¿Termina la dualidad monetaria en Cuba?
Corren rumores en La Habana que, después de 20 años, la doble moneda será unificada a fines de 2013 o en 2014; este artículo analiza la viabilidad de ese proyecto
Desde 1994, en el punto peor de la crisis de los años 90, existe en Cuba una “dualidad monetaria”, porque circulan dos monedas: el peso “nacional” (CUP) y el peso “convertible” (CUC), una medida motivada por la fuerte depreciación del peso y la autorización de la circulación del dólar de EEUU. El CUC no es realmente “convertible” pues su valor se fija unilateralmente por el gobierno en vez de por el mercado internacional y ninguna de las dos monedas es tranzada en el exterior. El cambio actual es de 24 CUP por un CUC (para su venta) y 25 por uno (para su compra). Pero en las empresas y entidades estales un CUP es igual a un CUC. La dualidad creó una segmentación: parte de la economía funciona en CUC (contabilidad monetaria-financiera, venta de mercancías en tiendas de divisas —TRD) y otra parte en CUP (cuentas nacionales, presupuestos, salarios, pensiones, pagos del acopio, precios de productos racionados, tarifas de servicios públicos, ahorro de la población).
En 2004 el dólar dejó de ser moneda de curso legal; la población debe canjearlo por CUC en las casas de cambio del gobierno (CADECA) para ser aceptado por entidades estatales. Hasta 2004 el cambio del CUC y el dólar era par y se le imponía un gravamen de 10 %, aunque no al cambio de euros y otras divisas. En 2005 se aumentó en 8 % el valor del CUC respecto a todas las divisas, y se le cargó una comisión de 3,5 %, lo cual tuvo efectos adversos (encareció las tarifas turísticas y menguó el número de visitantes). En 2011 Raúl devaluó el CUC, eliminando el 8 % citado, de manera que el CUC y el dólar vuelven a estar a la par, pero sigue cobrándose la comisión de 3,5 % y el gravamen de 10 % al dólar, por lo cual un CUC equivale a sólo US$0,86. Aún con esta devaluación, el CUC continúa artificialmente sobrevaluado y provoca efectos adversos.
Efectos económico-sociales adversos de la dualidad
Según Jorge Mattar de la CEPAL, la doble moneda crea distorsiones en contabilidad fiscal y en política monetaria e impide la creación de un mercado verdaderamente financiero. También distorsiona los costos (en el caso del azúcar los hizo insostenibles), lo cual impide conocer con certeza la productividad de las empresas, reduce el tamaño del mercado interno y de las cadenas económicas, y esconde subsidios e impuestos incorrectamente asignados. El sobrevaluado CUC incrementa el valor de las exportaciones a la par que reduce el valor de las importaciones, lo cual agrava el déficit en la balanza comercial de mercancías que en 2011 sobrepasó US$7.000 millones.
Hay también efectos sociales negativos. Los salarios y pensiones —oficialmente reconocidos como insuficientes para cubrir las necesidades básicas— se abonan en CUP, mientras que las compras que hace la población en el mercado informal y en las TRD —a fin de suplementar las magras raciones de alimentos que sólo alcanzan para 10 días al mes— se pagan en CUC. Además, la doble moneda expande las desigualdades en el ingreso. Por ejemplo, el salario promedio mensual estatal en 2012 era de 460 CUP que no llegaban a US$20 mensuales, pero el dueño de un paladar con 50 sillas que carga CUC puede ganar hasta US$20.000 al mes, o sea, 1.000 veces más.
El debate sobre cómo y cuándo unificar las dos monedas
La dualidad monetaria ha sido enfrentada de forma diversa en las economías socialistas. Los chinos la resolvieron mediante el aumento de la producción y productividad que permitió revaluar la moneda nacional y eventualmente tener una moneda única tranzada en el mercado mundial. La estrategia del big bang usada en Vietnam, a pesar de ser rápida y radical, tomó varios años para transformar el sistema; en Cuba la brecha de 2.300 % entre las dos tasas de cambio impide una devaluación súbita y por ello tendrá que ser gradual.
Existe virtual unanimidad en Cuba sobre la unificación de las dos monedas, pero desde 2003 hay un debate sobre cómo hacerla y en qué plazo. En 2008, Raúl expresó que la revaluación del CUP sería progresiva, gradual y prudente, pero advirtió que es un problema complejo que requiere un estudio profundo para evitar efectos traumáticos, por lo que la eliminación de la dualidad tomaría entre 4 y 5 años. El VI Congreso del Partido, en abril de 2011, ratificó la eliminación de la doble moneda, pero no dio pautas sobre el plazo para la convergencia de las dos tasas de cambio, si se usará el CUP o el CUC, y cómo se hará la convertibilidad del CUP en el sector empresarial. Dos años después, en abril de 2013, perdura la dualidad y se predice que se abolirá en 2013-2014. La mayoría de los economistas cubanos juzga que la unificación será paulatina y tomará varios años.
También hay un consenso que la unificación demandará un previo aumento notable de la producción y la productividad. El valor del CUC tendría que ser reducido poco a poco; por ejemplo, si se cortase el cambio de 24 a 12 CUP por un CUC, sin incrementar la producción, la población compraría los artículos en las TRD por la mitad del valor previo, agotando las existencias y obligando a una nueva importación masiva de bienes que pronto desaparecería.
Los economistas cubanos han ofrecido varias recetas. Juan Triana argumenta que para unificar las dos monedas hay antes que decidir cuál es la que va circular y definir la tasa de cambio con la que se efectuarán todas las operaciones. Omar Everleny Pérez Villanueva recomienda suprimir el control de cambio a las empresas, sin tocar el cambio a la población; también se requeriría una reforma global de precios que afectaría al poder adquisitivo de la población. Pedro Monreal nota que la unificación sin incremento de producción-productividad pondría presión sobre los precios, salarios y pensiones, por lo que primero habría que implementar la reforma estructural de la economía. Pavel Vidal sugiere: devaluar de forma gradual el sobrevaluado CUC, darle convertibilidad al CUP en el sector empresarial, establecer una tasa de cambio más realista del CUC para que pueda libremente tranzarse en el mercado internacional, y eventualmente eliminar la doble moneda usando el CUP. Para Hiram Marquetti, la unificación monetaria exige: recuperación económica sólida, situación macroeconómica estable y sana fiscalmente, incremento notable de las reservas financieras, reducción substancial del déficit en cuenta corriente, capacidad financiera para solventar obligaciones externas, aumento sostenido en la formación de capital, acceso en condiciones favorables al ahorro externo, y reconocimiento internacional de la moneda nacional. La mayoría de estas condiciones no se ha materializado.
Pequeños e insuficientes pasos hacia la unificación
La ley tributaria de 2012 que entró en vigor en abril de 2013 determina que los impuestos se paguen en CUP, aunque los trabajadores privados y los empleados de empresas mixtas perciban CUC. En enero de 2013 se aprobó la venta libre (a precios de mercado) de productos agrícolas por las cooperativas y granjas estatales (no a los campesinos privados y usufructuarios) a los hoteles y restaurantes turísticos; las ventas se pagan a un cambio de 9 CUP por un CUC (en vez de 24) y el Estado compensa la diferencia a las entidades turísticas. Pero estos son pequeños pasos y hasta ahora las reformas estructurales no han logrado un aumento substancial de la producción, lo cual es esencial para eliminar la perniciosa dualidad.
Carmelo Mesa-Lago es Catedrático Emérito en Economía y Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Pittsburgh y autor de Cuba en la era de Raúl Castro: Reformas económico-sociales y sus efectos (Madrid: Editorial Colibrí, 2012).
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