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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Guardia Rural, Lam, Memorias de la Revolución

El cuartel

CUBAENCUENTRO continúa esta sección, cuyo tema central es lo que se podría catalogar de “memorias de la revolución”

Así le llamábamos, “el cuartel” y era eso precisamente, un cuartel como tantos en la Isla de la Guardia Rural. Allí en mi pueblo, Buenavista, era la segunda edificación en importancia después de la Iglesia. Ubicado a la entrada del pueblo en la carretera de San Juan de los Remedios a Buenavista, tal vez en lo que había sido en siglos anteriores y en la antigua jurisdicción, el camino de Sancti Espíritus. Era una edificación que sobresalía no solo por su adusta construcción, sino porque se levantó sobre una discreta elevación que le daba señorío sobre las modestas casas del poblado.

El cuartel era el lugar para la Guardia Rural, no era la estación de policía; ésta no estaba en aquel poblado donde solo un policía, Peña, se encargaba del orden. La Guardia Rural, creada en 1901, era la estructura fundamental del ejercito de la naciente república y contaba con una estructura regimental mixta de infantería y caballería; cada regimiento obedecía a una provincia o distrito militar —Cuba contaba con seis provincias—, con excepción de Oriente con más de un regimiento. Los regimientos se componían de escuadrones y tercios tácticos, estas pequeñas unidades se encontraban ubicadas en cuarteles de las cabeceras municipales y otros núcleos urbanos y poblados. Es de suponer que un grupo no numeroso de estas tropas se asentaron en el poblado de Buenavista

Por varias razones quiero referirme al cuartel de Buenavista, en la antigua provincia central de Las Villas. Hace algún tiempo una amiga desde Oviedo en España me envió una foto donde aparecían un grupo de niños(as) en las ruinas de lo que fue el cuartel. Hace apenas unas semanas me enviaron otra foto donde se muestra parte del frente del cuartel, y en la escalera principal que da acceso al amplio portal, un grupo de guardias rurales en número de cuatro porque el policía que aparece al centro con uniforme más oscuro me antevería a afirmar que se trata de Peña. Esta foto es del año 1953.

Años después cuando estaba próximo a concluir la lucha insurreccional en Cuba y la salida repentina del dictador Fulgencio Batista; el cuartel fue incendiado en una de las tantas noches en que los “rebeldes” entraban al pueblo. No había ni tropas ni policías, pero andaban por las calles disparando con sus armas mientras un grupo de niños, entre los cuales me encontraba, les gritaban: “qué cante el guariao”[1]..., y sí que cantaba con aquellos disparos que se repetían. La noche del incendio nadie entendió aquel acto vandálico.

Yo conocí la persona que a finales del año de 1958 “le dio candela” al cuartel, un acto innecesario pues ya hacía meses que habían pasado por allí las tropas de Alfredo Abon Lee, “el Chino Lee”, hacia Yaguajay. Por esos meses los rebeldes entraban casi todas las noches al pueblo, el cuartel estaba vacío. Peña, el único policía, se iba a dormir temprano; nadie lo molestaba.

La persona que se adjudica la acción era un campesino devenido en “alzado” de los Remates de Ariosa, poblado muy cerca de Buenavista. En el año de 1976 lo conocí en La Habana, vivía en un apartamento cerca del Cine Ambassador. Me llevó a su casa “Vicente”, un primo mío que lo conocía del submundo de Marianao. El personaje recorría La Habana en un MG descapotable y lo sorprendente, —razón por la cual fui a aquel apartamento—, tenía una serie de cuadros originales de Wifredo Lam. La única vez que visité su casa me mostró, de mala gana, dos de aquellos cuadros, alardeando me dijo que tenía otros. Días después reprendió a mi primo porque me había llevado allí. El campesino incendiario y rebelde circunstancial de los Remate de Ariosa había progresado.

No supe más de él..., olvidé su nombre. Después de 1980 en un viaje a La Habana me encontré con mi pariente y le pregunté por este sujeto. Cuando el asunto del Mariel desapareció, parece que salió del país, como el sujeto parece que tenía vínculos con el MININT (así me dijeron) lo buscaron y solo encontraron el MG.

Cuando triunfa la así llamada revolución cubana, días después de aquel fatídico 1ro de enero de 1959, la información sobre actos criminales por parte de militares del antiguo régimen llenaba los informativos. En Buenavista muchas personas fueron a las ruinas del cuartel donde aún se mantenían las anchas paredes de duro adobe y comenzaron a cavar en el patio del cuartel en busca de restos humanos que incriminaran a los militares; nada se encontró.

Lo cierto es que aquel acto innecesario permitió que una de las dos únicas construcciones del poblado que podían remontarse al siglo XIX, se perdiera; pocos años después le tocó el turno a la Iglesia. Las revoluciones suelen ser depredadoras con el patrimonio ajeno y alcanzan a la presencia ya pretérita. Aquel pequeño poblado del norte de Las Villas no fue la excepción.


© cubaencuentro

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