El periodismo independiente fue uno de los objetivos centrales en la última arremetida del gobierno de Fidel Castro contra la emergente sociedad civil de la Isla. De los 75 cubanos condenados el pasado abril, a penas que ascienden hasta 28 años de cárcel, 30 eran periodistas. Sentencias que, a la injusticia, suman la desmesura, pero que dan bien la medida de la frustración del poder con los comunicadores. Probablemente, ninguna o muy poca noticia hubiésemos tenido del quehacer de los activistas de derechos humanos, sindicalistas, opositores y profesionales independientes en la Cuba de hoy sin la cobertura dada a éstos por la prensa independiente. A pesar de todas sus limitaciones, ella ha sido el testimonio clave en el renacer y la toma de conciencia de la sociedad civil cubana.
La viabilidad de la prensa independiente ha estado estrechamente ligada a la labor de varias agencias de prensa, creadas fuera de Cuba, precisamente para promover y difundir su trabajo. Entre estas agencias sobresale Cubanet, una ONG establecida en Coral Gables, Florida, que desde 1994 ha venido ofreciendo —con amplitud y profesionalismo crecientes— el quehacer de los periodistas independientes cubanos. Rosa Berre, su editora, habla para Encuentro en la Red.
Entre las acusaciones contra los periodistas independientes, el gobierno señaló su relación con Cubanet. La acusación va más o menos así: los periodistas independientes reciben fondos de Cubanet, Cubanet recibe fondos de la National Endowment for Democracy (NED), la NED recibe fondos del gobierno estadounidense; por lo tanto, los periodistas independientes son, supuestamente, "agentes a sueldo" del gobierno estadounidense. ¿Qué hay de cierto en todo esto?
Cubanet recibe fondos de varias fuentes, incluyendo la Agencia para el Desarrollo Económico Internacional de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés). También donaciones de fuentes privadas, de la NED, y recientemente recibimos una beca de Knight Foundation para la publicación de una revista, libros y envío de ayuda a los periodistas en Cuba. Todo esto es público, pero siempre el gobierno cubano lo presenta como si sus infalibles agentes lo hubieran descubierto.
Pienso que lo que le molesta al gobierno no es que los periodistas reciban ayuda económica —todos sabemos que ese dinero va a parar a sus bolsillos en última instancia—, sino la labor independiente y profesional de los periodistas. Pero no van a leer el trabajo de los periodistas en los juicios, ¿no crees? De manera que utilizan constantemente una acusación que desmiente el propio trabajo de los periodistas y el nuestro.
Por otra parte, una de las armas del gobierno para inmovilizar a los periodistas es la asfixia económica. El único empleador que hay en Cuba es el gobierno, y los periodistas no sólo no pueden trabajar como tales, sino en ninguna otra cosa. Hay casos de activistas que han sido despedidos de su empleo como alimentador de cerdos en una granja por no ser "idóneos". ¿Cómo podrían vivir si no reciben ayuda del exterior?
El gobierno de Cuba presenta como un gran delito que los periodistas reciban dinero por su trabajo. ¡En qué cabeza cabe que pueda constituir un delito que un periodista reciba dinero por la publicación de su trabajo! |
