Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Música, Chico & Rita

Juanito Márquez: “La música es mi trabajo y mi placer”

CUBAENCUENTRO conversa con el conocido intérprete y compositor cubano, coautor de la letra del tema musical principal de Chico & Rita, nominada al Oscar este año

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Conversar con una importante figura del arte, o de cualquier ámbito reconocido socialmente, es un aporte personal por lo que deja en una. Pero conversar con una gloria de la música cubana y sentirnos que estamos ante una de las personas más sencilla y modesta del mundo es una lección de humildad, porque es algo que no se encuentra con frecuencia en nuestros días. Esto fue precisamente lo que experimenté la tarde en que tuve el placer y el honor de departir con Juanito Márquez, esa gloria de la música cubana, quien conversa con CUBAENCUENTRO y relata detalles de su vida y de lo que ha significado para él compartir créditos con destacadas personalidades de la música, de la producción artística y de la cinematografía actual.

Estudió música con su padre, Juan Márquez Gómez, gran guitarrista clásico y director de orquesta; creció en un entorno musical que influyó excelentemente en su vocación, ¿qué anécdotas recuerda de esa importante etapa de aprendizaje con su padre?

Juanito Márquez (JM): Recuerdo que estaba rodeado siempre de música, mi padre, mis hermanos y hermanas tocaban algún instrumento; una hermana mía tocaba guitarra clásica, otra tocaba de oído, casi todos mis hermanos estudiaron música; el mayor tocaba trompeta, otro saxofón, otro tocaba guitarra pero de oído, ese no la estudió. Una hermana mía tocaba el piano. Somos seis hermanos, tres y tres, muy balanceado todo. Había disciplina, mi papá me exigía disciplina pero tenía un carácter muy bueno, muy suave, por lo que la exigencia no era exagerada.

¿Algún otro instrumento además de la guitarra?

JM: No, solo guitarra, eso es lo único que aprendí. Me insistieron en que estudiara el piano y ahora me pesa no haberlo hecho, pero nunca me atrajo, preferí la guitarra. Mi papá tocaba varios, guitarra, violín, mandolina y era director de banda, dirigía la banda municipal de Holguín; esa bandita sonaba muy bien.

¿En qué año era eso?

JM: Bueno, imagínate, desde antes de yo nacer, vaya y no te digo, ja, ja, ja, yo me acojo a la Quinta Enmienda.

Usted comparte créditos con esa leyenda viva que es Bebo Valdés y el productor musical Nat Chediak en la banda sonora del filme de animación del español Fernando Trueba, Chico & Rita, nominado a los Premios Oscar 2012. ¿Cuál fue su participación? ¿Qué ha significado eso para usted?

JM: Bebo ya tenía ese instrumental y yo hice la letra porque había que acondicionarla para que se adaptara mejor al argumento, que estuviera más de acuerdo con el argumento de la película, y entonces Nat, que sí lo conocía, contribuyó de manera muy eficaz porque hizo los cambios necesarios, salió la primera estrofa y compusimos la letra.

Yo tengo una anécdota de la etapa de Bebo Valdés en mis inicios. Estando yo en Holguín no tenía contacto alguno con Bebo. Antes de tener contacto con la Orquesta Riverside y de hacer Alma con Alma, ya yo había compuesto un número cuyo género, pudiéramos decir era latín jazz aunque no existía todavía como tal. Bueno compuse esta pieza con las características de jazz y de cosa cubana y Bebo Valdés tenía una orquesta tremenda, buenísima, yo la escuchaba, creo que por la emisora RHC, Cadena Azul. Entonces hice ese número instrumental, La Feria de los Siglos, es el título de los carnavales de Holguín y se lo mandé. La orquesta de Bebo era tremenda, estaba compuesta por cuatro trompetas, cuatro trombones, cinco saxofones, tres trompas. El caso es que le mandé el número instrumental y le gustó, después el me llamó por teléfono a casa de un vecino porque nosotros no teníamos ni teléfono y habló conmigo y me dijo: “Óyeme, muy bueno, tienes que venir para acá” y eso me alentó muchísimo. Para mí, imagínate, fue algo tremendo, porque Bebo Valdés ya tenía una fama grandísima.

¿Qué significa? Muchísimo, realmente un honor, a Chediak lo admiro y lo aprecio como amigo. Compartir créditos con grandes figuras como Bebo Valdés después de tantos años y con el productor musical Nat Chediak, en la banda sonora del filme es algo realmente grande. Imagínate después de sesenta y pico de años volver a estar musicalmente al lado de Bebo Valdés, esto no se repite con facilidad, por eso digo que es un privilegio. Bebo fue el primer contacto que hice como músico siendo él ya quien era con la fama que tenía y a mi no me conocía nadie nada más que en mi casa. Bebo me alentó mucho en mis inicios porque se tomó la molestia de llamarme por teléfono para decirme que le había gustado mucho mi composición en aquella lejana etapa. Ahora al cabo de más de medio siglo, me toca a mí hacer la letra de este instrumental titulado Lili que hizo Bebo para un solo de trompeta, ¿no es una paradoja?

Ha obtenido premios internacionales, ha sido arreglista y compositor de grandes figuras, y piezas musicales suyas son antológicas, usted es una gloria de Cuba, pero su modestia y humildad asombran, ¿qué reflexiones o filosofía lo han hecho así?

JM: Yo pienso que uno nace con una facultad, con un don que Dios le da a la gente al nacer y eso no es motivo para que las personas se pongan orgullosas, vanidosas. No es una filosofía, es más bien una manera de ser, una reflexión que te lleva a actuar de una forma y la vida entonces te sale así.

Mi amigo y socio Luis González, testigo de esta entrevista, dice que hay varios dones que Dios da y usted lo sabe. Claro, el de la música, es un don inapreciable pero hay otros tan importantes también que todos tienen y no hay que vanagloriarse de ello. El don o la gracia con que nacemos es un medio que nos facilita la vida porque Dios en su inteligencia nos da hasta la manera de poder sostenernos. Lo que hay que reconocerlo y luego desarrollarlo.

Vivió varios años en Madrid, España, donde fue director musical del sello discográfico Hispavox ¿por qué se radicó en Miami y cuándo lo hizo?

JM: Siempre fue una meta mía venir a Estados Unidos. Salí de Cuba directamente para España. Llegué a España en abril de 1969 y en cuestión de dos meses, no sé de dónde vino la recomendación, me empezaron a llamar. Viví unos seis o siete años en España. ¿Que cuándo me radiqué en Miami? Yo cogí la residencia en 1974, todavía estaba trabajando con Hispavox. Tenía dos años de contrato en Madrid, vinimos exclusivamente a coger la residencia. Estuve esos dos años allá y ya en 1976 vinimos definitivamente para Miami.

Lo primero que hice en España fue un ensayo para un concierto con Raphael, sí, sí, ese mismo, con Raphael, el cantante español. ¿Que cómo es? Muy agradable, muy atento con los músicos, muy profesional. Sí, trabajé con otros, bueno, los dos primeros discos de Paloma San Basilio los produje yo. El orden de las cosas para mí en España fue primero como guitarrista, realmente nadie me conocía como arreglista ni como compositor, después me empezaron a llamar para grabaciones. En esa época Madrid era un centro de grabaciones enorme, iban a grabar allí cantantes de Italia, de Francia, de Inglaterra, era la meca de la grabación. Había un cantante francés que ahora no recuerdo el nombre que siempre iba a grabar y mandaba una lista con el nombre de cada uno de los músicos que él quería, siempre éramos los mismos.

Hice los arreglos y dirigí la orquesta de los primeros discos de José Luis Perales, bueno porque había un Jefe de producción que era muy bueno. ¿Cómo? Sí, con Mocedades también trabajé, pero después cuando ya fue El Consorcio, ellos hicieron un disco muy interesante que, por cierto, la distribución estuvo muy mal planeada por Sony, el disco se llama Cuba. Después aquí mucha gente lo ha buscado pero no lo hay, es buenísimo, el trabajo vocal de esa gente es admirable. Sí, son los mismos, Amaya, la cantante principal de siempre y los demás, son los mismos pero ya con el otro nombre. Las bases del disco las grabamos aquí y luego las cuerdas se hicieron en Inglaterra, yo fui a dirigir las cuerdas en Inglaterra, sí, sonaba igual que el de antes, lo mismo. Siguen cantando todavía, lo que están viajando mucho. Ahora dan conciertos. Han estado aquí en Miami como dos veces.

Esa trayectoria suya se debe saber…

JM: Bueno, ya que me preguntas pues también trabajé con Moncho, el bolerista, con Massiel, con Karina, le hice arreglos a Karina, le dirigí a Rocío Jurado bueno y tú sabes a Gloria Estefan aquí. Esa es la historia vivida entre Cuba, España y Estados Unidos. En Cuba trabajé con Elena Burke, con Omara Portuondo, bueno, con todos y todas y en España igual. Me estás haciendo hablar.

Es mi tarea.

JM: Con Malena (Burke) hice unas cuantas cosas aquí. Y con el hijo de Eliseo Grenet, con Eduardo Grenet, trabajé haciéndole arreglos a un disco que cantó Albita, Malena, Carlos Manuel, Roberto Torres. ¿Mi último disco hasta ahora? Se llama Cubaneo, es todo instrumental. Hay números tradicionales cubanos, cosas de Matamoros, Son de la Loma, cosas de Ernesto Duarte, todo en guitarra ¿interpretado? Sí, por mí. Y programado por mí.

¿Programado?

JM: El sonido que tú quieres que se escuche de cada instrumento en específico se programa y luego se armoniza para que haya un balance, un nivel armónico, hay que escucharlo todo para escribirlo, se hace lo que es la partitura del director con cada instrumento, ahí está el arreglo completo. El copista hace las partes individuales de cada instrumento, para que cada músico vaya tocando lo que le corresponde, pero el arreglista tiene el trabajo de oírlo todo y lograr un arreglo tal que sea armonioso para que ningún instrumento sobresalga sobre otro, una buena mezcla. Hay unos módulos electrónicos que ya vienen con sonido pre-programado que ayuda mucho en esta tarea, hay sonidos de diferentes instrumentos que tú programas y aplicas, de acuerdo con lo que quieras hacer. Lo más importante de todo lo que está grabado ahí es la mezcla final, que es balancear los sonidos para que suene como uno quiere, bueno pero también está el ingeniero de sonido que trabaja de acuerdo con lo que uno desee, baja aquí, sube un poco más allá, y así, hasta lograr lo que se pretende. Sí, es algo trabajoso, hacer arreglos es un arte, independientemente de la tecnología actual.

¿Cómo fue esa primera etapa suya en Estados Unidos?

JM: Cuando llegamos encontramos la radio un poquito deficiente. En Madrid era mucho mejor, te estoy hablando de aquella época. Una cosa que nos llamaba la atención eran los anuncios, los comerciales, el escándalo, todo era a gritos, hasta que nos acostumbramos. No, en España, en Madrid no era así, no había tanta bulla. La vida allá en España era un poquitico más calmada. La gente de España quería que me quedara, pero ya yo me había puesto de acuerdo con amigos míos, guitarristas aquí, Pablo Can y Papito Hernández, que era bajista, que en paz descanse, y Armando Terrón, cantante lírico y también ingeniero e iniciamos un Estudio de Grabación que se llamaba Claimax y ahí estuvimos hasta que comenzó a complicarse la tecnología. Tu invertías una cantidad de dinero y comprabas los equipos y a los tres meses estaban obsoletos y siempre había que comprar los últimos, y dije: “Está bueno ya”. Bueno, la adaptación, imagínate, un día me preguntaron: “¿Usted toca bajo?” Y yo dije “sí”, nunca en mi vida había tocado bajo, y me dijeron: “Bueno, la grabación es a las tres de la tarde”. A las doce fui a una tienda y le dije al tipo: “Dame un bajo de esos” y como tiene la afinación de las cuerdas sexta, quinta, cuarta y tercera igual que la de la guitarra, dije: “Bueno, lo que tengo es que buscar las notas como si fuera una guitarra” y esa fue mi primera grabación tocando bajo sin haberlo estudiado. Sí, toqué bajo y sigo tocándolo. Eso es así, cuando uno está abriéndose paso le dice que sí a todo.

Un tema suyo, Alma con Alma, está dentro de las cien mejores canciones de todos los tiempos; Tito Gómez la grabó con la Orquesta Riverside en 1956 y numerosos intérpretes la han cantado desde entonces ¿a qué atribuye su perdurabilidad?

JM: ¿Ah, sí? ¡Mira eso! Bueno, lo que se me ocurre es que es un mensaje básico, espontáneo, natural, yo creo que todo el mundo tiene alguien a quien decirle esas cosas, yo imagino que esa es la atracción que hay del tema, porque es sencillo, sencillísimo, un tema muy simple.

El amor no es un tema simple pero usted lo expresa de una manera que parece que lo es; en la sencillez están las grandes virtudes; de ese tema “sencillo” que es su canción Alma con Alma emana mucha dulzura y firmeza ¿quién le inspiró esa canción tan “natural”?

JM: Mi esposa, claro.

Y todavía lo sigue inspirando…también ha compuesto otras piezas musicales muy conocidas…

JM: Sí, claro, como no, todavía me inspira mi esposa, todavía estamos casados. El tiempo no opaca ese sentimiento que es precisamente el que da aliento para componer las piezas, es algo que se siente, porque como dice mi amigo y socio, Luis González, aquí presente, hablando de Alma con Alma y de su perdurabilidad que me preguntaste anteriormente, la canción evoca la fusión de dos almas, lo que da el sentido de la espiritualidad, que es el amor verdadero. Mejor no lo podría explicar yo. Después que pasa ese primer deslumbramiento de la atracción física, después que pasa esa especie de ceguera inicial queda lo sólido, la fuerza del sentimiento, entonces se depura, se consolida. Eso es amor. Lo que queda es alma con alma. Y es muy lindo que después del tiempo, más allá del tiempo, quede la fuerza de ese sentimiento en uno.

¿Qué es la música para usted entonces?

JM: Lo es todo, ha sido mi vida, es mi vida, sigue siendo mi vida. Es el amor por la vida, por mi esposa, por mi trabajo. Es mi trabajo y es mi placer.

¿Ha rebasado sus propias expectativas?

JM: Yo siento que sí. He estado haciendo toda mi vida lo que a mí me gusta, ¿qué más se puede pedir? Desde muchacho me he dedicado a la música y sigo haciéndolo ahora, no se puede pedir más. Es muy bonito dedicarse a hacer lo que a uno le gusta, porque eso no es entonces trabajo sino algo placentero. Y yo he tenido esa suerte. La dicha más grande de un ser humano es hacer de su hobby una carrera, hacer lo que a uno le gusta, entonces trabajar no es un sacrificio.

¿Cómo se siente a la distancia del tiempo lejos del terruño holguinero?

JM: Eso siempre se le echa de menos. Y una cosa muy bonita es que creo que allí han hecho hasta un club que le han puesto Alma con Alma y cada vez que abren la sesión tocan la canción, yo no sé como no se han buscado un problema.

¿Ha vuelto a Cuba?

JM: Fui de visita en el 96, a ver a mi familia. Familiares muy pocos, ya no me queda casi nadie, solo un sobrino y una sobrina en Cuba.

¿En estos momentos qué hace y con quien está trabajando?

JM: Trabajamos en un proyecto que tenemos mi socio Luis González y yo, una Compañía de Producción Musical. Estamos produciendo un disco donde canta una intérprete holguinera llamada Raquel Zozaya, la pieza se titula Marabú, que es una hierba mala, es como un mensaje social con un enfoque que no suene ni político, ni religioso; no es mi línea pero como el mundo está al revés pues yo he querido dejar un mensaje positivo, es sencillamente el Mal y el Bien. Arrancar el Mal y sembrar el Bien. Y todo en un lenguaje muy cubano. Ya este disco lo tenemos terminado, ahora queremos ver si se hace un video y lo promocionamos. Ese es nuestro trabajo actual.



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