Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Herencia Hispana, Hispanos, EEUU

El impacto de los hispanos en Estados Unidos

La relevante participación en la convención republicana de Marco Rubio, senador de origen cubano, y en la demócrata de Julián Castro, alcalde de San Antonio en Texas, demuestran la importancia de los hispanos en la actual justa electoral

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El Mes de la Herencia Hispana en Estados Unidos, del 15 de septiembre al 15 de octubre, este año posee singular importancia por transcurrir durante la campaña electoral muy próxima a los comicios del 6 de noviembre. Los hispanos pueden decidir los resultados, sobre todo si utilizan el derecho alcanzado como ciudadanos norteamericanos, que no siempre ejercen. Entre ellos, los cubano-americanos podrían contribuir al país y el pueblo que los acogió compartiendo sus oportunidades, e incluso con el pueblo cubano residente en nuestro pequeño archipiélago mediante el apoyo a la continuación de las medidas adoptadas por la actual Administración.

La celebración del patrimonio hispano empezó a escala nacional en el año 1968 con una celebración que duró una semana, la cual fue elegida para que coincidiera con las celebraciones del Día de la Independencia en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua el 15 de septiembre; en México el 16 de septiembre y en Chile el 18 de septiembre. En 1988, el presidente Reagan aprobó una ley que extendió la celebración a un mes, desde el 15 de septiembre al 15 de octubre.

En Estados Unidos hay una población de 311.000.000 de personas, de ellos 50.500.000 son hispanos (el 63 % de origen mexicano), para el 17,9 %, y se pronostica que para 2050 serán el 30 %. En las elecciones presidenciales de 2008 tenían derecho a votar 19.500,000. Como cada mes 50.000 jóvenes alcanzan la mayoría de edad, en 2012 hay más de dos millones de nuevos votantes para 23.000.000, pero solo el 60 % se ha registrado. En la anterior ocasión, 2 de cada 3 votaron por Obama. En los estados clave para definir la contienda, la población latina es de 245.000 (14.2 %) en Nevada, 104.000 (5,9 %) en Utah, 455.000 (12 %) en Colorado, 749.000 (8,5 %) en Illinois, 128.000 (1,5 %) en Ohio, 254.000 (2,2 %) en Virginia, y 2.100.000 (16 %) en Florida, donde como es conocido los cubanos juegan un importante papel, acuden a votar y en esta oportunidad podrían hacerlo aun más. Las diversas visitas del presidente Barack Obama y el candidato republicano Mitt Romney a esos estados; sus entrevistas en la televisión, la radio y periódicos en español, así como sus propagandas de campaña en este idioma confirman la importancia que confieren a como los hispanos pueden influir en los resultados.

La relevante participación en la convención republicana de Marco Rubio, senador de origen cubano, y en la demócrata de Julián Castro, alcalde de San Antonio en Texas, de segunda generación mexicana, demuestran la importancia de los hispanos en la actual justa. Rubio, joven apoyado por el Tea Party, alcanzó la actual posición en las últimas elecciones, pero su impronta cautivadora motivó las elucubraciones de que se presentaría como vicepresidente o preferiría conservarse para aspirar a la presidencia en la próxima ocasión. Castro, de 37 años, es visto como un potencial candidato por ser gran orador, capaz de llegar al público, y mostrar la acometividad requerida para ser presidente de Estados Unidos.

Aunque el presidente Obama está en deuda con ese segmento de la población norteamericana que lo apoyó mayoritariamente para su elección en 2008, fundamentalmente por la esperada ley para la reforma inmigratoria (existen alrededor de 12 millones de inmigrantes indocumentados), actualmente aventaja a Romney entre los hispano por un 63 % frente a un 28 %. Además de las posiciones no favorecedoras hacia ellos tradicionalmente del Partido Republicano, el actual candidato ha emitido opiniones lesivas a fomentar simpatías, y promotoras de grandes temores.

Por su parte la población de origen cubano, ha podido participar en todas las oportunidades que ofrece la competitiva y pujante sociedad norteamericana, y con sus esfuerzos se ha elevado a las posiciones cimeras en las esferas empresarial, cultural, deportiva, científica, religiosa, política y otras. Hay representantes y senadores de ambos partidos, que llegaron a esas notables posiciones por sus capacidades y atención a los diversos intereses de sus electores. Particularmente en Florida, desempeñan un papel muy importante, por el voto decisivo de ese estado, de manera que las relaciones con Cuba no constituyen realmente un tema de política exterior, sino de política doméstica (interna). Teniendo en cuenta que han sido los impulsores del embargo comercial, lamentablemente coinciden con el inmovilismo imperante en la Isla en el curso de los pasados 53 años, que en realidad favorece los intereses de quienes aspiran a mantenerse en el poder y legarlo a sus herederos o elegidos. El embargo, llamado bloqueo en La Habana, beneficia al régimen contra el cual está vigente, ya que lo utiliza como argumento para justificar todos sus caprichos y fracasos adjudicando la culpa a la agresión imperialista, pero fundamentalmente para reprimir cualquier opinión contraria a la dictada. Sin embargo, por más de una década, desde la presidencia de George W. Bush, afortunadamente para los mal alimentados cubanos, Estados Unidos ha sido el principal suministrador de alimentos a Cuba, y ocupa el quinto lugar como socio comercial de bienes, fundamentalmente por ese concepto.

La población isleña reconoce muy positivamente las medidas del presidente Obama para permitir las visitas de cubano-americanos y el envío de remesas, que han contribuido a normalizar los contactos familiares y amistosos, mitigado grandemente la precariedad económica, reducido notablemente la dependencia con respecto al Gobierno, casi único empleador, y favorecido ampliar la información sobre la realidad exterior, fundamentalmente acerca de las posibilidades de desarrollo personal y social en Estados Unidos, así como las visitas a ese país. Actualmente en Cuba se teme mucho un cambio en las políticas de acercamiento entre los pueblos de ambos lados del Estrecho de la Florida. Puede afirmarse que el curso de las elecciones norteamericanas se sigue con gran interés, todo lo contrario que ocurre con los comicios de octubre para elegir los delegados del Poder Popular, que se sabe están seleccionados de antemano, no resolverán ningún problema de la ciudadanía ni influirán en la solución a la grave crisis económica, política y social imperante en Cuba.


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