La levedad poética del dibujo en Jorge Bayo.
Dennys Matos | 03/09/2008 4:35
Una exterioridad intimista
Imágenes: cortesía del autor
Dos árboles y dos bancos, 2005
Repasando la obra de Jorge Bayo, donde se contempla pintura, dibujo y fotografía, resulta indudable que el dibujo ocupa, desde el punto de vista formal y conceptual, un lugar muy significativo. Esta capeta formada por cinco dibujos en pequeño formato, es una muestra elocuente de ello. El dibujo como sencillez expresiva, como elemento configurador de una estética de claros matices neo figurativos, el dibujo como ejercicio poético que intenta aprehender la realidad en sus resquicios más livianos, en su levedad más sensible con ritmo de brisa que se esfuma como soplo escondido, pero en la que también se afirma la existencia de un sujeto cercano.
El revivals del dibujo como forma estética de expresión en el campo de producción artística, ha tenido a finales de siglo XX y principio del XXI una magnifica presencia. Las obras de autores de, entre otro nutrido grupo de artistas, Marcel Dzama, Raymond Pettibon, Ramón Llosa, Luís Gordillo, Paul McCarthy, Drue Langlois, Asta Gröting, Marlene Dumas o Aji, nos descubren una rigurosa y esplendida reactualización en los paradigmas formales y discursivos del género. Trayectoria que, en este sentido, revindica las potencialidades y vigorosidad comunicativa alcanzada por el dibujo cuyo valor como hecho artístico desactiva decididamente, en las actuales condiciones del circuito institucional del arte, el tópico de género menor frete a al pintura.
Parque con antenas, domingo, 2005
El dibujo de Bayo ha experimentado un recorrido temático y visual donde puede atisbarse claramente dos estadios, al menos, en los que respecta tanto a su temática como al capital simbólico empleado para expresarla. Las obras producidas entre 1998 y 2000 nos remiten a un dibujo colorista de trazo y emplazamiento más académico, centrado en ambientes interiores -aunque no intimista- y por ello tratado desde una perspectiva distanciada. Estos trabajos dan la sensación de funcionar como escenas diversas de la cotidianidad en ambientes interiores, dando la sensación de estar narrados en tercera persona.
Invierno, 2005
Sin embargo, el autor en sus dibujos posteriores a 2004 y en particular la serie de obras presente en esta carpeta, experimenta un desplazamiento hacia otros registros temáticos y expresivos significativamente diferente a los anteriores y a los últimos trabajos de Bayo. Esta serie de dibujos nos remite a atmósferas exteriores, cuyos motivos centrales ya no son figuras domestica plasmadas en entornos domésticos, ni poses de personas conocidas por el autor. Como es el caso de la serie que actualmente desarrolla Trabajos inconclusos sobre el deseo 2007- 2008. A diferencia de la serie de retratos, estos dibujos se proyectan hacia el exterior, donde no existe una figura central puesto que esta se haya disuelta en múltiples y diversas presencias, imaginadas por las miradas que propone el autor.
Mujer sentada, 2005
Es así como discurren frente a nosotros imágenes de caminos, árboles, bancos, construcciones, animales, césped, cielos y personas, como numerosos flashes a través de los cuales se recompone una mirada, asumida como fragmento pero que se unifica precisamente en el atisbo de una espiritualidad latente. Una mirada orientada a conquistar la quietud como paseo y cuerda floja de la intemporalidad pero que tiene, paradójicamente, como telón de fondo el aura de la ciudad, vorágine y contradicción del deseo característico del hombre posmoderno.
Hombre con las piernas cruzadas, 2005
www.jorgebayo.com
Versión del texto publicado con motivo de la edición de la carpeta de dibujo Jorge Bayo. Editado por AyN ediciones.
Enlace permanente | Publicado en: Paisajes (Im)personales | Actualizado 06/09/2008 19:55