Como ciudadano cubano -aunque por desgracia no viva hoy en Cuba- pienso que estas medidas de otorgar -de nuevo- licencias a los taxitas privados para poder ejercer su trabajo, me parecen muy positivas, aunque, desde el punto de vista de la realidad, no me trago el anzuelo de la "bondad" del régimen o el pragmatismo raulista, sino que llego a creer que; una vez más, entra en juego la situación de presión social que trae el ya viejísimo problema de transporte urbano el el pais, especialmente en la capital. Teniéndo como "status quo" la situación interna de la isla que sin ser anunciada por altavoces, sino como siempre, a nivel de pasillo, y según brisas de bretes caraqueños, no está muy buena que digamos. A estos -?reincertados?- taxitas por cuenta propia, tampoco descarto -no es de momento verificable- de que junto a la reintegrado permiso, se le apliquen comboyadas nuevas claúsulas de chantajistas como el que escuchen e informen todo lo que se hable en su auto y, en caso sospechoso, reportar con urgencia. o se les "estimule" con un extra al que "sople" del uso de sus servicios por parte de algún disidente conocido. En fin que ya han sido tantas las maniobras "cantifleras" -tómese como referencia la vieja película "sube y baja" del cómico mexicano- siempre oportunistas y a favor del estado -antes que el pueblo- del aquel caótico y disparatado sistema que nada me toma por sorpresa. De todos modos, repito; como ciudadano de a pie que aún me econsidero, a pesar de la distancia acuática, me parece que es una solución -dentro del cachumbambé del revolucionario- que traerá algún ligerillo alivio a la difícil situación del pueblo cubano con relación a su locomoción por la isla !Veamos cuánto dura! y, si ciertos chismes chavistas no son reales, esperemos la "reflexión" de contraorden.