Actualizado: 23/04/2024 20:43
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El Consejo de Seguridad 'deplora' las muertes en el Líbano pero no exige una tregua inmediata

Israel responsabilizó a Hezbolá por las decenas de muertos en Qana, y dijo que el grupo utiliza la aldea 'como base de los disparos de cohetes' contra territorio israelí.

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El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó el domingo en forma unánime una declaración que "deplora" la muerte de unos 57 civiles, entre ellos 37 niños, por el ataque israelí al poblado libanés de Qana, pero no llama a una tregua inmediata, informó Reuters.

Según EFE, sin mencionar a Israel el Consejo "deploró firmemente la pérdida de vidas inocentes y la muerte de todos los civiles en el actual conflicto" y pidió al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que "informe en una semana sobre las circunstancias de este trágico incidente".

El órgano no pidió un fin inmediato de la violencia debido a la oposición de Estados Unidos y pese al fuerte llamado de Annan en ese sentido.

Los 15 países que integran el Consejo tan sólo pudieron acordar y emitir la tibia declaración en la que se expresa "conmoción y disgusto" por el ataque de las fuerzas israelíes a un complejo residencial en Qana.

El embajador estadounidense, John Bolton, se opuso a pedir una tregua. Las declaraciones del Consejo requieren de la aprobación de sus 15 miembros.

"No creemos que simplemente retornar a las cosas tal como estaban sea la manera de llegar a una solución duradera", dijo Bolton.

Además, la declaración destacó la urgencia de un alto al fuego "sostenible" y "duradero".

El funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores libanés Nouhad Mahmoud dijo a periodistas: "Estábamos buscando una acción más fuerte, un lenguaje más fuerte, pero creemos que la declaración contiene un lenguaje que compromete al Consejo para acciones que vayan más lejos".

Annan había instado previamente al Consejo de Seguridad, durante una reunión de emergencia convocada tras la agresión, a condenar el ataque israelí en el poblado libanés.

El embajador de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin, manifestó que la declaración conseguida no es lo suficientemente "robusta", como muchos miembros del Consejo hubieran querido, pero la consideró "satisfactoria", ya que por primera vez hace referencia a poner fin a la violencia.

Israel suspendió durante 48 horas las operaciones aéreas en el sur del Líbano para que se investigue la masacre de Qana y para el establecimiento de un corredor humanitario que permita la evacuación de los residentes de esta área.

Bolton, dijo que el hecho que Israel haya anunciado que investigará el incidente de Qana y que suspenderá temporalmente los ataques aéreos es "una indicación de su buena fe".

A pesar de la suspensión de 48 horas, Israel dijo que se reservaba el derecho a actuar contra objetivos que estén preparando ataques en su contra.

Este lunes, la aviación atacó posiciones de Hezbolá en el sector de Taybeh, en el sur de Líbano, en "apoyo a las fuerzas terrestres".

La suspensión temporal de los bombardeos contempla varias excepciones: la aviación podrá atacar los comandos de Hezbolá, así como los vehículos que transporten armas desde Siria. Igualmente, apoyará a la infantería en el sur de Líbano.

El primer ministro libanés, Fuad Siniora, exigió "un alto el fuego inmediato e incondicional, así como una investigación internacional sobre las masacres israelíes en Líbano".

Israel dijo lamentar "la muerte de civiles inocentes", pero añadió que había hecho "muchos llamamientos a los civiles para que abandonaran la zona de combate".

Además, responsabilizó al movimiento chiíta por las decenas de muertos. "Hezbolá utiliza la aldea de Qana como base de los disparos de cohetes contra Israel", dijo.

Qana ya había vivido una tragedia similar el 18 de abril de 1996, cuando un bombardeo israelí bautizado "Uvas de la ira", que tenía como objetivo las milicias de Hezbolá, mató a 105 civiles. En aquella ocasión la condena internacional obligó a Israel a suspender sus acciones.

El ministro libanés de Sanidad, Mohamed Jalifé, calculó el domingo que unas 750 personas, en su mayoría civiles, han muerto y más de 2.000 han resultado heridas desde que comenzó la ofensiva israelí en Líbano, el 12 de julio, después de que miembros de Hezbolá capturaran a dos soldados israelíes en una operación a través de la frontera.

El ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, dijo ante el Parlamento de su país que está "prohibido aceptar la entrada en vigor de un alto el fuego inmediato" porque esto "traería de vuelta a los extremistas a la región" y anunció que "se extenderán las operaciones contra Hezbolá".