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Dalai Lama, China

Pekín prohíbe la reencarnación del Dalai Lama

Un decreto de la Administración Estatal para Asuntos Religiosos ha establecido que el 'llamado Buda viviente reencarnado es ilegal e inválido sin la aprobación gubernamental'.

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El gobierno chino ha prohibido nuevas reencarnaciones de Buda, personificado en el Dalai Lama, actualmente exiliado en India, informó el diario español El País.

Un decreto la Administración Estatal china para Asuntos Religiosos ha establecido al maestro y líder espiritual no le sucederá tibetano alguno.

China ocupa militarmente el Tíbet desde finales de los años cincuenta.

El "llamado Buda viviente reencarnado es ilegal e inválido sin la aprobación gubernamental", afirmó la singular directiva, que incluye nuevas reglas para remarcar la autoridad china sobre el país himalayo.

El decreto, que entrará en vigor a partir del primero de septiembre, busca limitar la enorme influencia del Dalai Lama y bloquear su sucesión.

La prohibición alcanza no sólo al Dalai sino a todos los lamas, o sabios reencarnados, llamados tulkus. Bastante numerosos en Tíbet, a menudo lideran comunidades religiosas y supervisan la formación de los monjes. Esto les da una enorme influencia en la vida religiosa del Himalaya.

El actual Dalai Lama tiene 72 años y vive en el exilio desde la invasión china. La popularidad de su figura le ha situado como portavoz de la lucha contra la ocupación china. Pekín busca ahora prevenir que su sucesor, un dios de carne y hueso para los tibetanos, tenga también esa misma proyección.

La segunda figura clave en este sistema es el llamado Panchén Lama, el encargado de reconocer al Dalai Lama reencarnado en un niño.

En 1995, el actual Dalai Lama anunció el hallazgo de la reencarnación del nuevo Panchén Lama. Era un niño nacido en 1989 en el seno de una familia pobre. Días después, el monasterio donde se hallaba fue tomado por la policía china. Desde esa fecha se desconoce el destino y lugar de detención del niño, considerado el preso político más joven del mundo.

Nadie fuera de Tíbet puede tomar parte del proceso de búsqueda y reconocimiento del nuevo Buda viviente, excluyendo al Dalai Lama, quien por tradición puede jugar un rol importante en su sucesión.

Los budistas tibetanos consideran que los Dalai Lamas son emanaciones de una de las formas de Buda y que, tras su muerte, tarda cuarenta y nueve días, por lo menos, para reencarnarse en un niño. Este suele dar desde su nacimiento señales de su carácter especial según la creencia tibetana.

En 1996, las autoridades chinas designaron al hijo de un miembro del Partido Comunista como nuevo Panchén Lama. Pero sin un Panchén legítimo, el budismo tibetano no tiene forma de designar al futuro Dalai Lama.