Gobierno, Díaz-Canel, EEUU
Miguel, el Incapaz
Quien como Miguel Díaz-Canel justifica su mal gobierno en que no lo han dejado gobernar, en realidad lo que hace es reconocerse un incapaz
Según Miguel Díaz-Canel no lo han dejado gobernar. Por eso no ha podido evitar que en los últimos cuatro años el país haya profundizado en una crisis que en esencia comenzó con la desconexión de Cuba del Campo Socialista. No ha logrado ni tan siquiera mantener la economía, y al país, en los niveles en que los recibió, como Raúl Castro hiciera a partir de 2008.
A cualquiera acostumbrado a sistemas políticos diseñados sobre la idea de multiplicar los poderes para que sus ocupantes no puedan hacerse con el control absoluto del gobierno, el que un jefe de Estado afirme que no lo han dejado gobernar lo interpretará como que los demás poderes se han puesto de acuerdo para bloquear todas sus iniciativas y propuestas de acción. Mas en Cuba no hay división de poderes, y la voluntad del jefe de Estado es ley. Lo que Miguel Díaz-Canel afirma, más bien, es que las circunstancias globales extraordinarias, y el gobierno de Estados Unidos, no lo han dejado gobernar como él tenía planeado, dadas las expectativas de abril de 2018.
Pero afirmar que EEUU, y en específico sus poderes políticos y económicos, son parte central de la variable política cubana, ya que sin su buena voluntad hacia quien gobierna en Cuba, y hacia su plan de gobierno, quien esté al frente del Estado quedará privado de la posibilidad de tomar decisiones efectivas, que puedan cambiar la situación del país hacia mejor, tiene graves implicaciones. Para que se entienda, al afirmar implícitamente esto el jefe de Estado cubano reconoce que cualquier gobierno cubano es superfluo, y que mejor sería dejar gobernar al país desde Washington. A menos, claro, que el objetivo sea llevarle, heroica y numantinamente, la contraria a EEUU, en cuyo caso ganaremos en “dignidad nacional” lo que los de abajo perdamos en dignidad y posibilidades de vida… precisamente lo que ha venido ocurriendo en Cuba desde 1959, pero sobre todo desde 1989.
Lo cierto es que un gobernante no está para gobernar según un plan de gobierno arreglado a unas circunstancias, o expectativas a partir de ellas, ideales, favorables. Un gobernante está para crear las condiciones para mantener y hacer crecer la riqueza y la tranquilidad que había a su asunción del gobierno, enfrentando a una realidad variable, y casi siempre muy alejada de la esperada o ideal. Quien no sea capaz de hacer esto es un incapaz y sobra como gobernante, porque en realidad para que las cosas se mantengan como antes, o mejoren, en medio de condiciones ideales, no hace falta nadie especial al frente del gobierno, e incluso es muy probable no haga falta ni gobierno mismo. Los gobernantes están para enfrentar los cambios, y las crisis que lo fluido de una realidad imprevisible crea al interior de la sociedad. Quien como Miguel Díaz-Canel justifica su mal gobierno en que no lo han dejado gobernar, en realidad lo que hace es reconocerse un incapaz, y lo mejor que haría, para el bien común, es renunciar de manera irrevocable.
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