Apretada victoria de Cuba (7-6), en segundo partido ante EEUU

El segundo partido del el tope beisbolero entre Cuba y Estados Unidos se saldó este viernes con apretada victoria del equipo cubano, informa Prensa Latina.

Un oportuno sencillo del emergente William Luis y dos costosos errores de la defensiva estadounidense se conjugaron para que Cuba obtuviera el triunfo con marcador 7-6.

El desafío, disputado en el parque Latinoamericano de esta capital, deparó un verdadero carrusel de emociones desde el lanzamiento inicial, señala la agencia.

Los estadounidenses salieron inspirados y desde el mismo primer capítulo tomaron la delantera, gracias a un soberbio cuadrangular de dos carreras del tercer madero D.J. Peterson, ante los envíos del abridor local Ismel Jiménez, líder en juegos ganados de la etapa regular del último campeonato cubano, con 17.

Cuba ripostó de inmediato a base de jonrones e igualó el desafío, al fabricar una carrera en el segundo inning y otra en el tercero, por sendos cuadrangulares en solitario de Alfredo Despaigne y Rusney Castillo, frente al iniciador rival Marco Gonzales -zurdo-.

El equipo norteamericano, compuesto íntegramente por jugadores universitarios, hizo alarde de dominio de la situación y poderío ofensivo para tomar el control del choque en la parte baja del tercer episodio, por intermedio de jonrones sin compañeros en base de Johnny Field y Michael Conforto, que sentenciaron a Jiménez en su peor presentación del año.

Hasta ese momento el Latino estaba casi mudo, no rugía, se oían gritos de “si se puede” o “Cuba, Cuba” pero tenues y lejanos, de esos que motivan al visitante y apagan la inspiración de los dueños de casa, destaca PL.

Para colmo de males, Estados Unidos construyó una carrera en el quinto episodio y otra más en el sexto, que estamparon un 2-6 en el pizarrón y provocaron el desaliento de varios fanáticos, quienes abandonaron las instalaciones del mítico estadio del Cerro sin esperanzas de ver triunfar a los suyos.

Sin embargo, Cuba reaccionó en el llamado inning de la suerte (el séptimo) y esta vez esa fortuna fue su aliada: “menos mal que nos volvió el aché (poder divino en la religión yoruba)” dijo un fanático, desesperado por la resurrección del aletargado cuadro caribeño.

En esa séptima entrada, el inicialista antillano José Dariel Abreu abrió con enorme cuadrangular en solitario a lo profundo de la pradera izquierda. Acto seguido Frederich Cepeda recibió boleto y el emergente Alexei Bell rechinó la Mizuno 200 contra la cercas, acreditándose un doblete que provocó la explosión del abridor Gonzales, de 20 años.

El veloz derecho Trevor William entró en su lugar —con corredores en segunda y tercera sin out— para enfrentar a otro emergente, esta vez correspondió el turno a Rudy Reyes, quien remolcó una carrera con rodado a primera base y, en ese momento, puso el marcador 4-6 con hombre en tercera.

Aquí entró a jugar el factor suerte, cuando el siguiente bateador Guillermo Heredia disparó línea a lo corto del jardín central capturada sin problemas por Austin Cousino, quien realizó un tiro excepcional al plato para poner out a Bell (corría desde la antesala en pisa y corre), sin embargo el receptor Brett Hambright no retuvo la pelota y entró la quinta carrera cubana.

Ya con el partido 5-6 la historia era otra. El Latino ya no lloraba a un enfermo en estado terminal, sino que celebraba la salida del sufrimiento. Una segunda derrota consecutiva abriría muchas incógnitas en todas las esferas del béisbol cubano, una victoria daría alegría e ilusión.

Y en el octavo inning Cuba logró igualar y tomar el control del choque gracias a un jugador que no entraba en los planes de nadie, el invitado más inesperado en la preselección de 36: el jardinero camagüeyano William Luis.

Luis empuñó de emergente en esa entrada encontrando una situación ideal para lucirse: bases llenas y dos outs en la pizarra. Solo un paso lo separaba del abismo o la gloria y “salvó su cabeza”, al disparar contundente sencillo al bosque derecho, que remolcó dos carreras, la sexta (empate) y la séptima (gane).

Estas anotaciones subieron al marcador por un error previo del tercera base norteño Kris Bryant, que hubiera representado la tercera oportunidad de out en el inning antes del turno de Luis.

“Me sentí terrible. Fue un buen juego, uno trata de dar el máximo pero así es el béisbol, Cuba se aprovechó de la situación, es un gran equipo, espero que no se repita en otros partidos”, sentenció Bryant, un fenomenal antesalista de seis pies y cinco pulgadas de estatura, y solo 20 años de edad.

Del resto se encargaron el zurdo de 18 años Darién Núñez —el principal prospecto cubano en el área de los lanzadores— y el taponero Pablo Millán Fernández, quienes cerraron el octavo y noveno capítulos sin apenas sudar la camiseta.

El crédito del triunfo correspondió a Núñez, el primero de su carrera deportiva con la selección nacional de mayores, mientras Trevor Williams cargó con el revés. Fernández, por su parte, se apuntó el rescate.

Por los ganadores sobresalieron ofensivamente Abreu (doble y jonrón en cuatro veces al bate), Rusney Castillo (sencillo y cuadrangular en cinco oportunidades, dos bases robadas) y Cepeda (cuatro bases por bolas), y por los derrotados el antesalista Kris Bryant (dos biangulares y un triple en cinco chances).

Estos equipos saltarán hoy desde las 20:00 hora local a la grama del Latinoamericano para dirimir el tercer partido de la serie, con un presunto duelo de derechos entre el estadounidense Adam Plutko y el cubano Vladimir García.

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