El arzobispo de Miami Thomas Wenski ofició ayer martes una emotiva misa en la Catedral de La Habana, como parte de las celebraciones especiales en honor a la visita del papa Benedicto XVI a la Isla, informó AP.

Durante su sermón, y de acuerdo a la nota, Wenski exhortó a los cubanos a llevar al marxismo a un “aterrizaje suave”.

La misa fue presenciada por unos 300 peregrinos, principalmente cubano-estadounidenses, que están de visita en Cuba y que ovacionaron de pie al Arzobispo. Muchos de los presentes se fueron de la Isla cuando eran niños o son los hijos e hijas de exiliados, indica la nota.

Wenski dijo en su sermón, celebrado en español, que tanto el Papa como la Iglesia católica en Cuba desean que la Isla experimente una transición política.

“El Papa y la Iglesia cubana desean una transición que sea digna para el ser humano, digna para los cubanos”, declaró. “La iglesia desea un aterrizaje suave, un futuro de esperanza”.

El prelado habló a favor de los derechos humanos y también advirtió contra los excesos del capitalismo.

“Solo estaba repitiendo el mensaje del Papa. La misa fue un momento especial para nosotros”, dijo posteriormente el Arzobispo en una conversación telefónica con The Miami Herald desde La Habana.

La información de la edición en español del diario de Miami también añade que Wenski recordó las palabras de Juan Pablo II durante la primera visita papal a Cuba en 1998, y llamó a los cubanos a ser los “protagonistas de su propio futuro”.

“Oramos para que el pueblo cubano se inspire en la palabra de Dios”, dijo Wenski durante su homilía. “Y para que este pueblo construya un futuro de paz”.

Andy Gómez, integrante del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, estuvo entre la audiencia.

Wenski “tuvo el valor”, le cita la agencia. “Habló de derechos humanos, lo que no hizo ayer el Papa”.

La misa fue abierta al público y varias personas ingresaron cuando estaba por terminar.

Durante la misa, y según El Nuevo Herald, algunas personas repartieron panfletos que decían “Libertad a Cuba”, aunque momentos antes Wenski había dicho que la peregrinación no era política, sino de oración y reconciliación.

El Arzobispo reconoció la labor de la Iglesia para seguir creando un espacio para “las diferencias de opinión, para que la gente pueda estar en desacuerdo acerca de las cosas, pero, al mismo tiempo, para que esas discrepancias no den lugar a las divisiones que han caracterizado a Cuba en las pasadas décadas”.

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