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En el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX), accesible a cualquiera con derecho a Internet, al tiempo que el Gobierno declara su “compromiso firme y permanente con la promoción y protección de los derechos humanos”, se pone en dudas la legitimidad de la política de Derechos Humanos, acusándola de ponderar los derechos civiles por encima de los restantes. Y el régimen tiene razón. En la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) (Artículos 22 al 27) se consigna que todos los seres humanos tienen derecho a seguridad social, trabajo, remuneración equitativa, protección contra el desempleo, a integrar y fundar sindicatos; derecho al descanso retribuido, salud, alimentación, vivienda, derecho a recibir y elegir su educación; seguros por enfermedad, invalidez, desempleo y viudez; protección de la maternidad y los niños, etc. Hay más, pero bastan éstos para demostrar que en ningún país, que yo conozca, todos sus habitantes disfrutan del menú íntegro que nos ofrece la DUDH. Y distamos mucho de que todos los gobiernos, y en especial los de las naciones desarrolladas, asuman un compromiso real por que ese derecho a la vida sea algo más que un documento. Cuba tiene razón, y me explico: se ponderan, efectivamente, los derechos civiles. El acceso de todos los seres humanos a un nivel digno de vida, depende de factores económicos que sólo evolucionarán con lentitud. Los derechos civiles, en cambio, expresan la relación entre el poder y el individuo: actor con plenos derechos, o tornillo obediente en la rueda dentada del poder. Dependen, por tanto, de algo tan volitivo como la actitud de quienes detentan el poder hacia los demás. ¿La inquietud del Gobierno cubano es pura vocación de equitatividad? No. ¿A qué se debe entonces que el MINREX exprese como posición de Cuba “el reconocimiento del carácter universal, indivisible, interdependiente e interrelacionado de todos los derechos humanos (...) dándole a todos el mismo peso, tanto a los civiles y políticos como a los económicos, sociales y culturales, incluido el derecho al desarrollo”? Primero: dado que nadie cumple con todo esto, ¿con qué moral se me acusa?, apostilla La Habana. Segundo: el Gobierno cubano considera que garantiza a los ciudadanos un nivel de vida digno.
Poeta peligroso El debate internacional de los derechos humanos Un proyecto patriótico e inteligente La diáspora: ¿emigración o exilio? La moral de hoy Ética política: ética por excelencia Orishaoko-San Isidro. Marzo 22 |
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