El gobierno de Morales dice que garantizará la continuidad en el cargo del prefecto de Cochabamba
El prefecto opositor Manfred Reyes Villa está refugiado en la ciudad de Santa Cruz porque teme por su integridad física.
El gobierno de Evo Morales dijo este lunes que garantizará la continuidad en el cargo del gobernador de Cochabamba, el opositor Manfred Reyes Villa, refugiado en otra provincia, y cuya renuncia exigen organizaciones de campesinos y cocaleros, informó la AFP.
"Vamos a preservar la continuidad constitucional del gobierno prefectural, porque acá debe preservarse el Estado de derecho", dijo el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.
Quintana pidió a Reyes Villa, que se niega a retornar a Cochabamba, temeroso por su integridad física, que se siente a negociar "con los movimientos sociales".
"El prefecto es el resultado de los votos. No existe ninguna razón para que ningún otro mecanismo prescinda de este mandato", insistió Quintana, luego de asegurar que "el gobierno no le ha pedido al prefecto (gobernador) que renuncie".
Reyes Villa ha dicho estar dispuesto a dialogar, pero en la casa del cardenal boliviano Julio Terrazas, en la ciudad de Santa Cruz, a 500km de Cochabamba, donde se halla refugiado desde el viernes último.
El prefecto está a favor de la implantación de un régimen autonómico en el departamento que gobierna, lo que levantó las protestas de los seguidores de Evo Morales.
Según EFE, el sábado por la noche se produjo una reunión entre los opositores a Reyes Villa y el presidente Morales, quien también es líder de la Federación de Trabajadores Cocaleros del Chapare, la principal organización de productores de coca de Bolivia.
El diario La Razón reportó que el dirigente cocalero Jorge Ledezma anunció que las organizaciones sociales presionarían al prefecto con un cerco a la capital del departamento.
El domingo varios miles de campesinos productores de coca volvieron a ocupar la Plaza de Armas de Cochabamba y las calles adyacentes para exigir la renuncia de Reyes Villa.
En dos grupos, que sumaron unos 8.000 manifestantes, los cocaleros salieron desde su sede en la ciudad y se dirigieron a la Plaza 14 de Septiembre, frente a un centenar de policías y soldados del Ejército que custodian el edificio de la Prefectura (Gobernación) de Cochabamba.
Ante el primer grupo, de un millar de personas, los agentes del orden buscaron que los agricultores permitieran el paso de vehículos, pero la llegada del segundo bloque, que copó tanto la plaza como las esquinas aledañas, frustró el intento.
Los campesinos bloquearon el paso a los vehículos, como ha sucedido en la última semana, aunque esta vez de manera pacífica, sin enfrentarse a las fuerzas de seguridad.
En su marcha, los cocaleros lanzaron críticas al prefecto cochabambino, le exigieron su dimisión y le advirtieron con castigarlo según las costumbres de las comunidades indígenas.
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