Al menos 186 personas murieron el jueves y un millar resultaron heridas en una serie de atentados con explosivos que estallaron en plena hora pico en distintos trenes de Madrid. La mayoría de las víctimas son estudiantes y trabajadores.

Atentado de ETA en Madrid.

Los principales medios de prensa de España han calificado el hecho de "masacre", que se produce sólo a tres días de las elecciones presidenciales.

Se trata del atentado más sangriento de la organización terrorista vasca ETA desde el realizado en un centro comercial de Barcelona en 1987, cuando murieron 21 personas y resultaron heridas otras 45.

Todos los partidos políticos han dado por finalizada su campaña electoral. El gobierno ha decretado tres días de duelo y se han convocado manifestaciones en las principales ciudades españolas en rechazo a los atentados. El Parlamento Europeo ha declarado el 11 de marzo Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo.

Los funcionarios del gobierno han informado de un total de 13 explosiones. El portavoz del ilegalizado partido radical nacionalista vasco Batasuna, Arnaldo Otegi, dijo no creer que la organización terrorista estuviese detrás de los ataques, y agregó que a su juicio se trató de "un operativo de los sectores de la resistencia árabe".

Pero el ministro del Interior, Ángel Acebes, dijo que, por las características de los ataques y del explosivo utilizado, los servicios de seguridad "no tienen ninguna duda de que el responsable del atentado es la banda terrorista ETA".

Tres de explosiones ocurrieron pasadas las 07:30 hora local, en forma casi simultánea, en trenes distintos que se hallaban en Madrid y en los alrededores de la capital española, informó Reuters.

De las 13 deflagraciones, tres se producían en la estación de Atocha; cuatro en la calle Téllez, junto a esa estación; una en Santa Eugenia (a la entrada a Madrid); y dos en el apeadero de El Pozo del Tío Raimundo (en el sureste). Otros tres artefactos fueron explosionados por la policía de forma controlada.

La mayor cantidad de víctimas se registró en la estación de Atocha, en pleno corazón de Madrid, mientras que las otras explosiones más graves sacudieron El Pozo del Tío Raimundo, en el popular barrio de Vallecas, y de Eugenia.

En Atocha, estación donde cada mañana se concentran millares de capitalinos, un enorme boquete podía verse en medio de un vagón mientras los servicios de seguridad tapaban con mantas restos humanos.

"Es como una zona de guerra. Es tan salvaje que no se puede describir" dijo Carmen Pérez, una abogada de 40 años.

"El tren quedó cortado como una lata de atún. Nunca hemos visto nada así en los años en que hemos estado haciendo esto. No sabíamos a quién atender primero", dijo el conductor de ambulancia Enrique Sánchez, uno de los primeros en llegar al lugar.

Los cadáveres fueron trasladados al un pabellón del Parque Ferial Juan Carlos I, donde sería instalada la capilla ardiente. La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid movilizó a todos los servicios de salud mental de la ciudad para prestar atención psicológica a los heridos y familiares de los fallecidos.