Birmania

Tibia repulsa internacional

Mientras Naciones Unidas evita 'mojarse', la Junta continúa con las detenciones y paga a manifestantes progubernamentales.

Comentarios Enviar Imprimir

Cuando un régimen militar tiene que mandar a la cárcel a generales, oficiales y soldados que se han negado a disparar y aplastar una manifestación gubernamental, el hecho representa un síntoma de descomposición interna. Es lo sucedido en Myanmar (Birmania), después de las impresionantes manifestaciones de centenares de miles de personas, encabezadas por los monjes budistas.

Las noticias de lo que en realidad sucede en el interior de Birmania llegan a cuentagotas y seguramente tendrá que pasar algún tiempo antes de que se conozcan los verdaderos resultados de la ola represiva. Lo cierto es que la cifra oficial de muertos (16) no convence a nadie, ni siquiera al enviado especial de la ONU, el diplomático nigeriano Ibrahim Gambari, quien se prepara para realizar una segunda visita a ese país asiático. Muchos de los cadáveres fueron recogidos de inmediato, con una eficiencia digna de mejores causas, y después incinerados. Estos episodios dejarán una larga lista de "desaparecidos".

Claro que no será posible que en un futuro inmediato se reproduzcan las protestas contra el régimen y se repita el clamor por la democracia en las calles de Yangón (antes llamada Rangún).

Millares de monjes han sido desalojados de los monasterios y enviados a lugares remotos del interior de Birmania. Antes, muchos de ellos permanecieron detenidos en el Instituto Técnico Gubernamental, donde los golpearon y encerraron en un local, sin agua para beber ni para realizar sus necesidades fisiológicas. Les retiraron los hábitos y, los militares más crueles, o quienes trataban de congraciarse con el Alto Mando, les gritaban que ya no eran monjes, sino simples hombres con las cabezas rapadas.

Escenarios

Para el pueblo birmano, las esperanzas se pueden vislumbrar ahora en dos escenarios:

a) Hay descontento entre los jóvenes oficiales del ejército, que no comparten decisiones tan drásticas contra los monjes y la población. Hasta las personas que son identificadas ahora en los vídeos, aplaudiendo el paso de las manifestaciones, son detenidas en redadas de madrugada. Que existen fracturas entre los mandos militares a nivel inferior, resultó también evidente cuando a una de las manifestaciones le fue permitido que pasara frente a la casa de Aung San Suu Kyi. Durante varios años, los militares cortaron todos los accesos a la casa de la Premio Nobel de la Paz, en prisión domiciliaria, sin teléfono, y que muy raramente recibe algún visitante.

b) El otro factor que favorece la lucha de los birmanos es que no existen dudas acerca de que Aung San Suu Kyi aglutina a su alrededor el movimiento de la oposición. Cualquier eventual negociación con el régimen militar debe contar con su participación, para que sea legítima y duradera. Esto puede facilitar la tarea de Gambari y no se puede descartar que el general Than Shwe acepte el diálogo con la líder opositora, aunque en un inicio pueda pensarse que lo hace como simple táctica dilatoria.

Ya el régimen militar nombró como mediador al general Aung Kyi. Oficialmente, este general es viceministro de Trabajo. Antes había sido utilizado para negociaciones complicadas en el sector laboral.

Según Nyan Win, portavoz del partido Liga Nacional para la Democracia, que encabeza Aung San Suu Kyi, el nombramiento de este viceministro "podría representar que hay un sentido más pragmático" por parte de la Junta Militar.

Sin embargo, las condiciones impuestas por el general Than Shwe para iniciar el diálogo han resultado inaceptables para la oposición. El jefe de la Junta exige que Aung San Suu Kyi debe abandonar "la confrontación", renunciar a "medidas de obstrucción" y hasta pedir a la comunidad internacional que no condene o establezca sanciones contra la Junta Militar.

El propio Nyan Win reconoció que se le pide a la líder de la oposición "que confiese los delitos que no ha cometido". Pero, en política, todas las negociaciones o diálogos comienzan desde posiciones extremas, y este caso no es una excepción. Además, el general Than Shwe necesita más que nunca proyectarse como el hombre fuerte e inflexible de la Junta Militar.


« Anterior12Siguiente »

Los comentarios son responsabilidad de quienes los envían. Con el fin de garantizar la calidad de los debates, Cubaencuentro se reserva el derecho a rechazar o eliminar la publicación de comentarios:

  • Que contengan llamados a la violencia.
  • Difamatorios, irrespetuosos, insultantes u obscenos.
  • Referentes a la vida privada de las personas.
  • Discriminatorios hacia cualquier creencia religiosa, raza u orientación sexual.
  • Excesivamente largos.
  • Ajenos al tema de discusión.
  • Que impliquen un intento de suplantación de identidad.
  • Que contengan material escrito por terceros sin el consentimiento de éstos.
  • Que contengan publicidad.

Cubaencuentro no puede mantener correspondencia sobre comentarios rechazados o eliminados debido a lo limitado de su personal.

Los comentarios de usuarios que validen su cuenta de Disqus o que usen una cuenta de Facebook, Twitter o Google para autenticarse, no serán pre-moderados.

Aquí (https://help.disqus.com/customer/portal/articles/960202-verifying-your-disqus-account) puede ver instrucciones para validar su cuenta de Disqus y aquí (https://disqus.com/forgot/) puede recuperar su cuenta de un registro anterior.