Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Política

La democracia según Rafael Correa

«No podemos permitir que un traidor llegue al poder y soportarlo cuatro años», afirma uno de los candidatos de izquierda a la presidencia de Ecuador.

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Portador de un "nuevo" concepto de democracia, admite que no le preocupan mucho las revueltas populares que revientan gobiernos, porque lo "importante" es que los presidentes que no cumplan "se vayan a la calle". Aunque prefiere que eso suceda bajo leyes revocatorias, explica sin vacilación que democracia "no es aguantar cuatro años a un presidente traidor". Dice que vería bien una revuelta en Bolivia, si su colega ideológico Evo Morales desatiende las promesas electorales.

En medio de tensas protestas de las organizaciones indígenas de su país en oposición al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC), Rafael Correa Delgado, candidato a la presidencia de Ecuador por el Movimiento Patria Altiva y Soberana (PAIS, izquierda), pasó por España para reunirse con la numerosa comunidad ecuatoriana y con políticos locales. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas de España (INE), 487.239 ecuatorianos están empadronados en este país. Por primera vez, muchos de ellos tendrán derecho a voto en los comicios presidenciales del próximo 28 de octubre.

De acuerdo con algunas encuestas, Correa va entre segundo y tercero en la intención de voto. Animado a subirse al tren rojo-intenso que recorre Latinoamérica, no oculta su admiración por la Venezuela de Hugo Chávez o la Cuba de Fidel Castro.

Pese a que lo niega, parece decidido a explotar la franquicia del chavismo, de éxito probado en Bolivia y quién sabe si próximamente también en Perú y Ecuador.

El presidente de su país decretó recientemente el estado de emergencia en algunas provincias, por los bloqueos de indígenas que protestan contra el TLC. ¿Cuál es su posición con respecto a este tratado con Estados Unidos?

De rechazo absoluto. He sido de los más grandes críticos de ese tratado, y no por fundamentalismo ideológico, porque yo he estudiado el aperturismo en América Latina. Sé lo que pasó en México con el TLC y sus condiciones. Si ya esos tratados son tremendamente perniciosos para países con una moneda nacional, que pueden corregir los desequilibrios externos comerciales, devaluando o depreciando su moneda, serían ya el acabose de la patria para un país como Ecuador, que cometió la barbaridad de renunciar a su moneda nacional y actualmente tiene una moneda extranjera dura, como el dólar.

¿No comparte usted la posición de Lula, que pide un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) reformada, con varias exigencias por parte de Brasil; es decir, una política intermedia entre el rechazo y la aceptación absoluta?

Nadie está contra el comercio, estamos contra el bobo aperturismo. ¿Los países para qué comercian? Para enriquecerse, para hacer crecer su base productiva, para generar empleo… Pero si sabemos que un tratado con EE UU, el país más competitivo del mundo, que subsidia sus bienes, va a destrozar nuestra agricultura, va a generar más desempleo, ¿para qué vamos a meternos en eso? Tenemos que buscar un comercio inteligente que nos ayude a desarrollarnos. Sobre el ALCA, tengo serias dudas, aunque haya reformas. Porque, entre otras cosas, si usted tiene una moneda dura, tiene que conservar la política comercial.


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