Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Bolivia

Evo Morales intenta aplacar demandas contra su administración en varios frentes

El gobierno militarizó campos petroleros que suministran gas a Argentina, para evitar interrupciones debido a las protestas.

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El presidente boliviano, Evo Morales, negociaba el miércoles los reclamos de dos regiones de Bolivia en huelga por atención oficial, mientras buscaba acercarse a un sindicato de maestros que amenaza paralizar las clases en todo el país, apenas unas horas después de alcanzar un acuerdo con el gremio de transportistas, informó la AFP.

Morales, que el martes logró frenar una huelga del transporte, que paralizó tres de las nueves ciudades principales bolivianas, intentaba desbaratar una huelga de hambre de dirigentes civiles de la región sudeste de Chuquisaca, en demanda de mayor atención oficial.

El gobernante, que reunió a su gabinete desde las 5:00 de la mañana, perfiló un decreto para la construcción inmediata de un aeropuerto en la ciudad de Sucre, capital de Chuquisaca, y también para la dotación de agua potable a zonas campesinas de esa región subandina de Bolivia.

Además, envió a su viceministro de Transportes, Walter Valda, a dialogar con los huelguistas, entre ellos la alcaldesa de Sucre, Aydee Nava, que exige presupuesto para la construcción de caminos y obras sanitarias.

"Hay respuestas para todas las demandas de la región" que alberga a la Asamblea Constituyente, instalada el 6 de agosto pasado y por medio de la cual el gobierno pretende refundar el país, afirmó Valda.

La administración de Morales, que sale de sofocar una honda crisis política tras destituir a duras penas a su correligionario y titular de la compañía estatal de petróleos, Jorge Alvarado, acusado de corrupción, conjuró finalmente una huelga en el sureño departamento de Tarija, convocada por una organización cívica de esa región en solidaridad con pobladores de la frontera con Argentina, que se vieron afectados por medidas restrictivas al comercio adoptadas por Buenos Aires.

"Prácticamente hemos llegado a un acuerdo" con los manifestantes, conocidos como 'bagalleros' (dedicados al trasiego de mercancías de una frontera a la otra), reseñó el cónsul boliviano en la población argentina de Salvador Mazza, Rubén Espinoza.

"Lo de San José de Pocitos y Yacuiba ya está resuelto desde el punto de vista del gobierno (de Evo Morales) en base a un acto de entendimiento suscrito con los pobladores", dijo el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada, quien se refirió a un plan oficial para facilitar las actividades de los comerciantes.

El "paro de emergencia" fue convocado porque "no podemos permitir que por actitudes torpes y abusivas vayan a dejar en estado de inanición a esos pueblos y que desaparezcan", explicó el presidente del comité cívico de Tarija, Francisco Navajas, opuesto a Morales.

La agencia AP informó el gobierno boliviano ordenó la militarización de los campos petroleros en Yacuiba, para evitar una nueva interrupción en el suministro de gas a Argentina.

Vecinos de esa ciudad, en la frontera con Argentina, tomaron el lunes una estación de bombeo operado por Transredes, en la que la anglo-holandesa Shell tiene una participación importante, y durante 12 horas interrumpieron el suministro de gas en protesta contra nuevas medidas aduaneras en el vecino país.

"Militares y policías resguardan las instalaciones petroleras desde el martes por seguridad", dijo a la AP el presidente del Comité Cívico de Yacuiba, Gualberto Durán. Otros campos petroleros en la zona también fueron puestos bajo resguardo militar.

La escaramuza más dura del gobernante gobernante era librada con el combativo sindicato de maestros, de orientación trotskista, que en demanda de un nuevo congreso para la educación y la renuncia o destitución del ministro del área, Félix Patzi, mantenía paralizadas las clases por segundo día consecutivo en el sector público boliviano.

La medida de fuerza, que comenzó el martes en las ciudades de La Paz y El Alto, se extendió este miércoles a la ciudad oriental de Santa Cruz, la más poblada del país.

El ministro de Trabajo, Santiago Gálvez, aseguró que el gobierno "descontará los días no trabajados" de los salarios de los huelguistas, que intentaban masificar su presión con la apertura de un piquete de ayuno voluntario en la sede de la matriz sindical Central Obrera en La Paz.

Pese a las redobladas gestiones de Morales por controlar la explosión de protestas contra su administración, pobladores de la localidad de Yapacaní, en el departamento oriental de Santa Cruz, cerraron un punto neurálgico de la principal carretera boliviana, en demanda a la Prefectura (gobernación) local del desembolso de regalías.

El gobierno central en La Paz ofreció al prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, una mediación para conjurar la situación, que mantenía varados decenas de vehículos en ese punto.