Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Pablo Medina, La Biblioteca de Babel, Literatura

La Biblioteca de Babel

Debido a las numerosas mudanzas, Pablo Medina confiesa que se ha cansado de organizar los libros que tiene. Hoy en día están en los estantes tal como los sacó de las cajas, aunque asegura que sabe dónde está cada uno de los buenos. Los que no lo son, los deja que se extravíen en el olvido, o los usa para acuñar las patas de los muebles

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En 1975, apareció publicado Pork Rind and Cuban Songs. Con el mismo debutaba como escritor Pablo Medina, además de que fue el primer título que dio inicio a la producción literaria de los cubano-americanos. Aquel libro marcó el comienzo de una brillante y sólida trayectoria en las letras, que hasta la fecha se resume en extensa y sostenida producción. L integran una decena de poemarios, cinco novelas y un libro de memorias.

A lo largo de las casi cinco décadas que cubre su ejecutoria como escritor, Medina se ha mantenido igualmente activo como narrador y como poeta. Sus novelas The Marks of Birth (1994), The Return of Felix Nogara (2000), The Cigar Roller (2005), Cubop City Blues (2012) y The Cuban Comedy (2021) han tenido una excelente acogida entre los críticos. Además, por dos de ellas fue nominado al Pulitzer Prize y otras dos han sido traducidas al alemán y al francés. En esos títulos, su autor despliega un amplio recorrido temático, pero a la vez es el fiel a sí mismo, lo cual, según el español José María Guelbenzu, es propio de los narradores puros.

Con igual regularidad Medina da a conocer su faena poética, algo de lo cual dejan constancia Arching into the Afterlife (19991), The Floating Island (1999), Points of balance/ Puntos de apoyo (2005), The Man Who Wrote on Water(2011), The Island Kingdom (2015) y The Foreigner’s Art: Selected and New Poems (2021). Su escritura poética se distingue por su fina sensibilidad y su inteligencia, así como por poseer una voz identificable. Por otro lado, en 1990 aparecieron sus Exiled Memories: A Cuban Childood, primera obra de ese género escrita por un cubano-americano. Con la lectura de todos esos libros, el lector disfruta la enorme felicidad que produce hallar un escritor que siempre da lo mejor de sí.

Aparte de su labor creativa, Medina ha traducido al inglés Todos me van a tener que oír, de Tania Díaz Castro, Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, y una selección de la poesía de Virgilio Piñera, bajo el título de The Weigth of the Island. Asimismo, ha dictado cursos en numerosas universidades estadounidenses y en la actualidad es profesor de literatura y creación literaria en Emerson College en Boston, Massachusetts.

Y a propósito del término cubano-americano, Medina no se siente cómodo cuando se lo aplican. Sostiene que otros autores cubanos, como Iraida Iturralde y Vicente Echerri, escriben en español, a pesar de haber vivido por muchos años en Estados Unidos. Y se pregunta si se pueden considerar cubano-americanos. Recuerda que incluso hay críticos que denominan a Martí como tal. En todo caso, afirma que se siente muy, pero muy cubano. Eso lo lleva a expresar: “Soy un cubano que de casualidad, escribe en inglés. Sin embargo, me gusta todo lo americano, desde la música hasta la literatura, que escucho y leo con agrado. Bueno, la verdad es que me gusta lo español también, y lo francés. Mis gustos son muy diversos (por usar una palabra de moda hoy en día)”.

1-¿Cuántos libros tiene tu biblioteca?

Hice un cálculo basado en el número de estantes, multiplicado por la cantidad promedio de libros por estante, y me salió una suma, para mí desorbitada, de 4.900 libros. Cuando mi pareja hizo su propio cálculo, la cantidad bajó a 3.700. ¿A qué se deben tantos libros? No sé. Desde niño me ha gustado no solo leerlos, sino acumularlos, en imitación de mi padre y mi abuelo que tenían libros por doquier.

2-¿Cómo los tienes organizados: por autor, por temas, por áreas lingüísticas o indiscriminadamente?

Con tantas mudanzas que he hecho en este país, llegó un momento en que me cansé de organizarlos. Hoy en día están en los estantes tal como los saqué de las cajas, aunque he de asegurarte que sé dónde está cada uno de los buenos. Los que no me han gustado los dejo que se extravíen en el olvido, o los uso para acuñar las patas de los muebles.

3-¿Qué criterio sigues para comprar: un criterio racional, la recomendación de un amigo, las críticas que se publican o te dejas llevar por el impulso?

All of the above. Además de la literatura, me impulsan varios temas predilectos, como los libros sobre el alpinismo, que disfruto enormemente (si hubiera nacido en el norte de Europa lo hubiera practicado, pero ¿quién ha visto a un cubano alpinista?), y cualquier libro relacionado con temas cubanos. Leo mucha poesía y mucha ficción. El teatro lo prefiero puesto en escena. Las memorias, incluso las mías, que publiqué en 1990, de Pascua a San Juan.

4-¿Qué haces para controlar la superpoblación, la cantidad excesiva de volúmenes?

Cada vez que me mudo, boto o regalo los que me parecen irrelevantes, o los que han dejado de interesarme. Por ejemplo, después de jubilarme, regalé a varios colegas toda una colección de libros de teoría de la traducción, curso que dicté por varios años. Vale decir que llegué a la conclusión que la teoría tiene poco que ver con la traducción (y menos con la vida). Gran liberación esa.

5-¿Cuál es el ejemplar más valioso que posees?

Nunca me ha preocupado el valor monetario de los libros que poseo, pero sí el valor emocional, y en esa categoría incluyo en primer lugar al libro Medinadas, de mi abuelo, el primer Pablo Medina, publicado en La Habana en 1949. Que yo sepa existe solo una copia en el exilio, y la tengo yo.

6-¿Cuál es el libro que más veces has releído?

En primer lugar está El Quijote (cuatro veces en español y tres en traducciones al inglés de J. M. Cohen, de Tobias Smollett y de Edith Grossman), seguido por Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain (en inglés) en varias ediciones; en tercer lugar, Moby-Dick de Melville (en inglés), no sé cuántas veces; en cuarto, Tres Tristes Tigres de Cabrera Infante, unas tres veces de cabo a rabo (en español) y una vez en traducción al inglés de Suzanne Jill Levine. Cabe decir que son libros que leo y releo por partes y a menudo, para inspirarme o deleitarme.

7-¿Hay títulos de los cuales tienes más de una edición?

El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Llegué a tener once, pero me deshice de varias y ahora me quedan cinco. Igual tengo cinco ediciones de Huckleberry Finn y tres de Moby-Dick, que recuerde.

8-¿Tienes un lugar específico para los libros escritos o editados por ti, eso que podríamos llamar la egoteca?

Sí, tengo una egoteca con los libros que he publicado y varias traducciones que se han hecho a otros idiomas. Está en la parte inferior y más recóndita de uno de los estantes, debajo de un grupo de clásicos franceses que incluye En busca del tiempo perdido de Proust, porque al ego siempre hay que ponerlo en su lugar.

9-¿Lees solo libros impresos o también electrónicos?

No me gusta leer en pantalla, pero hoy en día hay que adaptarse.

10-¿Acostumbras prestar libros a tus amistades?

De vez en cuando. No me gusta hacerlo por temor a que no me los devuelvan. Ya me ha pasado varias veces y me he visto obligado a recordarles a mis amigos y familiares que tienen libro mío. Francamente, prefiero regalarlos.

11-¿Devuelves los libros que te prestan?

Siempre, aunque debo admitir que hace unos meses encontré una copia de Absalón, Absalón de Faulkner que saqué de una biblioteca de Nueva York hace años y nunca devolví.

12-¿Tienes un lugar y un horario fijos para leer?

Virgilio Piñera alguna vez dijo que la literatura es respiración. Leo a toda hora y donde sea. No hay mejor manera de pasar las horas.

13-¿Sueles subrayar y anotar los libros que lees?

Más los poemarios que las novelas. Subrayo y anoto con lápices de marca Black Wing, que eran los favoritos de John Steinbeck, y de una de mis alumnas más talentosas, quien me los recomendó.

14-¿Eres monógamo para leer o lees más de un libro a la vez?

Leo cinco o seis al mismo tiempo. Cuál de ellos escojo depende de la hora del día o de la noche. De noche prefiero leer novelas o historias; de día poesía o ensayo.

15-¿Qué libro estás leyendo ahora?

Nadie de Rafael Alcides.

Antología Poética de Rafael Cadenas.

Selected Poems de W.H. Auden.

The Moth and the Mountain de Ed Caesar.

The Cuban Sandwich: A History in Layers de Andrew T. Huse, Bárbara Cruz y Jeff Houck.

Personas Decentes de Leonardo Padura.

16-Por último, si alguien quisiera iniciarse en la lectura y te pidiese ayuda, ¿qué diez títulos le recomendarías leer?

Esta pregunta es muy difícil de contestar. Hoy te puedo dar una lista que seguramente cambiaría para mañana. Pero, en fin, ahí va:

Libros que entretienen:

The Invisible Man de H. G. Wells.

La isla misteriosa de Julio Verne.

¿Pero hubo alguna vez once mil vírgenes? de Enrique Jardiel Poncela.

Tía Julia y el escribidor de Mario Vargas Llosa.

El ingenioso hidalgo… de Miguel de Cervantes.

Libros que obsesionan:

El amante de Marguerite Duras.

Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.

The Old Man and the Sea de Ernest Hemingway.

La odisea de Homero.

Libros que instruyen:

La Biblia.

Y la ñapa:

Paradiso de José Lezama Lima.