Actualizado: 18/04/2024 23:36
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José Luis Cortés: NG La Banda, timba y jazz

El director de NG ha demostrado, a lo largo de su carrera, interés por las concordancias y posibilidades sonoras del mambo, el chachachá y el danzón

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José Luis Cortés González —El Tosco— acaba de cumplir 60 años y está “en talla”: el hijo ilustre de Villa Clara pasó su cumpleaños —5 de octubre— arriba de la tarima, “…luchando, tocando con mi orquesta. Celebré mi cumpleaños con la gente que me quiere”, declara para Cubaencuentro el flautista, compositor, cantante, productor, arreglista, fundador y líder de NG, La Banda, después de un concierto el pasado 8 de octubre en el más importante salón-bar de baile afrocubano de la Ciudad de México, Mamá Rumba.

Los bailadores mexicanos y cubanos —afincados en la capital azteca—, esperaban hace mucho tiempo esta presentación de El Tosco y su NG. “Vine en 2010 y actuamos en otros lugares. Ya tenía deseos de enfrentarme al público de este lugar tan cubano. Me impresionó ver la rueda de casino que hicieron los bailadores mexicanos. Conocen los temas de la orquesta, eso me emocionó”, comenta el músico villaclareño, quien ha levantado más de una polémica en la Isla por sus textos irónicos y tonalidades rítmicas bullangueras.

NG, La Banda, “la que manda”: agrupación que provocó en 1995, el disgusto de la entonces presidenta de la Federación de Mujeres Cubana, Vilma Espín —esposa de Raúl Castro—, por el pícaro estribillo (“Tú eres una bruja/ una bruja sin sentimiento/ Tú eres una bruja/ coge tu palo y vete…”) de una guaracha timbera, La Bruja, que toda Cuba bailaba con ímpetus desusados, pero que las autoridades consideraban un ataque ofensivo al “abnegado sector femenino”. “Nunca quise ofender a las mujeres. El tema pegó por la letra juguetona y la sabrosura de su cadencia. La lírica de la música popular cubana nunca ha sido solemne, siempre ha tenido un doble sentido; ahí están La yuca de Casimiro, A mí me gusta que baile Marieta, Cuidadito Compay Gallo, Dile a Catalina, La Mujer de Antonio…”, rememora El Tosco con cierta aflicción: “El número dejo de tocarse en la radio, parece que la orden vino de arriba”.

El muchacho del humilde barrio de El Condado —Santa Clara— hace gala de capacidades musicales y danzarias desde muy pequeño: consigue una beca en la Escuela Nacional de Arte y se va a La Habana a estudiar. Licenciado concertino en flauta marchó a Checoslovaquia con objeto de capacitarse en música clásica. No se adapta (él confiesa risueño que lo expulsaron del conservatorio checo), regresa a su provincia natal y es contratado por la Orquesta Aliamén. Con 18 años, Juan Formell lo invita a formar parte de Los Van Van: alterna los solos de flauta con el veterano Orlando Canto. Años después, Chucho Valdés lo convoca y entra al más prestigiado grupo de jazz afrocubano de todos los tiempos, Irakere, como ejecutante de flauta y sax barítono. “Con Aliamén aprendí los secretos de la tradición. Van Van me dio la posibilidad de saber trabajar la música popular en la vertiente bailable. Irakere me enseñó a distinguir los mecanismos de la música popular y la de concierto. Siempre me interesé por la armonización: Formell y Chucho me dieron la oportunidad de orquestar algunos temas”, expresa el autor del éxito bailable Santa palabra.

Inquieto, deseaba formar su propia agrupación: “Yo quería hacer lo mío, pero por respeto a Formell y Chucho me contuve mucho tiempo. Un día decidí separarme de Irakere (1988) y organicé, con un grupo de amigos (Germán Velazco, Carlos Averhoff, Juan Munguía, Miguel Ángel de Armas, Carlos Emilio Morales, Miguel Núñez, Conrado García…), NG, La Banda, que significa ‘nueva generación’. Me pareció que Irakere ya había agotado todas sus posibilidades. Nos propusimos hacer música a nuestra manera, si la cosa fallaba cada quien tomaría su derrotero; pero, no fue así, el grupo ya va para 23 años”.

Siglo I A. N. E, Siglo II N. E y A través del ciclo (Todos estrellas: 1988-1989) 

Aparecen tres producciones, que son reflejo de un proyecto experimental, suerte de estudio y revisitación al jazz afrocubano. En esa primera etapa de NG, La Banda, destacan composiciones rubricadas por El Tosco en las que las influencias de Irakere y Van Van son evidentes: “Songo Bluesongo”, “Asesu Yemaya, Asesu(vocalizada por Anabel López), “Changó, Changó”, “Punto neutro”… La placa A través del ciclo (Pedrito Calvo, Tony Calá, Puchungo, Gonzalito Rubalcaba, Andrés Collado, Dagoberto González…) puede considerarse un preámbulo de lo que sería después la NG timbera que conocemos actualmente. “Me percaté de la posibilidad de hacer música bailable con un formato entre charanga y combo de jazz. En A través del ciclo invité a 4 violinistas, al vocalista de Van Van, Pedrito Calvo, y a quien ha sido la voz que identifica a NG, Tony Calá, ex integrante de la Ritmo Oriental. Exploré las posibilidades del danzón, chachachá y mambo con armonizaciones contemporáneas”, explica Cortés.

No te compliques, En la calle, No se puede tapar el sol con un dedo, En cuerpo y alma, Échale limón (Primeros años: 1990–1992)

Producciones musicales que el público bailador recibió con entusiasmo. Inicio de la sonoridad timbera. El tema “Échale limón” (puede considerarse un reggaetón anticipado) pega duro. “No se puede tapar el sol con un dedo” (“No se puede tapar/ el sol con un dedo/ la verdad es la verdad/ mala cara no quiero”) no es bien recibido por el régimen. NG en sus mejores momentos con una line up por la que marchan instrumentistas fuera de serie: Feliciano Arango, bajo; Miguel Angel de Armas, teclados; Rodolfo Argudín Justiz, piano; Issac Delgado, vocalista; José Miguel Crego, trompeta; Tony Calá, vocalista líder; Elpidio Chapottín, trompeta; Calixto Oviedo, Timbales; Giraldo Piloto, batería; Germán Velazco, sax… “Tuve la oportunidad de trabajar con excelentes solistas. Feliciano Arango, que hacía cosas muy innovadoras en el bajo; el percusionista Giraldo Piloto, hoy director de Klimax, un baterista muy imaginativo y dinámico que sabe fusionar los tabaleos de Blakey, Roach o Cobham con el quinto del guaguancó; sin olvidar los aportes fundamentales del tecladista Miguel Angel de Armas —Pan con Salsa— (montunero heredero de Lilí Martínez) en los ajustes armónicos. Le digo a los muchachos de ahora que la orquesta tiene que sonar como antes y ahí vamos echando pa’ lante. ¡Ataca Chicho!” ¿Quién puede olvidar “Raca raca Chan”, “La expresiva”, “La protesta de los chivos” o “Necesito una amiga” (gran éxito, vocalización de Issac Delgado) que los danzantes hicieron suyas en esos años?

Para Curacao, La que manda, La Bruja, En directo desde el patio de mi casa, La cachimba, Veneno, Baila conmigo, Oye si!!, Bailemos… (Años recientes: 1993–2009)

Etapa de consolidación de una orquesta que transformó los esquemas de la música bailable en la Isla. Juan Formell ha dicho: “José Luis Cortés fue el que aglutinó, amarró y concretó el boom de la salsa cubana. Nosotros —Irakere y Van Van— sembramos la base, pero José Luis fuel el genio que se encargó de inventar el motor sonoro que hizo a la música bailable cubana contemporánea alcanzar rango internacional”. NG ha impuesto en estos ciclos varios temas en el gusto de los exigentes bailadores cubanos: “El regreso de Lola”, “Cara de guante”, “La bruja”, “Pelota”, “Murakami mambo”, “El trágico”, “Santa palabra”, “Cha Cortés”, “El Indio”, “Si yo tuviera 20”, “Pa’ qué te montaste”, “El papi”, “El abuso”, “Lucha luchador”, “¿Qué es esto?”, “Picadillo de soya”… Songo, Changüí guantanamero, tumbao sonero, rap, mambo, conga, aires brasileros, jazz, funk, toques santeros, soplos caribeños, guaguancó, pop: timba a lo Cortés, prefigurada en temas suyos como “TV a color”, durante su paso por Van Van, o “Rucu Rucu a Santa Clara” con Irakere.

“NG, La Banda es mitad Irakere y mitad Van Van. La genialidad de Formell —en mi opinión, el mejor compositor de música bailable que ha dado Cuba— para hacer que baile el más patón, y la maestría de Chucho para fusionar lo culto y lo popular: mis dos maestros, mis dos ejemplos a quienes he seguido siempre”, confiesa el flautista de Santa Clara.

Compositor que ha sabido reflejar en sus textos la idiosincrasia del pueblo cubano, sus problemas, sus preocupaciones, su habla, su sentir…: “La música bailable tiene un código en su lírica que yo respeto. Me voy a los barrios populares a escuchar a la gente, cómo hablan, qué piensan de la realidad actual. Me acusan de chabacano: yo reproduzco lo que percibo en Pogolotti, Buena Vista, Centro Habana, El Cerro, Marianao o Los Sitios. Me interesa la crítica social, abordar la temática de la malversación, la doble moral de algunos funcionarios, los problemas que afronta la gente común”.

Latin Fever, Nuestro Hombre en La HabanaAlgunas referencias jazzísticas del Tosco

Dos álbumes de latin jazz en los cuales el director de NG pone de manifiesto su virtuosismo como concertino de flauta. Delineaciones de la consonancia acústica afrocubana (Egües, Arcaño, Fajardo, Pacheco, Alberto Socarrás…) y swing de grandes flautistas de jazz (Eric Dolphy, Hubert Laws, Herbie Mann, Dave Valentin, Paul Horn, Hermeto Pascoal…). Imaginativos solos de técnica impecable, en los que el arrojo del corazón impone un estilo de lúdica consonancia rítmica.

Escúchese con detenimiento “Patio” (Nuestro hombre en La Habana, 1995); “All of me” y “Solo de flauta” (En cuerpo y alma, concierto en vivo Italia y Japón, 1997); “Ave María” (Oye Si!!, 2005); “Para un amigo”, “Danza de fuego” y “Obsesión” (Mis 22 años, 2010). Instrumentista pujante con rumboso sentido del humor en las improvisaciones. Presencia de bebop, free, noise y hard con un swing rebosado de cubanía. “Me interesa el jazz como expresión que nunca disocio de los ritmos cubanos”, puntualiza. “Cha Cortés” (Juan Formell) muestra fehaciente de imaginería en el conforme instrumental: las acentuaciones de Jorrín concertadas en las categorías estilísticas del jazz.

El director de NG ha demostrado, a lo largo de su carrera, interés por las concordancias y posibilidades sonoras del mambo, el chachachá y el danzón. En sus arreglos orquestales se palpan rangos y medidas armónicas de tales modalidades (“Murakami Mambo”, “El trágico”, “Los sitios enteros”, “Mambo Number cero”, “Club 4”, “Río sumida”, “La apretadora”…) en consonante tumbao funkero contrapunteado con conga santiaguera. Los sorpresivos y complejos pasajes que ejecutan “los metales del terror” (trompetas y saxos) mucho le deben a La Casino de la Playa, Machito-Bauzá, O’Farrill, Perez Prado e Irakere. Estamos en presencia de un músico de solida formación académica que ha sabido asimilar la tradición de la polirritmia afrocubana ajustándola a los requerimientos armónicos modernos con atinada invitación bailable.

Salseando —Malena Burke, Burundanga— Sonora Colorá, Recordar es vivir

Tres discos que retoman piezas emblemáticas del repertorio latinoamericano arregladas con animosa figuración moderna. Salseando: Malena Burke canta “Longina”, “Me voy pa’l pueblo”, “Bruca Maniguá” o “Capullito de alelí” con puntualidad sonera y emoción bolerística genuina: José Luis Cortés pone a disposición de su voz una NG en reboses rítmicos precisos.

Burundanga, una producción musical singular en la que El Tosco conforma el piquete Sonora Colorá —percusión menor, güiro y dirección (José Luis Cortés), Trompeta (Elpidio Chapotín), piano (Fernando Soria), Bajo (Luis Arango), tumbadora y bongó (Jorge Luis Alemán), pailas (Jorge Así), Cantante (Alberto Tamayo) y coros (Tony Calá, Coco Freeman, Yenisel Valdés)—, se ocupa de los arreglos y de la producción para poner en nuestras manos un álbum de sabroso tejido rítmico: “La trigueña encarnación”, “Guajira con tumbao”, “El panquelero”, “Mujer perjura”, “Tan sabrosona”… Álbum de culto: una pausa en la carrera de José Luis Cortés que agradecemos. Recordar es vivir, retoma la experiencia de Burundanga con orquestaciones de composiciones clásicas: “Chinita”, “Pirulí”, “Vecina préstame el cubo”, “Escándalo”… Producciones fuera de NG. Burudanga se grabó en Panamá, me divertí mucho con el grupo que formamos de un día pa’ otro; Recordar es vivir lo hicimos con gran amor por la música de nuestros pueblos”, explica el también productor musical de Manolín, El Médico de la Salsa, y de la ex vocalista de Bamboleo, Haila María Mompié, entre otros.

Mis 22 años (2010). NG, La Banda, celebra cumpleaños

Álbum doble con invitados Mayito Rivera (vocalista de Van Van), Ricardo Amaray (vocalista de Trabuco), Hermanos Yumurí, Juan Formell, Chucho Valdés, Tirso Duarte, Rafaelito Lay, Ricardo Leyva, Vania Borges, Elito Revé, Lázaro Valdés, Pedrito Calvo, Cesar Pedroso, Adalberto Álvarez, David calzado, Roberto Hernández, Haila María Mompié, Alexander Abreu…) que rinden tributo al trabajo de 22 años de José Luis Cortés y NG, La Banda. 17 temas que van de la timba al latin jazz, de la salsa timba al bolero timba, del bolero cha a la salsa reggaetón, del mambo al merengue timba… Formato orquestal: piano, batería, bajo, congas, bongoes, flauta, “metales del terror” (dos trompetas, sax tenor, sax alto) y voces (Tony Calá, Bárbara Cortés —hija del Tosco—, Miladis César, Arlenis Rodríguez). Una agrupación constituida por jóvenes instrumentistas, todos con sólida formación, graduados en escuelas superiores de música de la Isla.

Producción musical que recrea grandes éxitos (“Calabaza”, “Si yo tuviera 20”, “El abuso”, “El Indio”, “Lucha luchador”…) complementados con una versión de “Danza de fuego” (Manuel de Falla) en coloración de comparsa y cubop (Chano Pozo/ Gilliespie). El pianista invitado Chucho Valdés hace gala de sus virtudes con espontáneas ristras de notas introductorias que remiten al Ernesto Lecuona de “Ante El Escorial”. El solo de El Tosco bordea hojarascas de Dolphy y Pascoal. El bolero “Obsesión”, del portorriqueño Pedro Flores, se concierta con acentuaciones de chachachá y tenues guiños mamberos. “Mambo Number Cero”, abierto tributo a Perez Prado con costura orquestal de O’Farril/Bauzá y ciertos aires de dixieland/swing/boogie.

“Ya terminamos Tirando piedras una producción de madurez, una NG ‘en talla’ de verdad. Mis 22 años es un regalo que le hicieron los músicos cubanos a NG. Me siento muy halagado por la participación de esos grandes de nuestra música en esa grabación del aniversario 22 de la banda”, apunta el director que propició el fogueo vocal y presencia escénica del hoy exitoso Issac Delgado.

Cuando le pregunto sobre la situación de la timba y el fenómeno del reggaetón en Cuba, se pone serio, frunce las cejas y me dice: “Mira, el futuro de la música bailable cubana no puede ser el reggaetón. No tengo nada en contra de esa modalidad, al contrario aprovecho algunas de sus disposiciones y cadencias y las incorporo en mis composiciones. La timba tiene que evolucionar. Me gusta el trabajo del trompeta Alexander Abreu y su Habana de Primera: están haciendo timba incorporando la tradición y los patrones armónicos del mambo. En Cuba hemos estudiado mucho, tenemos grandes academias musicales y una tradición sonera fuerte. No podemos quedarnos en eso del reggaetón que es un género menor. Somos un pueblo en el que la gente camina y habla bailando. Un pueblo sin música no tiene alma, la música es el alma de una nación… Por culpa tuya me puse martiano (risas). El negro ta’ cansao. He hablado contigo como nunca lo hago con ningún periodista… ¡Ataca Chicho!”, concluye un grande de la música cubana contemporánea: José Luis Cortés, El Tosco, el virtuoso concertino de flauta, el director y fundador de NG, La Banda: “la que manda” y finca los derroteros en los salones de bailes de Cuba hace más de 20 años.


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