Netanyahu, con ligera ventaja de cara a las presidenciales

Los israelíes elegirán mañana a su primer ministro tras una guerra en Gaza que ha impulsado a la derecha mientras que el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presiona en favor de una reactivación del proceso de paz en Oriente Medio, reportó la AFP.

Las legislativas ponen fin a una campaña monótona, dominada por el impacto de la ofensiva israelí contra el movimiento islamista Hamas en Gaza, y marcada por el auge de una extrema derecha hostil a la minoría árabe de Israel.

Esta apatía contrasta con la importancia de los desafíos a los que se enfrentará el próximo gobierno: el riesgo a una nueva confrontación con Hamas, que controla la Franja de Gaza, la reactivación de las negociaciones de paz con la Autoridad Palestina, las relaciones con Siria y con Líbano y la amenaza de un Irán nuclear.

Todo esto en un contexto internacional difícil, con una nueva administración estadounidense que apuesta por la paz y que, tal vez, será menos propensa que la anterior a aportar un apoyo incondicional a Israel.

Y aunque la distancia entre el partido derechista que encabeza los sondeos, el Likud de Benjamin Netanyahu, y la formación centrista de Tzipi Livni, Kadima, se ha reducido debido a un deslizamiento de la opinión pública hacia la extrema derecha, el primero se mantiene como favorito para ganar las elecciones.

El alto porcentaje de indecisos —hasta el 20 por ciento, el equivalente a 10 escaños en el Parlamento unicameral (Knesset)— no debería modificar esta tendencia. "El porcentaje de indecisos es probablemente el más elevado de nuestra historia", señala Eytan Gilboa, politólogo en la Universidad Bar Ilan, a la AFP.

Un total de 5.278.985 inscritos están llamados a las urnas. Mañana tendrán a su disposición 9.263 colegios electorales.

Escogerán entre las 33 listas que se presentan a las elecciones. Pero se prevé que sólo una docena supere el umbral del 2 por ciento necesario para obtener un escaño entre los 120 diputados de la Knesset.

Los últimos sondeos otorgan entre 25 y 27 diputados a Likud, y entre 23 y 25 al Kadima de Tzipi Livni.

Netanyahu, de 59 años, efectuaría así su gran retorno tras su derrota en las últimas legislativas de marzo del 2006 frente al Kadima de Ehud Olmert, el primer ministro que dimitió en septiembre tras verse involucrado en casos de corrupción pero sigue encabezando un gobierno de transición.

Esta posible victoria preocupa a la Autoridad Palestina, que teme que Netanyahu entierre del todo un proceso de paz ya debilitado.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas afirmó el martes en París que los palestinos "trabajarán con toda persona que sea elegida por el pueblo israelí. Con la condición de que no nos vuelva a traer al punto de partida".

"Todos son lo mismo", estimó por su parte Hamas. Netanyahu aboga por derrocar al movimiento islamista y criticó el cese de la ofensiva israelí el 18 de enero, tras tres semanas de combates.

Aunque mantiene su oposición a un Estado palestino soberano, Netanyahu ha tenido cuidado de no mencionar el tema, muy popular entre la derecha, del "Gran Israel" y de la colonización, fuente de tensiones con Washington.

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