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Miles de nicaragüenses marchan contra el pacto liberal-sandinista
Miles de nicaragüenses participaron el jueves en la denominada "Gran Marcha por Nicaragua", en protesta contra la alianza entre sandinistas y liberales que acosa al gobierno del presidente Enrique Bolaños, informó la AP.
Según la BBC, esta fue probablemente una de las más multitudinarias manifestaciones celebradas en Nicaragua durante los últimos años, y coincidió con el inicio de la visita de una delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA), que intentará mediar en el creciente conflicto entre Bolaños y el resto de poderes del Estado.
Los líderes de la protesta calcularon en unos 40.000 el número de participantes en la marcha, que no fue a favor del gobierno ni estuvo lideraba por algún partido político en particular.
De acuerdo con sus organizadores, la manifestación fue "por la democracia y en contra del pacto entre los caudillos, el fraude y la corrupción".
La policía dijo que hubo 12.000 participantes e informó que arrestó a 35 estudiantes, supuestos simpatizantes sandinistas, que transportaban lanzapetardos para reforzar a otros compañeros que se enfrentaban a los agentes en un intento de obstruir la manifestación. No hubo lesionados.
En la marcha participaron líderes disidentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), organizaciones cívicas, sindicatos independientes y representantes del Consejo Superior de la Empresa Privada.
El disidente sandinista Herty Lewites dijo que la marcha es "el inicio de una gran protesta contra (el líder del FSLN) Daniel Ortega y (el encarcelado ex presidente) Arnoldo Alemán, que tienen secuestrada a Nicaragua".
"Este es inicio del fin de la dictadura bicéfala", dijo Lewites, quien aspiraba a la candidatura presidencial del FSLN y fue expulsado por el partido, que nombró candidato a Ortega por cuarta vez consecutiva.
Por su parte, el disidente del PLC Eduardo Montealegre dijo que el secretario de la OEA, José Miguel Insulza, quien llegó a Nicaragua el miércoles, "debe darse cuenta de la oposición que existe en Nicaragua contra la descarada dictadura de Ortega y Alemán".
El principal punto de desencuentro tiene que ver con una serie de reformas constitucionales aprobadas por el parlamento en enero y que recortan drásticamente las competencias del presidente y el poder ejecutivo para transferirlos a la Asamblea Nacional.
Las reformas han sido denunciadas por los partidarios del presidente como la última manifestación del pacto político con el que Ortega y Alemán intentan crear las condiciones para mantener su hegemonía aún después de las elecciones de 2006.
Amparados por un fallo de la Corte Centroamericana de Justicia, Bolaños y su equipo sostienen que los cambios a la Constitución son ilegales y equivalen a un rompimiento del orden democrático en Nicaragua.
Sin embargo, las reformas cuentan con el aval de la Corte Suprema de Justicia nicaragüense, y el Parlamento está intentando proceder a su implementación.
El líder del partido Resistencia Nicaragüense y ex "contra" Salvador Talavera afirmó que la marcha de este jueves no fue a favor del gobierno, "sino a favor de la democracia".
Por su parte, Bolaños pidió al secretario general de la OEA que contribuya a establecer un "diálogo nacional" para desmontar la grave crisis que afronta el país.
"Es importante que esta misión que vino contribuya a un diálogo nacional amplio, a fin de encontrar soluciones democráticas a los problemas existentes, pero con estricto apego al principio de independencia y separación de los poderes" del Estado, declaró Bolaños, al concluir una reunión con Insulza en la Casa Presidencial.
El mandatario dijo que el diálogo debe incluir a diferentes sectores, y no sólo a sus adversarios del Frente Sandinista y del Partido Liberal Constitucionalista, con quienes se ha negado a seguir conversando.
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