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Apoyando a Ángel Santiesteban

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Nos llega por correo interno una carta de apoyo al escritor residente en Cuba Ángel Santiesteban, quien el pasado domingo 17 de mayo fue amenazado y golpeado por dos desconocidos en las calles de La Habana. Como refiere el también escritor Amir Valle, autor de la carta de denuncia que motiva este post, “Santiesteban tiene un brazo fracturado, heridas de la navaja con la cual fue agredido, numerosos hematomas a causa de los golpes, y hasta el momento en que se redacta esta carta anda escondido previendo nuevos ataques”.

“Con esta sencilla carta abierta –apunta Amir-, estamos apelando a la unidad de los escritores cubanos, conozcan o no a Ángel Santiesteban, estén de acuerdo o no con sus ideas y posiciones personales e intelectuales, piensen lo que piensen sobre el actual sistema que impera en nuestra isla: lo que importa aquí es que todos, en la isla o en el exilio, nos unamos para recordarles a quienes pretenden esgrimir esas posiciones de poder contra el pensamiento intelectual, que quien quiera expresar lo que piensa en Cuba, sea quien sea, jamás debe ser agredido en su integridad física”.

El texto completo puede ser leído en el blog de Manuel Sosa. Las firmas pueden ser enviadas a:

prensa@amirvalle.com



De Armas: Guevara, misionero de la violencia

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un artículo de Armando de Armas

Ernesto Guevara de la Serna, alias el Che, es uno de los asesinos más feroces que jamás haya parido el Hemisferio Occidental. Pero un asesino de izquierdas, que murió joven y era bonito. Digamos que ni pintado para convertirlo en una especie de santo comunista. Los comunistas no tenían mucho donde escoger, la verdad, dado lo poco atractivos que suelen ser los personajes que han hecho historia bajo la bandería de los rojos. Ni el calvo Lenin, ni el bigotudo Stalin, ni el flácido y verborréico Fidel Castro, muchísimo menos ahora que es un vivo-muerto o un muerto-vivo herido, mortalmente eso sí, de una poco heroica obstrucción intestinal. Ninguno de ellos calificaba para mito.

Pero el Che era otra cosa, al punto que sobrecumplió. Ya no es sólo una marca registrada del izquierdismo mundial, esa enfermedad que, como la tuberculosis en el romanticismo decimonónico, tiene un determinado encanto. Es también una marca registrada del capitalismo mundial, que sirve lo mismo para vender cervezas que camisetas, llaveros que preservativos.

El éxito del Che Guevara ha sido tal que algunos religiosos lo comparan ya, en el colmo de lo herético, con nuestro Señor Jesús Cristo, en tanto espiritistas aseguran tenerlo obrando en sus bóvedas y paleros faenando en sus gangas.

El Che era una nulidad total, y lo era inclusive en aquellos oficios por los cuales más se le conoce: médico, economista y guerrillero. Como médico, el fracaso es tal que algunos estudiosos aseguran que ni siquiera llegó a graduarse de esa carrera, que de estudiante no pasaría. Como economista su mérito, probablemente único en la historia, consiste en haber firmado, al frente del Banco Nacional de

Cuba, los billetes emitidos con su insípido apodo del Che. Como guerrillero llevó a cabo, en la Isla, una invasión de oriente a occidente que en puridad no era una invasión, sino una huída, una incursión donde los combates no se ganaban, sino que se compraban a billetazo limpio a los corruptos oficiales del ejército. Fue derrotado en el Congo, de donde salió huyendo para terminar después, tras breve paso por una Habana en que ya no tendría cabida, en la inhóspita Bolivia. Allí fue capturado y luego muerto, resultado de una estrategia que, al decir del general boliviano Gay Prado, que dirigió las operaciones de su captura, no se le hubiera ocurrido ni a un pobre cabo jefe de escuadra.

El libro Guevara: Misionero de la violencia, de los autores Pedro Corzo, Luis Guardia y Francisco Lorenzo, es un magnifico documento que, basado en el documental Guevara: Anatomía de un mito, acomete la agreste labor de desmitificar al personaje mítico por excelencia, uno configurado de irrealidades, fabulaciones y mentiras. Una, como decía anteriormente, nulidad total. El texto recoge una serie de entrevistas filmadas en el mencionado documental, algunas ampliadas más otras que nunca fueron incluidas en el mismo, de cuyo hilvanamiento va emergiendo la desalada personalidad del guerrillero más famoso del mundo, sobre todo su sello de identidad: la violencia.

Una violencia que muchos han tratado de explicarse, justificar diría, apelando a sofismas que van de la visión consecuente de la necesidad de la lucha de clases asumida por el personaje, al asma padecida por el personaje. Pamplinas. De entre las entrevistas hechas en este libro a

estudiosos y analistas del Che Guevara, víctimas de sus tropelías, o hijos de las víctimas, ex compañeros de armas de la guerrilla, hombres que le combatieron y otros que simplemente se cruzaron en su camino, por azar o destino, emerge la figura de un hombre violento y despiadado, sediento de sangre, como el mismo Guevara se describe en algún momento de su vida. Un hombre que recurre a la violencia no para servir con eficacia a una causa determinada, sino que recurre a una causa determinada para servir con eficacia a su violencia. En eso hay que reconocer que el hombre era perspicaz: se dio cuenta de que si usted quiere ser un asesino en serie y en serio, y por otra parte pasar a la historia como un defensor de los pobres, debe meterse a comunista. Claro, hay que insistir en que Guevara sobrepasó, sobrecumplió con creces, las expectativas.

El Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo, que dirige Pedro Corzo, es la entidad que publica este libro y que, por otra parte, ha venido realizando a través del tiempo la meritoria labor de documentar y desmitificar el devenir cubano de los últimos cincuenta años. Labor que sin dudas servirá a los historiadores profesionales del futuro para armar el muñeco de la verdadera historia, o al menos el más cercano a la verdadera historia, de lo que ha sido este tiempo de dominio totalitario, y de lucha contra ese dominio, en la isla de Cuba.

El libro que nos ocupa constituirá un aporte fundamental, dado su incuestionable valor testimonial, a la desmitificación del Che Guevara. A pesar de ello, es bueno advertir, no pequemos de optimismo, que ese mito prevalecerá aún por largo tiempo. Los mitos, ya sabemos, son muy difíciles de desmantelar. No hay ningún misterio en ello. El material de los mitos es inmune a las evidencias, reacio a las pruebas. Frente a ello se deben hacer al menos tres cosas: documentar, documentar y documentar, con la esperanza de que tanto vaya el documento a la fuente que un día, sin remedio, se rompa el mito. Un día quizá lejano en el tiempo aún. Para cuando ese día llegue, hay que decir que Pedro Corzo, Luis Guardia y Francisco Lorenzo hicieron justo lo que tenían que hacer.

Guevara: Misionero de la violencia hace gala de un adecuado manejo de las citas y referencias, de manera que no encontrará el lector afirmaciones gratuitas. Por otro lado, este es un libro sosegado, nada estridente, sin adjetivaciones innecesarias. No obstante, debemos que decir que de este texto se sacan al menos dos conclusiones no precisamente sosegadas, y que pudieran parecer estridentes. O, seamos precisos, al menos yo saco dos conclusiones que no son precisamente sosegadas y que pudieran parecer estridentes: Una es que el gobierno de Bolivia hizo lo correcto al eliminar al Che Guevara: lo convirtió en un mito, pero los mitos no matan: entretienen y punto. La otra es que sentó un precedente, ofreció un método simple y seguro para proceder con estos asesinos en serie con ínfulas de ingenieros sociales, llámense Guevara, Bin Laden, Castro o Chávez: pasaporte al otro mundo para que éste sea un mundo mejor, o al menos más tranquilo.

El libro Guevara: Misionero de la violencia se presentará este jueves 9 de octubre, a las siete de la noche, en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, en la Casa Bacardí de la Universidad de Miami (1531 Brescia Ave, Coral Gables, Florida).

Las camisetas que ilustran este artículo pueden ser adquiridas llamando a los teléfonos (305) 606-9227 y (305) 490-5602, o escribiendo a tshirtalex@yahoo.com



Contra todas las banderas

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Una bandera vespertina ha desencadenado, por acumulación diría, este artículo. Armando de Armas “se ha bajado”, irónicamente, con una bandera contra todas las demás. Todo lo cual genera reflexiones adicionales en torno a la naturaleza de la campaña Con Todas Las Banderas. Está claro que mientras más espacios, miradas y movidas confluyan en función de multiplicar el movimiento -desde la diversidad-, mucho mejor. Incluso cuando, como es el caso, se trate de un estandarte al abordaje.

Y es que nadie debe hacer las paces con nadie para integrar el movimiento, como me decía hace poco un amigo (esto, que argumentalmente parece estrambótico, en el ámbito cubano sirve como aclaración oportuna). Tampoco nadie es el líder o “guía espiritual” del “Maleconazo”, como algunos lo llaman. No lo es Omar Santana por haber diseñado la primera bandera integrada al movimiento. Ni Armando Añel por editar el blog donde se colocó. Ni Francisco J. Garrido -simbólicamente, alguien que ni siquiera es cubano- por concebir la réplica. Ni José Ramón Morales por proponer la campaña. Ni Margarita García Alonso, William Ríos o Ignacio Granados por contribuir decisivamente a encauzarla. Ni, ni, ni (la lista se hace interminable).

Con Todas Las Banderas, como su nombre indica, tampoco es el embrión de un partido o movimiento personalista, ni tiene nada que ver con los sectarismos habituales en ciertas zonas de la blogosfera o el exilio cubano. Su fuerza, u originalidad, radica, precisamente, en su independencia y pluralidad. Más bien se trata de un modo de hacer “política” que apuesta por la iniciativa independiente, por la creatividad expresada en un marco de confluencia, antes que por el liderazgo tradicional.

Lo que quiero decir es que nadie debería renunciar a participar por temor a aupar a individuos con los cuales no simpatiza o cuya obra o posición política desaconseja. Seguramente ese temor permea las mentes, suspicaces, de más de uno, y en cierto sentido es natural. Los cubanos hemos sido engañados y manipulados suficientemente, a lo largo de más de un siglo de existencia nacional, como para no dejar de arquear las cejas ante prácticamente cualquier iniciativa que enarbole una retórica positivista. Pero, en este caso particular, se trata de un movimiento transparente, espontáneo, que ha nacido y se desarrolla a la vista de quien quiera verlo, sin líderes concretos –sino más bien con muchos protagonistas-, sin misterios, exclusiones ni ambivalencias. El fin es loable y los medios eficaces, peculiares, incluso divertidos.

Tampoco nadie debería renunciar al movimiento por “llegar de último”: Los últimos serán los primeros. Cualquiera puede tomar la iniciativa. Cualquiera puede erigirse en portavoz, o “líder”, de la campaña. Cualquiera puede gestionar espacios –Blogs con Banderas no tiene por qué ser el único que exhiba o postee las enseñas, por ejemplo-, actividades, pronunciamientos, incluso formas de financiación, en función de expandir la iniciativa plural de desembarcar en el malecón de La Habana para poner a ondear sus ideas, sus deseos, su personalidad inclusive, en forma de bandera.

Usted no tiene que pedir permiso. Lo mejor que tiene esto es lo que bueno que se está poniendo. Que nadie se autoexcluya.



Recogida de firmas contra el bloqueo a Internet en Cuba

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Desde Cuba llegan informaciones de una nueva ofensiva del régimen de los hermanos Castro contra la libre expresión, materializada en más restricciones de acceso a Internet para los cubanos, esta vez en los hoteles, y el cierre de cientos de direcciones de correos electrónicos.

Cuba Inglesa se solidariza con los afectados en Cuba y hace suya la iniciativa inicialmente posteada en el blog Chiquita Mala, que llama a una recogida de firmas en apoyo a la libre expresión y contra las nuevas restricciones impuestas por el gobierno cubano.
Las firmas pueden ser enviadas a Blogs con Bandera. Pinchar aquí.



De Armas: Respuestas a Vanity Fair

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El último número de Vanity Fair, en su edición italiana, entrevista a Armando de Armas a propósito del relajamiento de las sanciones a La Habana implementado por la administración Obama. Vanity Fair publica una versión condensada de la entrevista. A continuación, ofrecemos en su totalidad las respuestas del autor de La Tabla:

De Armas: Respuestas a Vanity Fair

Las medidas tomadas por la administración norteamericana de Barack Obama son un espléndido regalo para las arcas de la dictadura comunista en Cuba, en un momento en que los petrodólares de su aliado Hugo Chávez, en Venezuela, empezaban a escasear debido a los bajos precios del petróleo en el mercado internacional. Levantar todas las restricciones de viajes y remesas a la Isla representa un dinero fácil que va directamente a aceitar la maquinaria represiva del régimen, pues el 20% de todo lo que entra a Cuba por concepto de remesas y viajes se lo apropia el gobierno de la Isla. Es decir, si yo ahora mandara 100$ a Cuba, inmediatamente el régimen se apropiaría de 20$ para que 80$ puedan llegar a mis familiares. Es un impuesto tan leonino que ni siquiera estoy seguro de que existiese algo así en la Edad Media o durante el Imperio Romano.

Es lamentable que la delegación de congresistas negros que recientemente estuvo en Cuba sólo se interesara por entrevistarse con los hermanos Castro. Ni siquiera preguntaron por las condiciones en que está preso en Cuba el negro y opositor político Oscar Elías Biscet, cumpliendo una condena de 25 años, o por las condiciones en que está en huelga de hambre parcial en su casa, acosado por la policía política, otro negro, Jorge Luis García Pérez, Antúnez, quien cumplió 17 años de cárcel por reclamar derechos humanos para los negros y para todos los cubanos en la Isla.

Lo único que pudiera ser positivo de estas medidas sería la apertura en el negocio de las comunicaciones, pero eso es un chiste, pues el régimen de Cuba jamás permitiría la libre comunicación en la Isla. Obama parece olvidar que el gobierno comunista gasta millones de dólares en bloquear las señales de Radio y Televisión Martí, la emisora del gobierno de EE.UU. creada para llevar libre información al pueblo cubano. Olvida que la dictadura cubana bloquea el acceso libre de la población a la Internet y que el periodista Guillermo Fariñas estuvo en huelga de hambre y casi muere por reclamar ese derecho. El régimen hizo oídos sordos ante su reclamo.

Obama olvida que en Cuba se puede ir a la cárcel por recibir publicaciones extranjeras o escuchar emisoras como Radio y Televisión Martí, y que hay muchos autores cubanos prohibidos en la Isla, entre ellos los más importantes, como Guillermo Cabrera Infante y Reinaldo Arenas.

Olvida Obama que escritores como el que esto escribe, Armando de Armas, o Zoé Valdés, o Juan Abreu, y una larga lista que haría impublicable esta entrevista, no podemos regresar a la Isla y ni hablar de que podamos presentar nuestros libros en la Feria del Libro de La Habana, en caso de que quisiéramos.

Obama dice que no ha tocado el embargo, pero eso es pura demagogia. Si levantas las restricciones de viajes y remesas y permites el turismo norteamericano en la Isla, que sería probablemente el próximo paso, cosa que están pidiendo a gritos y al unísono los amigos de la dictadura en el exterior y los intereses mercantilistas, entonces queda muy poco del famoso embargo. Lo que vendría detrás es el acceso del castrismo al crédito estadounidense, que es lo que realmente quiere la dictadura, para después no pagar la deuda, como siempre ha hecho, para que termine pagándolo todo el contribuyente norteamericano, y muchas de las mismas víctimas de ese gobierno insano que ahora viven en libertad en Estados Unidos.

El pueblo de Cuba lo que necesita es libertad y respeto a sus derechos, no remesas. El verdadero embargo que hay en Cuba es el impuesto por los Castro a la sociedad civil cubana, a la iniciativa y a la creatividad del individuo.



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El Reducto que los ingleses se negaron a canjear por la Florida

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Autor: Armando Añel

Armando Añel

Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida.
letrademolde@gmail.com

 

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