Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Brasil

La violencia y la corrupción podrían ser el talón de Aquiles del segundo mandato de Lula

Analistas creen que los principales desafíos del presidente serán lograr una tasa de crecimiento mayor, aumentar la productividad y estimular la inversión.

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El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, comienza esta semana su segundo mandato, en el que los analistas consideran que tendrá como desafío hacer crecer la economía, y a la violencia y la corrupción como posible talón de Aquiles.

Lula, de 61 años, tomó juramento el lunes en el Congreso para una segunda presidencia de cuatro años, y prometió un gobierno "popular", mantener la disciplina fiscal de las cuentas públicas y dedicarse especialmente a los más pobres, informó la AP.

De ahí que su primer acto, este martes, fuera conmemorar que uno de sus programas sociales —llamado Luz Para Todos y que busca llevar la electricidad a remotas y empobrecidas zonas del país— ya atendió a cinco millones de personas.

El presidente "tendrá días difíciles en lograr una tasa de crecimiento mayor, aumentar la productividad y estimular la inversión, a menos que aplique una política de reformas", dijo a la AP Michael Shifter, analista de Diálogo Interamericano.

Pero, agregó, "cualquier nueva revelación sobre corrupción en su Partido (de los Trabajadores, PT), ya seriamente herido, no hará más fácil ese desafío".

"El deterioro de la situación de la seguridad en las ciudades brasileñas y la corrupción política pueden ser el talón de Aquiles del segundo mandato de Lula", dijo Shifter refiriéndose a episodios como la ola de atentados de bandas de narcotraficantes en Río de Janeiro, la semana pasada, que dejó 19 muertos.

La violencia en Río recordó la cadena de atentados ocurrida en Sao Paulo en mayo de 2006, cuando en una semana ataques de bandas criminales y la reacción policial provocaron la muerte de al menos 200 personas.

Esas andanadas de criminalidad se vieron mezcladas con sucesivos escándalos en los que miembros del PT —algunos de ellos cercanos colaboradores de Lula— fueron denunciados por irregularidades como usar dinero de oscura procedencia en intentos de sobornar a aliados políticos en el Congreso, o de usar el poder político para ocultar fiestas con prostitutas en lujosas mansiones del sur de Brasilia o violar la reserva bancaria de testigos en investigaciones.

"Los desafíos se concentran en la necesidad de producir y distribuir riqueza de forma consistente, además de combatir el crimen organizado", indicó por su parte Eliane Cantanhede en su columna de este martes en el diario Folha de S. Paulo. "Crecer y estancar la guerra urbana son dos desafíos de vida o de muerte", añadió.

En su primer gobierno, que comenzó en enero de 2003, Lula consiguió "algunos progresos... pero estos necesitan ser acelerados", indicó por su parte Mark Weisbrot, analista del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas, en Washington.

"Toda la retórica económica en los últimos años se centró en la desigualdad y no se reconocía que había un problema de crecimiento económico. Pero, como se sabe, es muy difícil sino políticamente imposible hacer algo sobre la desigualdad, u otros problemas sociales de los que Lula habla, sin un crecimiento económico más rápido", agregó Weisbrot.

En su discurso el lunes ante el Congreso, Lula dijo que las tres palabras que marcarían su segundo gobierno (2007-2011) serían "acelerar", "crecer" e "incluir", y que a lo largo de este mes anunciaría un paquete de medidas económicas para "destrabar" a Brasil, aunque no dio detalles.

Al hablar más tarde el lunes ante unas 10.000 personas congregadas frente al palacio de gobierno, dijo que "aquellos que apuesten en el fracaso de Brasil, serán derrotados".

"Aquellos que crean que este país nació para ser un país de crecimiento pequeño, para ser un país de eterno crecimiento pequeño, pueden comenzar a prepararse para un crecimiento vigoroso", afirmó Lula.