Los Balcanes

Milosevic no descansará en paz

El ex presidente de Yugoslavia, acusado de crímenes contra la humanidad, muere sin responder por más de 100.000 víctimas.

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La secesión

Pronto estuvo claro que Milosevic no era un líder capaz de mantener unida a la multiétnica Yugoslavia, integrada en esa época por croatas, bosnios, eslovenos y albaneses. En 1991, Eslovenia y Croacia declararon su independencia de la Federación y, más tarde, Bosnia-Herzegovina siguió sus pasos. En 1992, la Federación fundada por Josip Broz Tito desapareció y sólo Montenegro no se separó.

Especialistas como Stan Markotic afirman que "al no poder secuestrar a Yugoslavia", Milosevic decidió destruirla. Entonces lanzó su segunda y más terrible consigna: "la limpieza étnica".

En ese momento, el Ejército yugoslavo, dominado por los serbios, lanzó una ofensiva contra Croacia y Eslovenia. No pudo entrar en la segunda, pero en Croacia comenzó las masacres de croatas a manos de serbios. Aquí fue crucial el papel de Belgrado, donde Milosevic era el jefe.

Esto demuestra que los primeros años de Milosevic estuvieron marcados por su apoyo a los "señores de la guerra" en Croacia, Bosnia y Serbia. Pero, según Markotic, la historia ha demostrado que Milosevic no estaba interesado ni en construir "la Gran Serbia", ni en el "bienestar de Serbia", sino en mantener su poder a toda costa.

Cuando su supervivencia se vio amenazada por las sanciones impuestas contra la ex Yugoslavia por Occidente, debido a las masacres, y su prestigio descendió a nivel internacional, se dio vuelta a la chaqueta, buscó una agencia en Londres para mejorar su imagen pública y abandonó a sus antiguos aliados, redefiniéndose a sí mismo como "firme baluarte de la paz".

A partir de ese momento, Milosevic se las arregló para presentarse ante Occidente como "el socio necesario" y transformarse de carnicero en pacifista; la prensa bajo su control logró convencer al pueblo serbio de que el Acuerdo de Paz de Dayton era "una gran victoria" de Milosevic.

Un estudio publicado por el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Belgrado afirma que "en un país donde la prensa está absolutamente controlada por el Estado, no es difícil comprender por qué mucha gente apoya a Milosevic". El texto revela que el 58% de la gente en aquel momento prefería mantener su puesto de trabajo —aunque la paga fuera mediocre—, que afrontar un cambio donde le esperaba la inseguridad.

El mismo pueblo serbio que le apoyó en 1992 en su campaña de "limpieza étnica" con las armas en la mano, más tarde le apoyó "porque era el político que les trajo la paz". Mientras tanto, Milosevic aprovechaba el momento para alcanzar "respetabilidad internacional" y aumentar su control sobre lo que quedaba de Yugoslavia.

Golpe maestro

Milosevic aprovechó ese momento para acrecentar su control sobre la prensa y sobre el partido gobernante, el Partido Socialista de Serbia, de corte comunista. Durante un congreso en 1996, "lo limpió" de nacionalistas, o sea, se deshizo de la gente que le había apoyado en su política anterior. Con este "golpe" no sólo cambió a aquellos que le recordaban su pasado "nacional extremista", sino a las figuras que podrían reemplazarle.

De este modo, al frente de las posiciones políticas importantes en Belgrado quedó gente sin influencia. Milosevic dio más protagonismo a su esposa Mirjana Markovic, quien dirigía un partido de corte comunista, llamado Izquierda Unida, y tomó el control de los negocios privados.