El trío a bailar el son |
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por LáZARO MORELL, Madrid |
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Uno de los aportes de Miguel Matamoros a las letras del son fue la narración de acontecimientos, al estilo del corrido mexicano. Los textos son verdaderas historias en verso, como acontece también con buena parte del punto guajiro.
El trío y el ciclón narra, además, un hecho real. En entrevista realizada por Muguercia, Matamoros narra la génesis de esta canción:
"En el año de 1930 nosotros fuimos a Santo Domingo por primera vez, sí recuerdo que en esos días tomó posesión de la presidencia Rafael Leónidas Trujillo. Allí nos cogió eso y el ciclón San Zenón, dos días antes de la fecha que teníamos señalada para regresar a Cuba. Ese día del ciclón amaneció lloviendo muchísimo y había mucho viento y nadie se atrevía a salir a la calle. Nosotros vivíamos en la casa de una amiga llamada Luz Sardaña. Entonces le digo a Siro y a Cueto: Oigan, voy a salir. Por mucho que traté no pude hacerlo. El ciclón San Zenón causó más de 4000 muertos y 20.000 heridos. El viento era tan fuerte que se llevaba las tejas del techo de la casa en que estábamos. Salí de la sala, me metí en la cocina, me escondí debajo de un fogón de mampostería, de esos de tres o cuatro hornillas; llegó el momento en que yo creí que no hacía el cuento. El ciclón hizo mucho daño, y a mí me hizo mucho daño porque vi mucha gente muerta y tuve que cargar con mucha gente muerta (...) Después que salimos de Santo Domingo yo compuse el son El trío y el ciclón, que dice el estribillo: Cada vez que me acuerdo del ciclón/ se me parte el corazón".
Es significativo que un suceso que es narrado con tanto dramatismo, termine exorcizado por medio del choteo: "...aquí termina la historia/ de tan tremendo ciclón:/ los muertos van a la gloria/ y los vivos a bailar el son".
El trío y el ciclón (Bolero-son) Miguel Matamoros
En una tarde de inquietud, Quisqueya viose de pronto de pavor sumida, reinaba allí la lluvia, la centella y la mar por doquiera embravecida.
Horas después quizo la aciaga suerte sólo dejar desolación, gemidos. El imperio macabro de la muerte sobre el pueblo entero destruido.
Estribillo:
Cada vez que me acuerdo del ciclón se me enferma el corazón. Cada vez que me acuerdo del ciclón se me enferma el corazón. Cada vez que me acuerdo del ciclón se me enferma el corazón.
Ay, espiritistas inciertos que muchos hay por allá, ay, espiritistas inciertos que muchos hay por allá porfiaban con terquedad que los del trío habían muerto.
Estribillo
Ay, esto fue lo más sabroso que el trío en un aeroplano, esto fue lo más sabroso que el trío en un aereoplano volviera al suelo cubano para seguir venturoso.
Estribillo
Ay, aquí termina la historia de tan tremendo ciclón, aquí termina la historia de tan tremendo ciclón: los muertos van a la gloria y los vivos a bailar el son.
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