Viernes, 12 abril 2002 Año III. Edición 343 IMAGENES PORTADA
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La Habana: Usted no puede

por ADOLFO FERNáNDEZ SAíNZ  
Un deseo
LO QUE ENNOBLECE AL HOMBRE NO
ES UN ACTO, SINO UN DESEO

¿Tendrá razón el Gobierno cubano? ¿Serán los disidentes unos farsantes que en realidad sólo están dando argumentos al Gobierno de los Estados Unidos para seguir adelante con su política de embargo hacia Cuba? ¿O, por el contrario, son un legítimo movimiento de resistencia cívica?

Un movimiento como éste sólo tendría razón de ser si fuera cierto que son conculcadas las libertades fundamentales en la tierra de José Martí.

Veamos una lista de actividades sencillas, normales en otros países, pero que constituyen delito en Cuba o simplemente están prohibidas.

Si usted es cubano, no puede pertenecer a otro partido político que no sea el comunista. No puede ser dueño de un periódico ni de una estación de radio. No puede ser dueño de una escuela ni de una clínica (todo esto pertenece al Estado). Pero tampoco puede ser dueño de un cine, ni de una farmacia. Ni de un bar, ni de una bodega por pequeña que sea. Ni puede importar ni exportar nada (eso es monopolio del Estado).

Tampoco puede poseer una segunda casa para alquilarla. No puede vender su casa propia ni comprar otra casa. Si usted tiene casa propia, sus hijos no pueden heredarla a menos que vivan con usted. Tampoco puede comprar un auto a menos que tenga un permiso escrito del Gobierno. Ese auto tampoco puede venderlo.

Si es dueño de un bote, tiene que pedir permiso a las autoridades portuarias para navegar, pero no puede pescar. No puede comprar tierras ni venderlas. Si usted es campesino, no puede sacrificar su propia res. Si le roban una res y la sacrifican, es usted quien debe pagar una multa. No puede vender la leche de su vaca a su vecino; se supone que la venda al Estado. No puede vender huevos o un pollo a su vecino.

Si decide emigrar, usted no puede vender sus propiedades, le son confiscadas. No puede tampoco dejárselas a su familia. Si su familia vive con usted, en su casa, y usted se va del país para siempre —siendo el dueño titular de la casa— su familia puede quedarse a vivir en la casa pero tiene que pagarla de nuevo. Usted no les puede dejar su casa propia ni ninguna de sus propiedades a su familia. Usted no podrá vivir con un amigo por más de tres meses: deberá hacerse "residente permanente" por un trámite oficial con el Comité de Defensa de la Revolución.

Sus hijos no pueden estudiar en una escuela religiosa ni en otra que no sea la del Gobierno. Usted no puede estudiar en la Universidad si dice que no es revolucionario o que no está de acuerdo con el Gobierno. Usted no puede vender ni alquilar películas de vídeo. Usted no puede instalar una antena de TV que capte canales extranjeros. Usted no puede publicar lo que escriba a menos que esté "dentro de la revolución".

Usted no puede alojarse en determinados hoteles, ni atenderse en ciertos hospitales, ni comer en ciertos restaurantes, aunque esté dispuesto a pagarlo en dólares. No puede comprar medicinas en ciertas farmacias aunque tenga una receta y esté dispuesto a pagarlas en dólares. Hay servicios que no se pueden pagar en pesos cubanos en Cuba, como comprar un billete de aviación ni tramitar un pasaporte. No puede salir del país sin permiso del Gobierno. Si vive fuera, no puede regresar al país sin permiso del Gobierno. No puede salir a menos que lo invite un extranjero. Si reside en el interior, no puede mudarse a La Habana si la casa no reúne ciertos requisitos. No puede mudarse a ciertas zonas de la Ciudad de La Habana si no tiene permiso del Gobierno. No puede ocupar cargos de dirección a menos que sea recomendado por un militante del Partido Comunista.

Hay otras áreas donde quizá no exista una prohibición expresa, pero que serían inalcanzables para la mayoría por una cuestión de precios. Por ejemplo, quizá en ninguna disposición oficial esté escrito que usted no puede poseer una computadora, pero ningún extranjero puede regalársela trayéndola de afuera. Si un extranjero entra al país con una computadora tipo lap-top deberá salir con ella o pagar su importe. Si un cubano regresa al país con una computadora deberá volver a pagar su precio en el aeropuerto. Pero incluso, si usted se hace de una computadora por cualquier vía, no puede tener acceso a Internet a menos que sea personal de confianza del Gobierno. El acceso a Internet es a través de un servidor controlado por el Gobierno.

La lista no es abarcadora, podría incluir muchas prohibiciones más, pero con estas se tendrá una idea. Ahora: ¿Vale la pena o no luchar por el pleno respeto a los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de los cubanos?


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