Abel Prieto llama a las instituciones culturales a crear “espacios de resistencia”

Abel Prieto, ex Ministro de cultura y en la actualidad asesor del presidente Raúl Castro, ha llamado este miércoles a las instituciones culturales cubanas a crear “espacios de resistencia” para luchar contra la “banalidad y los patrones colonizadores” que permean en la actualidad los modelos de consumo de la juventud de la Isla.

“Nos corresponde crear espacios de resistencia y promover nuevos paradigmas, además de lo más significativo de la creación nacional e internacional”, dijo Prieto durante un intercambio con los delegados que discutían sobre la creación audiovisual y la promoción del arte joven como parte del Consejo Nacional Ampliado de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), al que se refiere hoy un artículo del diario oficialista Juventud Rebelde.

Durante el encuentro, algunos delegados estuvieron de acuerdo en señalar a las propias instituciones como las responsables del mal gusto y la falta de valores que prevalece en los productos culturales que desde ellas se promocionan.

“Hay que trabajar en función de la formación, de elevar el nivel de apreciación artística y estética, no solo del público, sino también de los decisores que a veces no tienen en cuenta las jerarquías a la hora de establecer a quién programar para un espacio determinado”, dijo durante su intervención un miembro de la AHS.

Según el testimonio de otros delegados, desde las Casas de la Música y los Centros Culturales “con pasmosa frecuencia, se les da cabida a lo peor de la música y del audiovisual del patio”.

Una poeta de Sancti Spíritus afirmó que en esa provincia “se reverenciaba, por principio, al reguetón, mientras los jóvenes creadores del rock y el rap de la provincia no tenían cabida”.

“Lo más terrible es que nuestros medios potencian la presencia allí de un reguetonero como el Yonki, y apenas informaban de la actuación del maestro Pancho Amat, premio nacional de la Música”, añadió.

Sobre este aspecto, el ex ministro de cultura expresó: “Los errores que hemos cometido en términos de promoción y programación cultural nos han llevado a caer en la trampa de que ahora el público presiona a las instalaciones para que satisfaga esas demandas que estas mismas han ido fomentando. Mas no olvidemos que el gusto no es inamovible. Se puede formar”.

Prieto dijo estar convencido de que “existen reservas en nuestra gente, que hemos sembrado en términos de referentes culturales auténticos, y que solo habría que movilizarlas; por lo que exhortó a la AHS y la UNEAC a “ejercer una vigilancia crítica sobre la gestión cultural. Es algo muy importante, porque hasta las mejores ideas se pueden distorsionar”.

“Ningún realizador es dueño de su espacio. Aquí no se privatizará la política cultural, que ha sido uno de los grandes logros de la Revolución. Las instituciones culturales pertenecen al Estado. Entonces, ¿cómo el dinero puede ser el que establezca las jerarquías?”, añadió en su intervención.

El pasado mes de septiembre, durante el Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), celebrado en La Habana y centrado en la música que se compone actualmente en la Isla, varios altos funcionarios de la organización oficial mostraron su preocupación por lo que denominan las “vulgaridades” que caracterizan a la música que se divulga en espacios públicos y propusieron “regular” la promoción de productos musicales cubanos que padecen de “una evidente carencia de valores”.

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