Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Nicaragua

Ortega se niega a destruir más misiles Sam-7

El presidente nicaragüense alega la supuesta fortaleza militar de sus vecinos centroamericanos Honduras y Costa Rica.

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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dijo este lunes que su gobierno no destruirá los misiles Sam-7 que aún posee, alegando la supuesta fortaleza militar de vecinos centroamericanos como Honduras o Costa Rica, informó la AFP.

El presidente nicaragüense justificó su negativa a destruir los misiles afirmando que Honduras compra aviones de guerra a Estados Unidos y su aviación "es de carácter ofensivo"; mientras que Costa Rica posee "una fuerza muy poderosa, que le llaman Guardia Civil", que cuenta con "un gran presupuesto, con muchos recursos, mucho armamento".

Aunque las autoridades hondureñas no habían reaccionado a las declaraciones de Ortega, la embajada de Estados Unidos en Nicaragua llamó a Managua a continuar "en el camino ya establecido de desarme y destrucción de todos los misiles Sam-7", al mismo tiempo que salió en defensa de Honduras.

"Honduras, como país autónomo y soberano, no necesita 'aprobación' de otro gobierno para renovar su flota aérea. Adicionalmente, el gobierno de los Estados Unidos no está entregando ninguna aeronave de guerra a Honduras", precisó la embajada en una nota de prensa.

El presidente costarricense, Oscar Arias, no hizo esperar su reacción y señaló a la prensa de este lunes: "No tiene sentido confundir una policía civilista para la protección de nuestra ciudadanía con un ejército militar".

Ortega dejó clara el viernes su posición de no continuar la destrucción de los cohetes antiaéreos luego de que el tema fuera incluido en la agenda del Congreso, donde podría ser sometido a debate esta semana.

"Nicaragua es el país que más ha venido desarmándose en la región centroamericana, dentro de lo que se ha conocido como el balance razonable de fuerzas" acordado en los acuerdos de paz de Esquipulas (Guatemala) en 1987, dijo.

Un total de 1.000 cohetes Sam-7 fueron destruidos por el gobierno del ex presidente Enrique Bolaños en 2005 a pedido de Estados Unidos y otros 1.051 están en los depósitos del Ejército y su destrucción depende de la autorización del Congreso.

Ortega afirmó que "ya no tiene sentido" la solicitud que el anterior presidente Bolaños hizo al Congreso para la destrucción de otros 600 misiles. El nuevo presidente "no ha mandado a pedir que se destruyan", indicó.

El presidente sandinista acusó a Bolaños de haber violado la Constitución por ordenar durante su gobierno la destrucción de 1.000 de los 2.000 misiles que el país recibió en la década de los ochenta de la Unión Soviética, informó la AP.

Ceder los cohetes "de manera unilateral es atentar contra la soberanía y la integridad de la nación" ante el hecho de que otros países de Centroamérica "tienen fuerzas ofensivas" y porque los misiles "son para la seguridad del país ante una agresión", dijo Ortega.

Los legisladores de oposición, que son mayoría en el Congreso, se han comprometido a aceptar la petición de Bolaños. Ortega dijo que los legisladores "no se han dado cuenta que eso es humillante y vergonzoso".

"Hay unos que piensan que si hay una exigencia de parte de una potencia, los Estados Unidos, hay que correr a cumplirla y se van de rodillas", dijo.

La cancillería de Managua afirmó en un comunicado que el Estado de Nicaragua, "autónomo y soberano, no necesita aprobación de otro Estado" para determinar "los medios apropiados para la defensa y resguardo de su soberanía".

"Ningún Estado puede esgrimir razón alguna para exigir de Nicaragua la destrucción unilateral de su armamento, vital e indispensable para la defensa de su soberanía", afirmó.