Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Corea del Norte

Pyongyang amenaza con golpear 'sin piedad' a quienes le apliquen las sanciones de la ONU

El gobierno norcoreano consideró una 'declaración de guerra' la resolución del Consejo de Seguridad contra su ensayo nuclear.

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Corea del Norte calificó de "declaración de guerra" la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra su ensayo nuclear y dijo que golpeará "sin piedad" a quien intente aplicar las sanciones, informó EFE.

En un comunicado difundido por la oficialista Agencia Central de Noticias norcoreana (KCNA), el Ministerio de Asuntos Exteriores afirmó que Pyongyang quiere la paz, pero "no teme la guerra" y está preparada para una confrontación con Estados Unidos.

"Corea del Norte no cedió en el pasado cuando no poseía armas nucleares. Ahora que las posee no se va a doblegar ante cualquier presión y amenaza", agregó el gobierno norcoreano.

La declaración aparece cuando aumentan los rumores sobre la posibilidad de una nueva prueba nuclear, tras la efectuada el pasado 9 de octubre.

En referencia a la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad el sábado, Pyongyang dijo que "si alguien intenta dañar la soberanía y derecho a la existencia de la República Democrática Popular de Corea, incluso aunque actúe en el marco de la resolución de la ONU, recibirá como respuesta golpes sin piedad mediante las acciones más fuertes".

La resolución fue aprobada a partir de un borrador presentado por Washington y revisado varias veces.

"No es preciso añadir que la resolución de la ONU sólo puede ser entendida como una declaración de guerra a la República Democrática Popular de Corea, puesto que está instigada por un guión de Estados Unidos destinado a destruir el sistema socialista" norcoreano, agregó el comunicado.

"El test nuclear de Corea del Norte es un gran acontecimiento que contribuye notablemente a defender la paz y la estabilidad, no sólo en la península coreana, sino también en el nordeste de Asia, pues es un poderoso elemento de disuasión contra el chantaje y la amenaza de Estados Unidos, y frustra su intento de desatar una nueva guerra", dijo Pyongyang.

"Estados Unidos debería ser mejor aconsejado para no calcular mal lo que puede hacer Corea del Norte", añadió.

La resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU exige al régimen norcoreano la suspensión inmediata de sus actividades nucleares y prohíbe la venta o transferencia a Pyongyang de cualquier tipo de material relacionado con armas "no convencionales".

También establece el bloqueo aéreo, la prohibición de vender artículos de lujo a Corea del Norte y el embargo de las cuentas en el extranjero de los dignatarios norcoreanos.

En el documento se exige a Pyongyang que reanude sin condiciones las conversaciones con Corea del Sur, China, Rusia, Estados Unidos y Japón sobre su programa atómico y se le insta a que acate de inmediato el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.

Las airadas reacciones norcoreanas a la resolución se produce en medio de una ofensiva diplomática de Estados Unidos en Asia para tratar de aunar posiciones a la hora de aplicar las sanciones.

El enviado especial de Estados Unidos para la península de Corea, Christopher Hill, reclamó este martes en Seúl un frente unido para que Corea del Norte pague "un alto precio" por su ensayo nuclear.

"Necesitamos trabajar muy duro para que nuestros socios y aliados apliquen la resolución del Consejo de Seguridad" de la ONU, dijo a la prensa el secretario de Estado adjunto al llegar al aeropuerto de Internacional Incheon, en las cercanías de Seúl.

Hill precede a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, quien el jueves se reunirá en Seúl con los ministros de Exteriores japonés, Taro Aso, y surcoreano, Ban Ki-moon, nuevo secretario general de la ONU que sucederá en ese puesto a Kofi Annan el 1 de enero próximo.

A primera hora de este martes, Aso afirmaba que tenía información de Estados Unidos sobre movimientos sospechosos de Corea del Norte encaminados, en apariencia, a la realización de un nuevo ensayo atómico.

Esas informaciones provenían de los servicios secretos de Estados Unidos, cuyos satélites, informaron las cadenas de televisión norteamericanas NBC News y ABC, detectaron movimientos inusuales de vehículos y personas en la zona donde se realizó la primera prueba nuclear la semana pasada.