CNN World News. La Habana, viernes 18 de enero del 2001. Imágenes de una demostración multitudinaria frente a la Sección de Intereses de los EE.UU en La Habana, con Fidel Castro a la cabeza. El comentario de CNN: el pueblo de Cuba protesta ante la sede diplomática de los EE.UU. contra la Ley de Ajuste Cubano a la cual se hace responsable por la muerte de dos jóvenes que perecieron al salir de Cuba escondidos en el tren de aterrizaje de un avión de British Airways y se congelaron en el intento. La Ley de Ajuste Cubano le concede a los cubanos que pisan territorio norteamericano el privilegio de la residencia en ese país. Fin de la noticia.

Esta interpretación concuerda en un 100% con la versión oficial del gobierno cubano, que puede leerse en el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (http://www.granma.cubaweb.cu/index.html).

Achacar a los EE.UU. o a la Ley de Ajuste Cubano la culpa por la dramática muerte de los dos jóvenes cubanos es una falacia, es un intento burdo y enfermizo de engañar a la opinión pública de Cuba y del mundo. Es como querer responsabilizar al gobierno de Alemania occidental por los asesinatos en el Muro de Berlín perpetrados por la policía fronteriza de la Alemania comunista durante la guerra fría.

Además, presentar a una demostración de cientos de miles de personas en La Habana como una manifestación de protesta voluntaria y genuina del pueblo cubano es otra gran mentira. En un país como Cuba, donde todas las escuelas, universidades, fábricas, hospitales, centros de investigación, oficinas administrativas, etc., no sólo son propiedad del Estado sino que están sujetas al control absoluto del ubicuo Partido Comunista, una simple orden de su dirección basta para trasladar a cientos de miles de estudiantes y trabajadores de sus centros de estudio o trabajo hacia un punto cualquiera para iniciar una "marcha masiva y espontánea de apoyo al gobierno". Yo nací en La Habana de los 60. Me fui de Cuba en los 90. Durante mi vida en Cuba participé en todas las marchas "voluntarias y genuinas" que organizara el régimen. Y puedo decir que ninguna fue jamás ni voluntaria ni genuina. De no haber participado, hubiese arriesgado una expulsión del instituto o de la universidad. Por ello considero que los responsables de CNN que siembran a los cuatro vientos la farsa del apoyo masivo del pueblo cubano al régimen comunista o son tontos e incapaces de percibir el fraude o están muy conscientes del engaño y son copartícipes de éste.

No es ni mucho menos la primera vez que la CNN presenta una información parcializada o falsa sobre Cuba. En los años que llevo engrosando el exilio cubano me he percatado que la CNN tiene una política informativa referente a Cuba que tiende a difundir sólo el punto de vista del gobierno cubano. No voy a hacer un listado aquí de noticias donde éste ha sido el caso. Los directivos de CNN saben de qué hablo. Cualquier cubano exiliado lo sabría.

En nombre de la etiqueta de seriedad informativa y de la libertad de expresión, yo no me opongo en lo absoluto a que se difunda la versión oficial que da a los hechos el régimen cubano, siempre que se acompañe de criterios alternativos o de un análisis crítico. Pero lo que hace CNN es difundir la visión castrista de la historia sin dar espacio a ninguna crítica u opinión contraria.

Por ello yo acuso a la CNN de complicidad consciente con un régimen que, nostalgias aparte, le ha robado los derechos individuales más elementales a los cubanos como por ejemplo el derecho a decir en voz alta lo que se piensa sin miedo a pagar con la cárcel por ello, o el derecho a negarse a participar en una marcha organizada por el gobierno sin temor a sufrir represalias. Un régimen cuya ley primera es la arbitrariedad, la supremacía de las decisiones del Partido Comunista y sus dirigentes por encima de cualquier legislación o cuerpo institucional. Un régimen con un historial tristemente abundante de crímenes de estado silenciados por la impunidad: recordemos el hundimiento del remolcador "13 de Marzo" en 1994 donde murieron asesinados como bestias más de 40 cubanos, muchos de ellos menores de edad. Un régimen que ha forzado a más del 20% de la población del país a tomar el duro y frío camino del exilio, cortándole todos los derechos civiles como el de propiedad, herencia o incluso el de retornar a su patria, a aquellos que se han ido, marcando una diferencia inaudita entre los emigrantes cubanos y los de cualquier otro país del hemisferio. Un régimen que en sus 42 años de existencia jamás ha sido legitimizado por el pueblo en elecciones justas y libres.