Actualizado: 17/04/2024 23:20
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Internacional

EEUU, Flota, Accidentes

¿Qué pasa con la Séptima Flota?

Tras la pista de los misteriosos accidentes que ha sufrido en los últimos meses la fuerza naval más grande de Estados Unidos

Comentarios Enviar Imprimir

Es la flota de guerra más grande de Estados Unidos, la más equipada y la que tiene más personal. Y, últimamente, también la más insegura, informa BBC Mundo.

Tiene alrededor de 70 barcos y submarinos, unos 300 aviones y más de 40.000 hombres y mujeres que surcan en ellos las aguas del Pacífico, desde Australia hasta Alaska.

Es la Séptima Flota de Estados Unidos, responsable del área donde está China y del extremo oriental de Rusia, y la que primero respondería a un potencial ataque de Corea del Norte.

Fue esta la unidad que comandó las operaciones en la Guerra de Corea y en la de Vietnam, quien controló el Pacífico cuando lo intentaba dominar la Unión Soviética, y quien acudió primero al golfo Pérsico cuando Estados Unidos atacó a Irak en 1991.

Pero, por su causa, la Armada de Estados Unidos ordenó el lunes la suspensión de todas sus operaciones y mandó a detener sus equipos en todo el mundo.

Por un día, el cuerpo buques de guerra más poderoso del mundo dejó de funcionar.

Fue la primera vez desde antes de Segunda Guerra Mundial que ocurrió algo así.

¿La causa? Los inexplicables accidentes que han sufrido los barcos de la Séptima Flota: cuatro en lo que va de año, con decenas de marinos muertos y otros tantos desaparecidos.

El último de ellos, ocurrido la pasada semana, dejó diez desaparecidos, cinco heridos y le costó el puesto finalmente al comandante de la flota, el vicealmirante Joseph Aucoin, un renombrado militar que fue despedido por “falta de confianza”.

Pero, ¿cómo fue esto posible? ¿Y qué tan grave es para EEUU?

El comandante David Kohnen, director del Centro para la Investigación Histórica Marítima del Colegio de Guerra Naval de Estados Unidos, asegura que para entender la dimensión de estos accidentes es preciso comprender la importancia de esta flota para las Fuerzas Armadas estadounidenses.

Kohnen explica que existen tres momentos básicos para definir la evolución de la Séptima Flota y su rol para “mantener los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región”.

“Un primer momento estaría en su surgimiento durante la Segunda Guerra Mundial, en la que tuvo un rol primordial en el combate contra Japón y en el posicionamiento de Estados Unidos en el Pacífico Oriental”, explica a BBC Mundo.

Ese cuerpo naval, parte estratégica de la Flota del Pacífico, se formó en marzo de 1943 en Australia, donde tuvo su primera base de operaciones, hasta que después de la guerra se trasladó a China y, luego, a Japón, donde todavía mantiene su sede.

“Otros momentos notables tuvieron lugar durante los conflictos entre las dos Coreas y en Vietnam. Y luego, su restablecimiento después de 1986 también ofrece interesantes perspectivas sobre la cuestión de la estrategia estadounidense en el Gran Oriente Medio”, asegura.

De hecho, uno de los principales cometidos de la Séptima Flota durante la época fue operar en esa zona durante la Guerra del Golfo en 1991.

Fueron sus miembros quienes protagonizaron mayoritariamente la Operación Tormenta del Desierto, la primera gran ofensiva de Estados Unidos contra Saddam Hussein.

Mantuvieron sus operaciones en el Oriente Medio hasta 1995, cuando tuvo lugar el restablecimiento de la Quinta Flota.

“Esto explica que su poder no era limitado al Pacífico Oriental. Eran, de alguna forma, el cuerpo operativo naval más confiable y mejor entrenado del Ejército”, opina.

Seth Cropsey, director del Centro de Poder Naval de Estados Unidos en el Instituto Hudson, un think tank con sede en Nueva York, considera que la Séptima Flota ha sido desde la Segunda Guerra Mundial símbolo del poderío militar de Washington.

“La flota en su propia composición como la más grande de las desplegadas por el mundo ha proyectado a través de los años el poder de la Armada de Estados Unidos”, asegura a BBC Mundo.

“Es importante decir que esta flota, que hoy está siendo lamentablemente cuestionada, fue la insignia de nuestro Ejército durante algunas de las guerras más importantes de la segunda mitad del siglo XX”, afirma.

Entre sus principales tareas en los últimos años, dice, ha estado el control sobre una potencial amenaza de China sobre Taiwán y las operaciones militares en la Península Coreana.

Cropsey, quien fungió como subsecretario adjunto de la Armada durante los gobiernos de Ronald Ronald Reagan y George Bush, explica que la función principal de este escuadrón naval a través de los años ha sido fortalecer el posicionamiento geoestratégico de Estados Unidos en el área.

“La presencia de esta flota es estratégica porque garantiza llevar a cabo despliegues de rotación en la región, al tiempo que reduce los tiempos de tránsito y los costos de apoyo por operar desde bases en el extranjero en caso de una agresión”, indica.

Para que se tenga una idea: solo entre la base de Yokusuka, en Japón, donde tiene su sede la flota, hasta la isla de Guam, el enclave más oriental de Estados Unidos en el Pacífico, operan 23 barcos de guerra en una distancia de 2.000 kilómetros: un promedio de un navío por cada 100 kilómetros.

¿Cómo entonces la flota más grande de Estados Unidos, la que controla una de las zonas más estratégicas del mundo, se volvió ahora la menos segura de toda la Armada?

¿Qué dice esto y qué revela del Ejército de la nación más poderosa del orbe?

Según datos de la compañía de seguros Allianz, durante 2016 ocurrieron 85 pérdidas totales de grandes buques en el mundo, una caída del 16% con respecto al año anterior.

Pero de ellas, sólo una fue resultado de una colisión entre dos barcos.

Entonces, ¿cómo es posible que los buques de esta flota, muchos de gran calado, equipados con radares y sistemas de navegación, seguimiento GPS, sistemas de identificación automática (AIS) y comunicaciones por radio hayan podido chocar?

Desde el primer accidente las teorías se han desatado: unas hablan de posibles hackeos al sistema de posicionamiento de los buques, a aumentos del tráfico marítimo en las zonas por la que circulaban, a problemas técnicos o errores humanos…

Cropsey considera que es demasiado pronto para tener una respuesta, pero asegura tener una certeza: “No se trata de una coincidencia”.

“Han sido cuatro barcos en un promedio de ocho meses. Nunca antes en la historia de la Armada se había visto algo igual”, afirma.

El caso más reciente, el choque del destructor USS John McCain contra un buque petrolero cerca de Malasia fue solo el caso más reciente.

En julio pasado, siete marinos estadounidenses murieron cuando el destructor USS Fitzgerald colisionó con un buque portacontenedores en aguas japonesas, cerca de la ciudad portuaria de Yokosuka.

En mayo, un crucero de misiles guiados colisionó con un barco de pesca surcoreano, mientras que, en enero, otro buque de guerra encalló cerca de la base de la flota, también en Yokosuka.

Los accidentes ocurrieron en zonas de gran tráfico marítimo. Pero para los expertos esto, de por sí, no constituye una respuesta.

Cropsey, quien fuera responsable de reformar la estrategia naval de Estados Unidos durante el gobierno de George Bush (padre), opina que las colisiones se debieron a un conjunto de factores, casi todos relacionados con elementos operativos de la flota.

Como primer elemento explica que, tras las crecientes amenazas de Corea del Norte desde el pasado año, ha ocurrido un aumento notable en el nivel de operaciones de la Séptima Flota.

“Ha sido un número creciente de nuevas operaciones, de cambios de estrategias, de correcciones en las existentes y nuevas directivas para la que no estoy seguro que el cuerpo de marines esté del todo preparado”, asegura.

Este creciente número de operaciones, explica, ha llevado a que los barcos estén fuera de puerto por largo tiempo, lo que dificulta las reparaciones y el mantenimiento que, en el caso de muchas unidades, por su edad y uso, constituyen un factor prioritario para la seguridad.

“Otro factor a tener en cuenta son problemas de dirección, de la cadena de mando y en el entrenamiento del cuerpo de marines. O, mejor dicho, de la falta de entrenamiento de los marines y del propio cuerpo de infantes”, apunta Cropsey.

“Sé que resulta extraño escuchar algo así del cuerpo de marines de Estados Unidos; pero, lamentablemente, son cosas que pasan”, concluye.


Los comentarios son responsabilidad de quienes los envían. Con el fin de garantizar la calidad de los debates, Cubaencuentro se reserva el derecho a rechazar o eliminar la publicación de comentarios:

  • Que contengan llamados a la violencia.
  • Difamatorios, irrespetuosos, insultantes u obscenos.
  • Referentes a la vida privada de las personas.
  • Discriminatorios hacia cualquier creencia religiosa, raza u orientación sexual.
  • Excesivamente largos.
  • Ajenos al tema de discusión.
  • Que impliquen un intento de suplantación de identidad.
  • Que contengan material escrito por terceros sin el consentimiento de éstos.
  • Que contengan publicidad.

Cubaencuentro no puede mantener correspondencia sobre comentarios rechazados o eliminados debido a lo limitado de su personal.

Los comentarios de usuarios que validen su cuenta de Disqus o que usen una cuenta de Facebook, Twitter o Google para autenticarse, no serán pre-moderados.

Aquí (https://help.disqus.com/customer/portal/articles/960202-verifying-your-disqus-account) puede ver instrucciones para validar su cuenta de Disqus y aquí (https://disqus.com/forgot/) puede recuperar su cuenta de un registro anterior.