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Actualizado: 25/04/2024 19:17

Cine, Arte 7

Americana

Hell or High Water es un filme menor, de bajo presupuesto, pero bien hecho y diferente a la usual oferta veraniega, hecho con sarcasmo e inteligencia

El título es un anglicismo. Se refiere a una pieza, un espectáculo, una obra de arte o cualquier otra cosa que tipifique la idiosincrasia americana. El Western es un género que clasificaría en la categoría de americana.

Hell or High Water es un Western que ocurre en los tiempos presentes. Es un filme que todos pueden entender, pero lo entienden mejor los que viven en Estados Unidos y conocen la América Profunda, o simplemente los que conocen bien esa América Profunda. Como dato curioso esta pieza de americana fue dirigida por un inglés.

Tanner y Toby son los hermanos Howard. Desde el principio del filme los vemos robando pequeños bancos en el agreste oeste de Texas. Solamente se llevan billetes de pequeñas denominaciones. Tienen un plan que se nos va revelando a medida que transcurre la película. Tanner acaba de salir de la cárcel, es impulsivo y proclive a la violencia. Toby es el más calmado y también el más taimado.

De la investigación se encarga Marcus Hamilton, un policía a unas semanas de retirarse, quien siempre anda acompañado de su carnal Alberto Parker, un hombre de herencia mejicana y comanche. Marcus y Alberto se pasan la película intercambiando insultos raciales. Marcus es el tipo aparentemente provinciano, al cual ya nada le importa, pero que está dotado de una tremenda inteligencia práctica y está además ungido de un tesón inextinguible.

Tanner confunde audacia con idiotez y Marcus pasa sabiduría popular por sagacidad. El filme se desarrolla hasta llegar el encuentro entre estas dos parejas. Lo sabemos, es previsible, pero mantiene nuestro interés. El filme se toma su tiempo, su paso es tan relajado y estéril como las praderas tejanas en las cuales tiene lugar. Trama, ambiente y caracterización se distribuyen el tiempo narrativo casi a partes iguales.

Hay un pequeño problema con el casting en Hollywood. Cuando ciertos actores son escogidos para protagonizar un personaje, ya eso nos da un indicio de a dónde van a parar las cosas y traiciona el espíritu artístico del director y del guionista. Ben Foster (The Mechanic, Lone Survivor, The Program) nos tiene acostumbrados a ese tipo de personajes impulsivos que van camino al desastre irremediablemente y eso es mucho el personaje de Tanner que interpreta. La presencia de Foster como actor nos hace presagiar un final ominoso para el personaje. Su actuación es muy buena, el problema es el casting.

Jeff Bridges es probablemente el más subestimado entre todos los actores americanos. Le costó tiempo hacerse reconocible y ganarse un Oscar, a pesar de provenir de realeza hollywoodense (su padre es Lloyd Bridges, su madre es Dorothy Dean Bridges y su hermano Beau Bridges, todos actores consumados). Empezó temprano y ha protagonizado casi decenas de roles memorables en filmes como The Last Picture Show, Fat City, Bad Company, Hearts of the West, Jagged Edge, Against All Odds, Cutter’s Way y tantas otras, pero va a quedar para la historia por su legendario personaje de El Dude, en The Great Lebowski. Hay algo de El Dude en su Marcus Hamilton. También hay algo del sheriff Ed Tom Bell que interpreta Tommy Lee Jones en No Country for Old Men, no por gusto ambos personajes son creaciones de los hermanos Coen. Bridges, como siempre, interpreta su rol con facilidad y con una especie de cotidianidad artística. Parece no esforzarse en su creación. Es magnífico.

Chris Pine (Star Trek, Into the Woods, Jack Ryan:Shadow Recruit), está mucho más contenido que en sus papeles anteriores, pero responde un poco también a lo que se espera de sus personajes. El tipo flemático, ambiguo y capaz de pasar de una bonachonería introspectiva a una violencia sugerida que da miedo, el clásico lobo disfrazado de cordero. El veterano Gil Birmingham (Le Jaguar, The Twilight Saga,The Lone Range) interpreta a Alberto Parker con la mesura requerida.

David Mackenzie, el director inglés de Young Adam, Perfect Sense y Starred Up, se ajusta muy bien al género y aprovecha su ojo caracterizador, que exhibió en Young Adam, para delinear a sus personajes con una oscuridad agresiva y creíble. Se apoya en el guión de Taylor Sheridan, (Sicario), para darle el toque de thriller fronterizo que se incorpora al elemento de Western. Ambos parecen también haberse influenciado por Lone Star, de John Sayles, para construir a los personajes y su entorno.

La fotografía de Giles Nuttgens, quien ya había trabajado con Mackenzie en Young Adam y Perfect Sense, recoge visualmente lo agreste y a la vez pausado del entorno, que ayuda a crear la expectativa del thriller. Escoge la iluminación perfecta para dibujar las praderas petroleras del oeste de Texas.

Hell or High Water es un filme menor, de bajo presupuesto, pero bien hecho y diferente a la usual oferta veraniega, hecho con sarcasmo e inteligencia. No hay que correr a verla, pero vale la pena.

Hell or High Water (EEUU, 2016). Dirección: David Mackenzie. Guion: Taylor Sheridan. Director de fotografía; Giles Nuttgens. Con: Jeff Bridges, Ben Foster, Chris Pine, Gil Birmingham y Dale Dickey. De estreno limitado en todas las ciudades grandes de Estados Unidos.

© cubaencuentro

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