Calladamente...
Calladamente…
Vicente Echerri
me estás mirando
sin que nadie sospeche
que yo también soy parte del paisaje,
de ese otro espacio
que se refleja en ti
y en ti repite
la ternura con que quise dejarte
feliz
lozano
joven para siempre.
La calma
el lago
tú,
el bote
el remo…
todo está idéntico
sin que ya importe la mañana de pesca,
el rumbo,
la aventura,
lo que ocurrió más tarde,
días o años después.
Nunca podrás volver
a esa mañana
en que inocentemente
convocamos el júbilo,
pero desde la foto
siempre estarás mirándome
quieto
amoroso
asiduo para mí.
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