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Kendry llegó a 30 jonrones

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Kendry llegó a 30 jonrones

Kendry está teniendo una temporada fenomenal, acaba de disparar su cuadrangular número 30 de la temporada al lanzador zurdo submarino Jay Marshall de los Atléticos de Oakland. Conectó un estacazo entre right center bateando a la derecha. Encontró en base a Vladimir Guerrero y Juan Rivera para llegar a 94 remolcadas. Cuando pisó primera levantó su puño derecho y recorrió las bases con una sonrisa, nadie puede estar mas contento que este pelotero de la temporada que está teniendo.

Morales se une a un reducido grupo de cuatro peloteros cubanos que son; Rafael Palmeiro, José Canseco, Tony Pérez y Tony Oliva, que entre ellos han bateado más de 30 jonrones en una temporada, en 21 ocasiones. Con Kendry son 22.

¿Hasta donde podrá llegar en este 2009? Si sigue al ritmo que ha tenido desde el Juego de las Estrellas, faltando 34 juegos y en una novena donde está totalmente protegido a la ofensiva, no se asombre nadie si nos regala en esta campaña 40 cuadrangulares.



Documental recuerda a Cheito Rodríguez

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PALABRA DE PESO

 

Documental recuerda la triste historia de Pedro José Rodríguez

 

Por JORGE EBRO

 

EL NUEVO HERALD

 

Pedro José Rodríguez habla y su voz casi se pierde, apenas mira la cámara, y le cuesta arrancarse las palabras para hablar de su pasado, como si supiera que el pasado estará siempre ahí para recordarle la injusticia.

 

Ese es el Cheíto que nos muestra el documental Los que faltaron, del director Erik Mendilahaxon, que será transmitido íntegramente este domingo a las 8:00 p.m. en el programa La Mirada Indiscreta, que conduce el crítico Alejandro Ríos en el Canal 41 América TV.

 

El ex cuarto bate de los equipos de Cienfuegos, Las Villas y la selección nacional aparece como un hombre que hace todo lo posible por mantener la frente en alto, pero al que le pesa demasiado una culpa estúpida y ajena, puesta por otros sobre sus hombros.

 

No cabe duda de que en la larga fila de atropellos en el deporte cubano, la historia de Cheíto Rodríguez, suspendido en el pico de su carrera --tenía sólo 29 años-- por tener en su maleta 81 dólares, califica entre lo peor y lo más bajo.

 

Amparados en un Código Penal hecho a la medida de lo absurdo, funcionarios del INDER y muy seguramente de un nivel superior separaron a Rodríguez del béisbol por tenencia ilegal de divisas --la del enemigo, claro está-- y fue condenado a vivir lejos de lo que más amaba, de lo que mejor sabía hacer.

 

No importó su trayectoria, ni que era el amo indiscutible de los jonrones en la pelota cubana, ni que hubiera llegado a sumar una cifra impresionante de números ofensivos, prácticamente cada turno implicaba un posible nuevo récord. Antonio Muñoz asegura que habría superado la barrera de los 500 bambinazos.

 

De hecho, el nombre del documental sale de una frase del propio Gigante del Escambray, quien afirma haber saludado a Cheíto en los 286 vuelacercas de su carrera y que, de no haber sido suspendido, hubiera estado presente "en los que faltaron''.

 

Pero más allá del dolor dentro del terreno, queda claro la destrucción personal de un jugador que, junto a Víctor Mesa, iba dejando un rastro de alegría entre sus compañeros y los fanáticos.

 

El propio Mesa describe la manera infame en que los engañaron para revisarles las maletas a los miembros del equipo nacional antes de un viaje a Estados Unidos en 1985 y la pena de todos cuando Cheíto les comunicó el por qué de la sanción.

 

Uno sólo puede imaginarse al rey de los jonrones resignado a ese lento morir, incapaz de ver un juego de pelota por televisión, caminando lejos de los estadios, donde era considerado persona no grata. El mismo pelotero afirma que "tras la sanción, Pedro José Rodríguez dejó de ser Pedro José Rodríguez''.

 

¿Cómo es posible que la soberbia de las autoridades cubanas se ensañara tanto con este hombre que sólo le dio alegría a su gente, que tantas glorias le regaló a Cuba y dejó momentos inolvidables como su batazo decisivo en el torneo de 1978 contra Rogelio García en el Latinoamericano?

 

Nadie responde, nadie sabe. Los intentos del realizador por contactar algunos funcionarios caen en saco roto, pero lo esperanzador es que nadie aprueba lo sucedido, ni sus antiguos compañeros, ni los fanáticos. Sólo el comentarista Héctor Rodríguez busca juegos de palabras para justificar lo injustificable. Aunque eso era de esperar.

 

Cheíto intentó un regreso a fines de la década del 80, pero ya no estaban ni la juventud, ni los reflejos, ni la pasión. Para él era tarde, demasiado tarde, a pesar de que luego el Estado cubano se entregaría a la búsqueda desenfrenada de dólares por todos los medios y esta moneda pasaría a ser dueña y señora de la sociedad.

 

Los que faltaron trae a la memoria lo sucedido a Lázaro Junco, obligado a retirarse junto con toda una generación de héroes sólo por tener más de 30 años. Tampoco importó que el matancero fuera el que hubiera tomado --primero en llegar a 400-- el relevó del cienfueguero en la lista histórica de jonrones.

 

Y por supuesto, no se puede olvidar el vínculo con Rey Vicente Anglada, otro encantador de aficionados, quien pagó con sus sueños por un crimen que jamás cometió. No por gusto Anglada reconoce en el filme que "con Cheo fueron muy duros'' y parecer como si se lo dijera a él mismo.

 

Mendilahaxon, que estudia la especialidad de Dirección en el Instituto Superior de Arte de Camagüey y es locutor y narrador deportivo, capta la herida no visible en el cuerpo de Cheíto con una naturalidad que desarma y no por gusto la leyenda declinó asistir a la premier del documental en Cuba.

 

Se entiende. Cheíto no habría soportado ver a Cheíto.



Curiosidades Cubanas, un grupo selecto

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Curiosidades Cubanas, un grupo selecto

 

Solo seis peloteros han tenido el privilegio de haber ganado una Serie Mundial y una medalla de oro olímpica, dentro de este selecto grupo se encuentran dos cubanos. Los lanzadores Orlando Hernández y José Ariel Contreras.

 

El Duque ganó la medalla de oro en Barcelona 1992 y después ha logrado cuatro Series Mundiales con los Yankees de Nueva York 1998,1999, 2000 y con las Medias Blancas de Chicago en 2005. Contreras se llevó el oro olímpico en Atlanta 1996 y fue compañero de equipo del Duque en el 2005.

 

Por su parte, entre los jugadores norteamericanos se encuentran en esta lista el receptor Pat Borders Campeón Olímpico en Sidney 2000 y en las Series Mundiales de 1992 y 1993 con los Azulejos de Toronto.

 

Ed Sprague ganador en Seúl 1988 cuando este deporte era de exhibición y después con Toronto junto a Borders en las dos series ganadas por la novena canadiense. Este pelotero es el único que además de tener estos dos títulos también ganó la Serie Mundial de College con el Stanford en 1987 y 1988.

 

Tino Martínez en la misma olimpiada de 1988 y cuatro veces la Serie Mundial con los Yankees en 1996, 1998, 1999 y 2000.

 

Por ultimo Doug Mientkiewicz en Sidney 2000 y con los Medias Rojas de Boston en el 2004.



Yunel Escobar, dueño de un potente brazo

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Yunel Escobar, dueño de un potente brazo

 

La revista especializada Baseball America publica en su último número del 24 de agosto al seis de septiembre a los mejores peloteros en varias categorías.

En esa lista se encuentran los mejores especialistas en habilidades en todo el béisbol desde Clase A hasta las Grandes Ligas. La revista le pide a los directores de los equipos que den su opinión al respecto.

El único cubano en este selecto grupo es el torpedero de los Bravos de Atlanta Yunel Escobar quien se encuentra como el tercero con mejor brazo en el infield de la Liga Nacional detrás del dominicano de los Dodgers de los Angeles Rafael Furcal y el de los Rockies de Colorado Troy Tulowitzki.

Yo lo he escrito antes, este muchacho tiene todo el talento del mundo para triunfar por años en este béisbol.

Por otra parte, el cubano americano Matt Domínguez de los Marlins de la Florida salió elegido como el mejor tercera base defensivo de la Liga del Estado de la Florida clasificación Clase A. Recuerden este nombre pues este muchacho debe estar en las mayores en el 2010 o el 2011, talento tiene para ello.



La odisea de Euclides Rojas

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El Mundo del Béisbol: de Ángel Torres.

LA ODISEA DE EUCLIDES ROJAS

Por: Angel Torres

Recientemente en “La Estufa Caliente” y “Terreno de Pelota”, publicaron una entrevista que Fernando Vilá le hizo al ex lanzador cubano Euclides Rojas, para su blog Palmar del Junco, que desató una verdadera controversia con relación con sus opiniones.

De inmediato me comuniqué con Vilá para decirle si sería de su agrado que yo publicara acerca de las vicisitudes que pasó Rojas para escapar a tierras de libertad y sus experiencias iniciales en el exilio sobre un terreno de pelota.

Parte del artículo lo reproduzco de mi quinto y último libro “El Legado Deportivo de Angel Torres”.

Así tenemos, que el lunes 2 de diciembre de 2002, se produjo la noticia que Euclides Rojas de 35 años, líder en juegos salvados de la Serie Nacional en Cuba con 90, había sido firmado por las Medias Rojas de Boston como su nuevo entrenador de lanzadores relevistas (bullpen coach).

Rojas se había desempeñado como instructor en la organización de los Marlins de Florida en 1996, actuando posteriormente en 12 encuentros como instructor de taponeros de los Peces en 1999, cuando tuve la oportunidad de saludarlo nuevamente durante uno de mis viajes a Miami. Todo un triunfo para el joven que escapó de Cuba a bordo de una balsa en agosto de 1994.

Cuando el ex jonronero cubano José Canseco visitó la Base Aeronaval de Guantánamo en octubre de 1994, relató que entre los miles de cubanos presentes se encontraba Rojas en compañía de su esposa María y de su hijo Euclides de dos años de edad. Al respecto Canseco exclamó emocionado: “El pudo haber sido el que salió de la Isla esclava y yo el que me encontrara ahora en su lugar”.

Euclides recuerda y agradece la visita de Canseco, al igual que la de su amigo René Arocha, Rubén Sierra, Alex Rodríguez, Willie Chirino, Gloria Estefan y otros que fueron a brindar un poco de alegría a los balseros.

Desde entonces la situación cambió notablemente para Rojas, quien gracias a su pequeño hijo pudo viajar a los Estados Unidos junto a su esposa, donde su ex compañero de equipo en Cuba, René Arocha, de los Cardenales de San Luis en aquel momento, se convirtió en su patrocinador.

“Jamás podré pagarle a René todo lo que ha hecho por mí”, me dijo Rojas en una entrevista que le hice el viernes 24 de marzo de 1995 en Palm Springs, California. “Inclusive él me recomendó a sus agentes en aquel momento, Gus Domínguez, al ex tercera base de los Dodger Ron “El Pingüino” Cey y al abogado Steve Schneider, quienes se encargaron de conseguir mi primer contrato profesional con los Soles de Palm Spring de la Western Baseball League”, finalizó diciéndome Euclides.

Ese día Rojas fue presentado durante una conferencia de prensa en el estadio de Palm Springs por el copropietario del equipo Don Di Carlo, con la ausencia por estar enfermo del gerente general de la novena Al Campanis, quien había ocupado igual cargo con los Dodgers de Los Angeles y dirigido a los Elefantes de Cienfuegos de la extinta Liga Cubana de Béisbol durante el campeonato de 1953-54.

Rojas con 6 pies de estatura y 190 libras de peso, nació el 25 de agosto de 1964 en La Habana y comenzó a destacarse como “apaga-fuegos” de los Industriales en 1983, cuando contaba solamente 16 años de edad. En 1987 pasó a formar parte de la Selección Nacional Cubana de Béisbol y con ella lanzó en los Juegos de Buena Voluntad de Seattle en 1990. Impuso una marca en los torneos cubanos de 60 partidos con 15 salvados en 1993. Hasta el momento de su huida, mantenía marca de 90 juegos salvados, 68 victorias, 31 derrotas y 2.39 carreras limpias permitidas en 342 salidas al montículo.

Desde su visita a Seattle, el serpentinero cubano había decidido escapar del sistema oprobioso que desgobierna a Cuba, pero los compromisos familiares se lo impedían. El hecho de que su madre, esposa e hijo no pudieran salir, lo ataron hasta que su mamá le recomendó que no desaprovechara una nueva oportunidad.

Esta se presentó cuando el gobierno cubano autorizó construir balsas y a los descontentos lanzarse al mar a raíz de los acontecimientos acaecidos en el Malecón de La Habana, donde miles de manifestantes protestaron por las calles de la capital cubana, provocando que el tirano comprendiera la necesidad de crear una válvula de escape para aliviar su precaria situación.

Pronto miles de cubanos se lanzaron al mar, poniendo en peligro sus vidas en busca de libertad, pero confrontaron la desagradable sorpresa de ir a carenar a la Base de Guantánamo, de donde poco a poco lograron salir todos cumpliendo sus ansias de independencia.

La odisea de la familia se inició en agosto de 1994, cuando navegando en una frágil embarcación con 17 personas a bordo, el motor dejó de funcionar a solamente cinco millas de la costa cubana. Los cuatro hombres a bordo incluyendo a Rojas, comenzaron a remar el resto del camino, hasta que fueron recogidos cinco días después por un guardacostas norteamericano a 23 millas de la Florida.

Durante el trayecto vieron muchas balsas a la deriva o volcadas y se produjo un increíble acontecimiento, cuando se enfermó uno de los niños a bordo de la improvisada nave, quien fue atendido por un médico que viajaba en otra de las docenas de balsas que les acompañaban. El doctor al momento de su viaje aprovechó para llevar consigo algunos antibióticos que posiblemente le salvaron la vida al pequeño.

Su actuación como serpentinero en los estados Unidos fue efímera, pues tras su actuación en la Liga Independiente de Palm Springs, actuó para el sistema de sucursales de los Marlins de 1995 a junio 2 de 1996.

Rojas no pudo lograr su sueño de llegar a las Grandes Ligas como lanzador, no sé si debido a que el nivel fue muy alto para él, pues siempre recuerdo las palabras de José Contreras, quien me dijo que los bateadores de las Ligas Mayores eran mucho más fuertes que a los que él se enfrentaba en Cuba, siendo sus palabras textuales las siguientes: “Si no pones la bola donde debes: PUM va para afuera”.

Igualmente existe la posibilidad, que se haya arruinado su brazo de lanzar mientras remaba hacia la libertad, tal como le había ocurrido con anterioridad, “según se dice”, al zurdo Amorós Hernández.

Sin embargo, Rojas, llegó a las Grandes Ligas como entrenador a base de trabajar muy duro y en la actualidad como coordinador de escuchas para los Piratas de Pittsburgh, con la satisfacción de no haber arriesgado en vano su vida y la de su familia, cruzando el Estrecho de la Florida, infestado de tiburones y tormentas tropicales, que han cercenado la vida de muchos de nuestros compatriotas.



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Sobre este blog

Béisbol cubano, cubanos en las Grandes Ligas y ligas profesionales.

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Autor: Fernando Vilá

Fernando Vilá Chao

Escritor, Director Ejecutivo de Pasión Magazine. Escribe desde Miami,FL
palmardejunco@gmail.com

 

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