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El Arco Progresista critica la vía elegida por el gobierno para acabar con la corrupción

'El ciudadano que necesita alimentar a su familia no puede ser confundido con aquel que privatiza ilegalmente los bienes de la sociedad', dijo la organización.

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Las organizaciones de la disidencia interna que integran el Arco Progresista criticaron este martes la vía elegida por el gobierno de Fidel Castro para eliminar la corrupción en el país.

"Por fin el gobierno cubano reconoce públicamente, pero sin abrir un debate apropiado, que la nuestra es una sociedad corrompida", y emprende "una inédita y extraña campaña anticorrupción que está tocando a toda la sociedad", dijo en una declaración escrita el portavoz de la organización, Manuel Cuesta Morúa.

El disidente llamó la atención sobre el hecho de que "en Cuba conviven la corrupción de sobrevivencia, que implica a la mayoría de los ciudadanos; la corrupción especulativa, que genera mafias organizadas; y la corrupción de élite, que se crea en torno a los privilegios discrecionales y políticamente otorgados por el poder. Todas se alimentan del Estado, pero no por las mismas razones ni con los mismos intereses", dijo.

"El ciudadano que necesita alimentar a su familia no puede ser confundido con aquel que privatiza ilegalmente los bienes de la sociedad, ni mucho menos con quien goza de un bienestar como beneficiario del poder", advirtió Cuesta Morúa.

"La única manera de emprender una lucha contra la corrupción, que por su carácter, extensión y arraigo social no será fácil ni en éste ni en próximos gobiernos" es mediante reformas que eliminen sus causas, dijo el portavoz del Arco Progresista.

Para el opositor, esas medidas serían "la liberación y legalización de la iniciativa individual de los cubanos, la reestructuración de la economía sobre bases productivas que permita la adecuación del salario a la creación de riquezas, y una redistribución equitativa del bienestar creado".

Además, "la supresión de los torpes privilegios a personas ociosas que nada producen y la eliminación de los criterios discrecionales para el otorgamiento de beneficios a determinados sectores en detrimento de otros. Sin estas medidas la corrupción podrá ser asustada pero no detenida", afirmó el líder disidente.

Fidel Castro defendió el jueves una cruzada contra la corrupción, las ilegalidades y los desaciertos económicos; sugirió la llegada de nuevas medidas de ahorro y austeridad, y el fin de la tímida apertura económica permitida a principios de los noventa para enfrentar la crisis económica, derivada de la desaparición de la Unión Soviética.

Entre las primeras medidas tomadas por el gobierno contra la corrupción estuvo la sustitución, hace un mes, de los empleados de las gasolineras por trabajadores sociales, para evitar el robo de combustible.

"Está por ver si la injusta separación provisional o definitiva de cientos de trabajadores podrá detener la proliferación del mercado negro y las ilegalidades en un país montado en la cultura de la supervivencia y acostumbrado durante 46 años a la auto redistribución social de la riqueza y del bienestar, que el Estado ha venido sistemáticamente negando a los cubanos", dijo el portavoz del Arco Progresista.

En su discurso del jueves, pronunciado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, Castro puso la mira en los mercados agropecuarios, los pequeños restaurantes conocidos como "paladares", los taxis colectivos privados y otras actividades independientes que a juicio del gobernante han contribuido al desarrollo de la ilegalidad y el mercado negro.

"Esa no es la manera de resolver problemas creados en las incongruencias y contradicciones de un modelo inaplicable. Sólo las reformas necesarias podrán revertir un fenómeno que ha dañado la estructura ética de los cubanos", afirmó Cuesta Morúa en su declaración.