Cuba no produce suficiente pescado y las autoridades apuestan por el "cultivo" de especies de agua dulce para sustituir importaciones, reportó la AP.

Según las últimas cifras oficiales disponibles en 2008, el volumen de captura bruta del sector fue de 60.900 toneladas, incluyendo peces (agua dulce y plataforma marina) y mariscos. De ellos, la acuicultura, tanto en su versión intensiva (en estanques) como extensiva (con alevines criados en los embalses), aportó unas 30.500 toneladas.

En centros como el de Preparación Acuícola Mamposton, ubicado en la localidad de San José de las Lajas, en La Habana, se crían especies como la tilapia y la controvertida claria.

"Este centro produce unas 300 toneladas anuales de pescado", dijo Mirtha Vinjoy, subdirectora del organismo, el mayor de los 26 centros de cultivo de peces que existen en la Isla.

Cuba posee unos 6.000 kilómetros de costa, sin embargo, hay poco alimento, según Julio Baisre, experto y consultor ministerial.

"En Cuba las costas son impresionantes desde el punto de vista de su belleza, pero tienen poco alimento... Es muy costoso reproducir peces tropicales y engordarlos hasta una talla comercial a precios que sean competitivos", afirmó Baisre.

"La gran producción de los océanos está en áreas muy específicas, en aguas templadas o bien en cuatro zonas que producen afloramientos (sur de América, sur de África, Mediterráneo y costas de California), que representan más de 50% de la producciones de pescado mundial", indicó el experto y agregó que la Isla tiene que comprar en el mercado internacional 30.000 toneladas de productos marinos para satisfacer sus necesidades.

De acuerdo con las cifras oficiales, en 2007 se gastaron unos 48 millones de dólares en la compra de pescados y sus productos en el exterior.

Un reporte de la FAO dijo que Cuba "no ha experimentado crecimientos" en los últimos años en su pesquería de plataforma, ni se prevé un desarrollo de la de alta mar debido al "al alto costo operacional y por no poseer zonas de pesca".

Las dificultades fueron reconocidas el año pasado por el gobierno, que suscribió un acuerdo con Venezuela para crear una empresa pesquera mixta, con el objetivo "retomar" la captura en alta mar y resolver "la insuficiente oferta" de este producto en la mesa de los cubanos.

Con esta perspectivas la acuicultura es la "principal línea de desarrollo futuro" para la Isla, comentó el reporte de la FAO.

"El primer caso (acuicultura de agua dulce) está dirigido a satisfacer las necesidades de la población" mientras la camaronicultura constituye "una vía muy favorable para incrementar la entrada de divisas por su exportación", agregó el informe.

Cuba exporta unos 81 millones de dólares en productos de la pesca, especialmente langosta y camarones —la captura de esta especie cultivada es de 3.600 toneladas— con destino a Europa.

Según la FAO, la acuicultura de agua dulce podría crecer a un 8% anual hasta 2010.

Otro tema en el tapete para las autoridades cubanas es el reclamo de los grupos ambientalistas, que protestan por la introducción de la claria.

También llamado pez gato, esta especie llegó a la Isla en 1999, cuando los expertos cubanos se entusiasmaron por su alto rendimiento y su capacidad de alimentarse con toda clase de desperdicios.

Sin embargo, poco después, los pobladores de algunas localidades —sobre todo en la Ciénaga de Zapata— reportaron que el pez se reproducía tan voraz y exitosamente que ponía en peligro las especies locales gracias a su capacidad de arrastrarse fuera del agua. La claria es capaz de comer pequeños animales como ranas y aves, así como a las crías de tortugas.

"Ninguna especie animal o vegetal de la que el hombre se alimente se convierte en una plaga", opinó el experto Baisre, quien reconoció que precisamente esta especie es base en el programa de acuicultura nacional.

Se trata de criterios "sensacionalistas", dijo Baisre, para quien tanto la acuicultura como la claria llegaron para quedarse.

La producción de claria aumentó de 659 toneladas anuales en 2002 a 4.400 toneladas.

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