre es Bond, James Bond”. Su arma clásica es la pistola semiautomática Walther PPK calibre 7,65mms., aunque en las últimas películas ha pasado a llevar una Walther de 9mms. “Si uno lleva un número doble cero, quiere decir que tiene licencia para matar, no para que lo maten”, expresa en el primer filme. El principal defecto que se le ha criticado al Bond de Connery es su carácter machista, lo cual no impide ser irresistible para las mujeres.

Tras realizar Solo se vive dos veces y aunque tenía un contrato para 7 películas, Connery decidió no actuar más en la serie. Fue entonces cuando el australiano George Lazenby pasó a encarnar al agente. Era un desconocido, modelo de profesión y sin experiencia previa como actor. Pero por razones difíciles de comprender, logró convencer a los productores de que era el hombre idóneo para sustituir a Connery. Protagonizó Al servicio secreto de Su Majestad (1969), que constituye un título bastante atípico dentro de la saga. Su duración (140 minutos) excede la de los otros filmes. Asimismo se echan de menos los artilugios de alta tecnología creados por Q. Está además el detalle insólito de que Bond contrae matrimonio, pero como resulta fácil adivinar con un desenlace trágico para su esposa. Aunque la historia es una de las mejores, el público y los críticos no aceptaron al nuevo 007. Razenky no puede ponerse al lado de los otros actores, aparte de que solo participó en una película. Con todo, hay que reconocerle el mérito de haber dado vida a un Bond menos solemne y más risueño.

A pesar de su aversión a la bondmanía y los paparazzi, así como a sus cada vez más tensas relaciones con Broccoli y Saltzman, Connery aceptó actuar en un filme más, Diamantes para la eternidad (1971). Gracias a ese regreso a la serie, ganó 1 millón 250 mil dólares, un salario record para la época, más un porcentaje de las ganancias (esta última suma la donó a la caridad). Muchos pensaron que el fenómeno Bond ya había llegado a su fin, pero aunque Diamantes para la eternidad estuvo por debajo de las expectativas (el guión es flojo, el excesivo humor hace que la película no se tome lo suficientemente en serio) recaudó 116 millones de dólares e incluso se convirtió en el filme con mejor taquilla en los primeros siete días de la historia del cine británico.

Con Vive y deja morir (1973), comenzó la “dinastía de Roger Moore”, el actor que más ha durado en la serie. Tras aquel primer título, rodó El hombre de la pistola de oro (1974), La espía que me amó (1977), Moonraker (1981), Octopussy (1983) y Panorama para matar (1985). Esta vez Broccoli y Saltzman decidieron fichar a un artista famoso, en lugar de un desconocido. Moore venía de protagonizar El Santo, que le dio mucha popularidad en todo el mundo y lo convirtió en un icono de las series de espionaje. Con él, el agente 007 se hizo mucho más divertido, encantador y obsequioso. La dosis de violencia y sensualidad se redujo y la serie ganó en ironía y sofisticación. Para muchos además el actor aproximó más el personaje al creado por Fleming.

Moore es un buen comediante y los guionistas se ocuparon de explotar esas cualidades. Pero se incorporó a la serie cuando tenía 46 años, y eso a la larga conspiró en su contra. Fue avejentándose y eso se nota en los últimos filmes. Con todo, hay que decir que nunca dejó de contar con el apoyo del público. Los productores tuvieron que convencerlo para que continuara, hasta que finalmente dijo basta. Moore narró sus experiencias como intérprete del agente 007 en los libros My Word is my Bond y Roger Moore´s James Bond Diary. Asimismo este mes publicará Bond on Bond: Reflections on 50 Years James Bond Movies.

La serie se moderniza

Al comenzar la década de los 70, el mundo del espionaje había dejado de ser el de los agentes de la Guerra Fría, que arriesgaban sus vidas para robar secretos militares o matar enemigos en los países tras el Telón de Acero. Eso hizo que los productores se plantearan modernizar la serie y ponerla al día en el nuevo contexto internacional: un mundo en el que la Unión Soviética entró su etapa de agonía y en donde los traficantes de armas y de drogas constituyen la principal amenaza. Timothy Dalton fue el actor escogido para tomar el relevo de Roger Moore. Con él se apostó por la calidad interpretativa, para que Bond fuese más realista y creíble. Le habían ofrecido antes el papel en Al servicio secreto de Su Majestad, pero él lo rechazó por considerarse demasiado joven. Hicieron otro tanto en Octopussy, pero el guión no lo convenció. Dalton solo rodó dos títulos, Alta tensión (1987) y Licencia para matar (1989). Sorprendió a todos cuando rehusó trabajar en un tercer filme, pese a que le ofrecieron 3 millones de dólares.

Dalton asumió el rol con mucha responsabilidad y se sumergió en la lectura de las novelas de Fleming, para restituir al agente 007 su carácter serio como figura de acción. En lugar de emular con sus predecesores, creó su propia caracterización del personaje. Con él, las situaciones cómicas, las frases ingeniosas y los argumentos fantásticos desaparecieron. El humor no quedó eliminado del todo, pero ahora pasó a ocupar un lugar secundario. Su Bond es más realista y oscuro, y hasta se hizo un hombre empecinado que acepta de mala gana las órdenes de sus superiores. Con ello, según expresó Dalton, quiso “hacerlo parecer un ser humano, no un superman”. Las dos películas que protagonizó tuvieron reacciones encontradas. Los fans de las novelas de Fleming aplaudieron su trabajo. No así los seguidores del 007 cinematográfico, a los que evidentemente les gustaba reírse, como válvula de escape a la tensión de las situaciones dramáticas. En varias ocasiones Sean Connery ha declarado que Dalton es su Bond favorito.

Tras la caída del muro de Berlín y la desaparición del imperio soviético, muchos en la industria cinematográfica pensaron que cualquier intento de continuar con la saga sería irreal. Lo más inteligente era dejar a Bond como un icono del pasado. La opinión resultó ser errada, y la prueba es que en los años siguientes la franquicia Bond ha conseguido sus mayores éxitos de taquilla. Del mismo modo que ha sido capaz de superar el inconveniente del cambio de actor, también ha sabido evolucionar para adaptarse a las distintas épocas. Con el fichaje de Pierce Brosnan, quien había alcanzado mucha popularidad internacional gracias a la serie de televisión Remington Steele, el personaje se actualizó exitosamente para la entrada en el nuevo milenio.

Su primera película tuvo una excelente acogida: GoldenEye (1995) recaudó 351 millones de dólares. Espectadores y críticos dieron su aprobación al 007 de Brosnan, quien mezcló inteligentemente la personalidad y elegancia de Connery, el humor de Moore y la severidad de Dalton. Dio una orientación más moderna al personaje, lo hizo más insolente e irónico. Asimismo en el proceso de humanización, comenzó a mostrar sangre cuando es golpeado, y hasta cae prisionero y es torturado en Corea del Norte. La incorporación de Judi Dench como M agregó además un nuevo ingrediente a la saga. El machismo de Bond comenzó a ser cuestionado por su jefa, que en GoldenEye lo llama “dinosaurio sexista y misógino”. Todo eso, unido a las estupendas condiciones actorales de Brosnan, contribuyeron a que El mañana nunca muere (1997), El mundo no es suficiente (1999) y Muere otro día (2002) revitalizaran la serie, que ganó una legión de fans entre las nuevas generaciones.

Tras finalizar Muere otro día, los productores Barbara Broccoli y Michael G. Wilson discutieron cuál sería el próximo proyecto. Decidieron llevar a la pantalla Casino Royale, la primera, más oscura y literaria de las novelas de Fleming. Aunque Pierce Brosnan estaba dispuesto a continuar, optaron por buscar un nuevo actor. Entre los candidatos estuvieron Collin Farrell, Jude Law, Ewan McGregor, Clive Owen, pero al final se impuso Daniel Craig. El anuncio hizo llover numerosas críticas y hasta se llegó a pedir el boicot. Sin embargo, el estreno de Casino Royale (2006) silenció esas reacciones, por lo demás injustificadas. Craig supo ganarse a público y crítica, y hoy nadie se atreve a cuestionar que la elección fue acertada. Incluso fue nominado en los BAFTA como actor en un rol protagónico y obtuvo en España el Premio Sant Jordi como mejor intérprete extranjero.

Craig ha continuado el proceso de devolver a Bond a sus raíces, al hacerlo más realista y vulnerable. Es además el más rudo y de peores modos. Es también el intérprete más varonil y de mejor complexión física, lo cual hace más creíbles las escenas de acción. Esto ha dado lugar a que algunos se quejen de que ha desnaturalizado el personaje. En fin, ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos. Craig posee un rostro duro y una presencia amenazante, y lo menos que se puede decir de su trabajo actoral es que es magnífico, que le da un toque personal al agente y que ha logrado rejuvenecer la serie. Aparte de Quantum of Solace (2008) y de Skyfall (2012), de inminente estreno, está previsto que Craig protagonice dos películas más, una en 2014 y otra en 2016.

Los villanos, razón de ser de la saga

Pero una película que únicamente cuente con la presencia del agente 007 sería muy aburrida. Se reduciría a verlo lucir su esmoquin, tomar Martinis y conquistar mujeres hermosas. Uno de los rasgos distintivos de los filmes es la presencia de los villanos a los que Bond se tiene que enfrentar. Estos constituyen precisamente la razón de ser de la serie. Su perfil es el mismo, aunque se va renovando con los tiempos. Son psicópatas megalómanos, despreciables, enloquecidos, aunque también carismáticos. En la mayoría de los casos, son millonarios que poseen su propio emporio y tienen aires de grandeza. Eso los lleva a concebir ambiciosos planes con los que buscan provocar desastres mayúsculos. Más que personajes propiamente dichos, se trata de arquetipos que encarnan la imagen abstracta del mal. Por supuesto, todos esos villanos mueren al final. Sin embargo, de todos ellos solo tres han sido ajusticiados por Bond con su pistola.

Para ilustrar esa amplia galería, en la cual, todo hay que decirlo, abundan los estereotipos, he escogido unos pocos que describo a continuación.

Auric Golfinger: magnate obsesionado con el oro, que se dedica al contrabando. Planea detonar una bomba atómica en Fort Knox, para devaluar las reservas de oro de Estados Unidos.

-Ernst Stavro Blofeld: número 1 de la organización criminal SPECTRE (Special Executor for Counter-Intelligence, Terrorism, Revenge, and Extortion). Genio del mal que aspira a dominar el mundo. Aparece en seis de los filmes de la serie y ha sido interpretado por varios actores.

-Francisco Scaramanga: fue reclutado por la KGB, que lo entrenó en el Este de Europa. Se independizó en los años 50 y pasó a ser el asesino mejor pagado del mundo: cobra 1 millón de dólares por cadáver. En sus ejecuciones siempre usa una bala de oro.

-Karl Stromberg: uno de los hombres más ricos del mundo, propietario de una compañía de barcos. Proyecta destruir Nueva York y Moscú, para desencadenar una guerra entre los dos países. Con eso busca aniquilar la humanidad, para comenzar después una nueva civilización debajo del mar.

-Hugo Drax: fabricante de transbordadores espaciales. Ha urdido un diabólico plan para exterminar la vida humana en la Tierra, para posteriormente repoblarla con personas genéticamente ideales y crear una “dinastía suprema”.

-Max Zorin: producto de un experimento genético llevado a cabo por los nazis en los campos de concentración, durante la II Guerra Mundial. Habla sin acento cinco idiomas y es un perverso millonario industrial. Ambiciona monopolizar el mercado de microchips y para lograrlo, va a activar un terremoto que destruirá Sillicon Valley.

-Gueorgui Koskov: general ruso que ha contactado a los servicios secretos británicos con la intención de desertar. En realidad, es un engaño. Se ha unido a un traficante de armas para preparar una gran operación de drogas. Eso le permitirá tomar el poder de la KGB y seguir apoyando la guerra en Afganistán.

-Raymond Carver: magnate de los medios de comunicación. Planea diseñar los acontecimientos mundiales para tener la primicia de su información. Maquina iniciar un conflicto bélico entre Inglaterra y China, que permitirá que en este último país se instale un gobierno que garantizará a su cadena los derechos de transmisión por satélite en los próximos cien años.

-Viktor Zokas, alias Renard: ex agente de la KGB, con fuerte inestabilidad mental. Tiene una bala alojada en su cabeza y es insensible al dolor. Convertido ahora en terrorista, quiere conseguir el control del mercado del petróleo, así como borrar Estambul de la faz de la Tierra.

-Dominic Green: rico hombre de negocios. Va a apoyar al general Medrano para que dé un golpe de Estado. Su propósito es obtener el control absoluto de los recursos acuíferos de ese país, considerados entre los más importantes del mundo.

Las chicas Bond

Hay que decir que el de los villanos es un aspecto que siempre se ha cuidado mucho en los filmes de la saga. Es algo que, en primer lugar, se advierte en la nómina de los actores que los han interpretado. En la misma hallamos nombres tan conocidos como los de Donald Presence, Telly Savalas, Christopher Lee, Michael Lonsdale, Louis Jordan, Christopher Walken, Jeroen Krabbe, Sean Bean, Robert Carlyle, Jonthan Pryce y Mads Mikkelsen. Asimismo los villanos siempre cuentan con fieles matones, a quienes arrastran con su magnética personalidad. Entre los más recordados figuran Dario, doctor Kaufman, Nick Nack, Oddjob, Baron Samedi, Stamper, Tee Hee, Zao y Jaws, el único que ha aparecido en dos películas.

Imprescindible mencionar también a las villanas. Varias son asesinas profesionales, que pertenecieron a la inteligencia militar y saben de armas y técnicas de combate. Entre mis favoritas están Rosa Klebb (Lotte Lenya), que recurre a los cuchillos envenenados en sus zapatos; la forzuda May Day (Grace Jones); Elektra King, interpretada por una estupenda Sophie Marceau; y la seductora y letal Xenia Onatopp (Famke Janssen), de todas la más sádica y letal. (A propósito, quienes hayan visto esos filmes y sepan inglés, se darán cuenta de qué simpáticos e ingeniosos son algunos de los nombres de todos esos personajes.)

A diferencia de otros agentes que forman parte de su descendencia (piénsese, por ejemplo, en Jason Bourne), una de las debilidades de 007 y un reto al cual él nunca puede resistirse, son las mujeres. Eso significa que la serie está poblada de actrices hermosas y esculturales, que integran esa legión que se conoce como las “chicas Bond”. En el reparto de la serie hallamos así, entre otras, a Jane Seymour, Carole Bouquet, Michelle Yeoh, Claudine Augier, Halle Berry, Eva Green y Olga Kurylenko. Desde que Ursula Andress salió de las aguas del Caribe jamaicano, luciendo un provocativo bikini (Agente 007 contra el Dr. No), ha habido un largo desfile de personajes femeninos glamorosos y sofisticados. El principal requisito era su belleza, lo cual explica que en varias de las películas de la primera etapa las protagonistas estuvieron a cargo de actrices tan hermosas como sosas. A partir de cierto momento, ese criterio empezó a cambiar. Ahora esos personajes se involucran más en la acción y colaboran con el agente. Ya no se derriten como la mantequilla ante él, y se resisten más. Asimismo han dejado de ser rubias y de ojos azules, y en años recientes la serie incluso ha dado cabida a una afroamericana (Berry) y una asiática (Yeoh).

En este repaso de los elementos más importantes de la serie, es necesario hablar brevemente, por último, de los vehículos, armas y equipos especiales que se ven. En el caso de los primeros, van desde un tanque con forma de dragón y un barco que los radares no pueden detectar, hasta un mini submarino y un auto que puede hacerse invisible. En cuanto a las armas, la lista es igualmente extensa, e incluye espejuelos con rayos X, simuladores de voces, píldoras radioactivas, libros que ocultan una grabadora, sombreros que al ser lanzados pueden romper el cuello, botellas de leche que explotan como granadas. Quien provee a Bond de sus artilugios es el mayor Boothroyd, más conocido como Q. En Solo para tus ojos ese personaje no aparece. Se hizo en homenaje a su intérprete, Bernard Lee, quien murió de repente cuando se rodaba el filme número 12.

Sin ser tan esencial como los aspectos anteriores, también hay que dedicar unas líneas a la música. El tema que se escucha en los créditos, así como en algunas partes de las películas, fue compuesto por John Barry. Es tan famoso, que muchas personas que nunca han visto ningún título de la serie lo reconocen. Fue a partir de Desde Rusia con amor que se incorporó la tradición de incluir un tema cantado. En ese filme la interpretación correspondió al crooner británico Matt Monro y se escucha en los créditos finales. A partir de Goldfinger, la canción pasó a incluirse al inicio.

Entre los solistas y grupos a los que se ha encargado la canción, figuran Tom Jones, Nancy Sinatra, Louis Armstrong, Lulu, Carly Simon, Sheena Easton, A-ha, Tina Turner, Madonna, Chris Cornell, Jack White y Alicia Keys. John Barry aparece como coautor de seis de las composiciones. Varias de estas han alcanzado gran popularidad y ocuparon sitios destacados en las listas de éxitos. Goldfinger llegó en Estados Unidos al número 8 y catapultó a la fama a Shirley Bassy (es la única artista que ha interpretado el tema de tres filmes). Live and Let Die (Paul MacCartney & Wings) se mantuvo en el 2 durante tres semanas. A View to a Kill (Duran Duran) fue número 1 en Estados Unidos y 2 en Inglaterra.

Quien vea las 22 películas de la serie (por haber sido rodadas por otros productores, no se incluyen en la lista oficial Nunca digas nunca jamás ni la versión de 1967 de Casino Royale), realizará un viaje virtual alrededor del mundo. El agente 007 se ha paseado literalmente por todos los continentes. Las distintas aventuras protagonizadas hasta ahora por él lo han llevado a Jamaica, Francia, Suiza, Vietnam, España, Egipto, Japón, Bolivia, Italia, Alemania, Estados Unidos, Rusia, Checoslovaquia, Madagascar, Turquía, Corea del Norte, Afganistán, Holanda, Marruecos, además de algunos lugares ficticios que no aparecen en ningún mapa.

La conexión cubana de 007

¿Y Cuba? ¿Ha estado Bond en Cuba? Pues claro que sí, faltaría más. Esto da pie para hablar de la conexión cubana de 007. Comenzó tempranamente. En la tercera entrega de la saga, Goldfinger se dirige en un avión especial a la isla caribeña, después de que Bond hizo fracasar su maquiavélico plan de contaminar con sustancias radioactivas las reservas de oro de Estados Unidos. En pleno vuelo, Goldfinger tiene una pelea con el agente. Un disparo suyo rompe el cristal de una ventanilla, por la cual es lanzado a la estratosfera debido a la descomposición que se produce.

La primera vez que Bond viaja a Cuba ocurre en Octopussy. Un equipo altamente secreto del ejército norteamericano ha caído en las manos equivocadas, y a él le han asignado la misión de destruir una base aérea cubana. Se trata de una operación que debe realizar en tiempo record, y para ello el infaltable Q le construye el Acrostar, el avión más pequeño, rápido y maniobrable del mundo. Si quieren averiguar qué famoso personaje aparece en esa escena, les sugiero revisar la galería de fotos.

Bond regresa a la Isla en GoldenEye. La trama del filme se ubica tras la desaparición de la Unión Soviética. Un antiguo agente doble cero, Alex Treveylan, tiene el plan de destruir Londres, como venganza por la traición del ejército británico que sufrieron sus padres cosacos durante la II Guerra Mundial. Ha creado una organización criminal llamada Janus, que vende armas a clientes como Iraq. Cuando 007 frustra sus actividades ilegales en Rusia, Treveylan huye a Cuba, donde tiene una segunda estación de control por satélite desde la cual piensa dar su golpe maestro: transferir los billones de libras del Banco de Inglaterra y borrar todos los registros de la transacción. Pero como es natural, hasta allá se va Bond, quien es ayudado por la programadora Natalia Simonova para evitar que eso ocurra.

El tercero y, de momento, último desplazamiento de Bond a Cuba tiene lugar en Muere otro día. El agente ha logrado frustrar una venta de armas ilícitas a cambio de diamantes de similar origen, que se iba a realizar en una base militar de Corea del Norte. Durante la explosión provocada por él, Zao, un terrorista vinculado al coronel Moon, terminó con la cara incrustada de diamantes. Zao viaja después a la Isla, donde va a ser sometido a un cambio de ADN que lo transformará en un alemán de rasgos caucásicos. 007 arriba a Cuba y logra interrumpir la intervención quirúrgica, pero Zao logra escapar en un helicóptero. En esta película hay que destacar el esmero de los productores por recrear con mayor fidelidad La Habana de 2002, cosa que consiguen. Esas escenas se rodaron en Cádiz, y en las mismas no faltan el malecón, los almendrones, las jineteras y los pioneritos con sus uniformes. Bond además no pierde la oportunidad de fumarse un buen habano y disfrutar un mojito.

Las películas del agente 007 han tenido un impacto y una influencia en la cultura popular de las que poquísimos héroes pueden presumir. Una muestra de ello la proporciona este dato: a comienzos de los 90, una encuesta reveló que la mitad de los habitantes de nuestro planeta había visto por lo menos un título de la saga. A mediados de la década de los 60, eran contados los actores que no tenían un filme o una serie de televisión de espionaje en proceso de rodaje. A partir del éxito de los primeros filmes, el agente ha sido celebrado e imitado. Su legado se materializó en una variopinta progenie de la cual forman parte, entre otros, Angus MacGyver, Indiana Jones, Austin Powers, Nikita, Ethan Hunt, Jack Bauer, Jason Bourne. Asimismo el personaje creado por Fleming en los 50, se convirtió en fenómeno cinematográfico en los 60 y luego pasó a ser icono cultural de los 70 y 80. En los 90 no solo ha logrado sobrevivir, sino que fue capaz de conquistar nuevas audiencias y en lo que va del nuevo milenio mantiene su reinado.

Hace cosa de un año o año y medio, el periódico de un país donde, hasta hoy, ninguno de los filmes de la serie se ha exhibido comercialmente, reprodujo la noticia de la cancelación del rodaje de la nueva película de Bond, debido a problemas financieros. Aunque no se decía explícitamente, se traslucía el regocijo de los editores por lo que parecía ser el fin del popular personaje. Pobrecitos míos. Eso no va a ocurrir, not in this world. El 9 de noviembre será el estreno mundial de Skyfall, la aventura número 23 de 007. A sus cincuenta años, este demuestra estar en plena forma.

Como colofón a este trabajo, voy a reproducir, en absoluta primicia para los lectores de CUBAENCUENTRO, un breve diálogo del nuevo filme. En el mismo intervienen Bond y Raoul Silva, el villano que interpreta el español Javier Bardem. A propósito, este es uno de los tres participantes que ostentan un Oscar. Los otros dos son la actriz Judi Dench y el director Sam Mendes. En fin, aquí les copio el diálogo:

BOND: Todo el mundo necesita un hobby.
SILVA: ¿Y cuál es el tuyo?
BOND: La resurrección.