El derrocamiento el pasado 20 de abril del presidente de Ecuador Lucio Gutiérrez, se vincula directamente a su decisión, adoptada unos días antes, de disolver la Corte Suprema de Justicia y otros errores, como permitir el regreso del ex presidente Abdalá Bucaram, conocido por el mote de "el loco". Pero en política no siempre los desenlaces de este tipo tienen explicaciones tan fáciles.

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Una de las cuestiones que no se debe olvidar es que Gutiérrez se comprometió en la lucha contra los terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que comenzaron sus actividades como guerrilleros, pero que ahora están estrechamente vinculados al narcotráfico y manejan sumas astronómicas de dinero.

El azote de la narcoguerrilla

A principios de enero de 2004, fue capturado en Ecuador el primer miembro de la cúpula de las FARC y comandante del llamado Bloque Caribe, que opera en el norte de Colombia. Su apodo de guerra era Simón Trinidad. Su verdadero nombre es Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, un economista de 53 años, muy vinculado al negocio sucio del narcotráfico.

Simón Trinidad primero fue extraditado a Colombia, en enero de 2004, y el 31 de diciembre de ese mismo año fue trasladado hacia Estados Unidos, para responder por acusaciones de narcotráfico.

Poco después, también fueron detenidos por la policía en Ecuador siete guerrilleros de las FARC, que se recuperaban de heridas sufridas en algunos combates. También fueron deportados a Colombia.

El 15 de marzo de 2005, en este caso fue el ejército colombiano el que capturó al jefe guerrillero de las FARC, Jesús Alirio Valenzuela Villota, muy cerca de la frontera con Ecuador.

Alias "El Conejo", Valenzuela Villota era el "jefe de milicias y de la red de apoyo logístico" de la Columna Móvil Mariscal Sucre de las FARC. Una pieza clave en el denominado "corredor de movilidad" de los guerrilleros y narcotraficantes que operaban desde la aldea ecuatoriana de Tufiño para el contrabando de armas, que después pasaban a los territorios colombianos de la Cumbal y los parajes de Miraflores y Chiles.

Valenzuela está acusado de actos de terrorismo, extorsión, robo de vehículos y, según las autoridades colombianas y ecuatorianas, era un individuo que manejaba "grandes sumas de dinero".

Resulta evidente que una captura de este tipo fue coordinada entre los mandos colombiano y ecuatoriano. Precisamente, dos días antes de que "El Conejo" cayera en las redes del Ejército, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, había advertido que las FARC amenazaban a su colega de Ecuador, Lucio Gutiérrez, por cooperar en el combate contra ese grupo guerrillero.

El pecado original

Uribe dijo que a principios de marzo de 2005 las FARC habían emitido un comunicado en el que planteaban exigencias y amenazas al presidente Gutiérrez.

"El presidente de Ecuador hoy está amenazado por el terrorismo, por haber ayudado al gobierno de Colombia a que ese terrorismo no encuentre un paraíso en Ecuador", dijo Uribe.

En realidad, el pecado original de Lucio Gutiérrez fue evidente desde su toma de posesión, y eso explica el por qué el presidente venezolano, Hugo Chávez, lo calificara como "mal bolivariano" y el mandatario vitalicio de Cuba, Fidel Castro, haya aplaudido su derrocamiento.