Brasil se alista para contienda entre Lula y Bolsonaro

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el actual mandatario del país, Jair Bolsonaro, dispararon el miércoles un virtual pistoletazo de salida anticipado en las elecciones de 2022, que estarán dominadas por la pandemia, una economía débil y una profunda polarización política, informa la agencia Reuters.

En sus primeros comentarios públicos desde que un juez de la Corte Suprema anuló sus condenas por corrupción el lunes, Lula dijo que no había decidido si presentarse a las elecciones del próximo año.

Pero su largo y apasionado discurso, pronunciado bajo una pancarta que proclamaba “Salud, empleo y justicia para Brasil” en el sindicato donde despegó su carrera política en la década de 1980, tuvo la sensación de un lanzamiento de campaña.

“Este país está desorganizado y se está cayendo a pedazos porque no tiene gobierno”, dijo a la audiencia en el sindicato de trabajadores metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, comparando la actual crisis económica con un fuerte crecimiento y una disminución de la desigualdad cuando dirigió Brasil desde 2003 hasta 2011.

Lula atacó directamente a Bolsonaro por su historial en el manejo de la pandemia de coronavirus, especialmente por los retrasos en la obtención de las vacunas y por su rechazo público a su efectividad. Brasil ha perdido casi 270.000 personas por covid-19, la peor cifra de muertos fuera de Estados Unidos, ya que las variantes locales empujan el brote del país a su peor fase hasta ahora.

“Muchas de estas muertes podrían haberse evitado”, dijo Lula.

El discurso del expresidente provocó una reacción inmediata de Bolsonaro, quien defendió su manejo de la pandemia.

“(La crítica de Lula) es injustificada. Ahora está comenzando su campaña, pero no tiene nada bueno que mostrar. Su campaña es simplemente para criticar, mentir y promover la desinformación”, dijo Bolsonaro a CNN Brasil.

Agregó que propondría una ley que restaure las boletas en papel que puedan ser auditadas para las elecciones de 2022 porque no confía en las boletas electrónicas.

Bolsonaro también dijo que las condenas por corrupción contra Lula aún no han sido anuladas por el pleno de la Corte Suprema, lo que significa que es posible que aún no esté garantizada su participación electoral en 2022.

Sin embargo, hay indicios de que los mensajes de Lula sobre la pandemia habían sacudido a Bolsonaro. A las pocas horas de las críticas de Lula, Bolsonaro y sus asistentes aparecieron usando mascarillas en un evento oficial en Brasilia, un avistamiento poco común para el presidente, que ha evitado las máscaras, minimizó la gravedad del virus y dijo que rechazaría una vacuna.

“Fuimos incansables desde el primer momento en la lucha contra la pandemia”, dijo, y dijo que Brasil tendría 400 millones de dosis de vacunas para fines de este año.

En su discurso, Lula se presentó a sí mismo como un estadista veterano ansioso por poner al país en el camino correcto, destacando su respeto por la prensa libre, los líderes empresariales y el ejército, al tiempo que pidió una amplia coalición para derrotar a Bolsonaro.

“Me llamaron ‘conciliador’ cuando gobernaba”, dijo. “Estoy abierto a hablar con todos”.

Sin embargo, Lula también reforzó opiniones de larga data que han puesto al límite a los mercados financieros ante la perspectiva de su resurrección política. El exlíder sindical denunció las privatizaciones, la autonomía del banco central y la venta de activos de la petrolera estatal Petroleo Brasileiro SA, o Petrobras.

“Es mejor que los que están comprando cosas de Petrobras tengan miedo, porque podemos cambiar mucho”, dijo Lula. “Si el mercado quiere vivir de nosotros vendiendo patrimonio nacional, entonces deberían tenerme miedo”.

Una encuesta de la encuestadora Real Time Big Data, publicada por CNN Brasil el miércoles, mostró que tanto Lula como Bolsonaro cuentan con el apoyo necesario para llegar a una segunda vuelta.

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